miércoles, noviembre 26, 2025

Una fuga hacia adelante con súper ajuste y precariedad laboral


Enfrentemos el último plan de Milei y Trump. Milei y Caputo han resuelto aferrarse al régimen económico que vienen defendiendo hasta ahora, a pesar de su evidente agotamiento. El FMI ha calculado las reservas netas argentinas en una cifra negativa de 16.000 millones de dólares (la deuda supera a la tenencia de dólares del Banco Central por ese monto). A Luis Caputo esta falta de reservas no le importa. Apuesta a conseguir un ingreso permanente de divisas extranjeras, que le permitiría financiar el pago de los vencimientos de la deuda externa. Su consigna es: hoy no se fía, mañana sí. Señala, como ejemplo, los préstamos que han recibido compañías nacionales e internacionales y el bono que colocó en el extranjero la Ciudad de Buenos Aires. 
 La expectativa, sin embargo, de un megapréstamo de 20.000 millones de dólares de bancos internacionales se desinfló; Milei y Caputo no consiguieron los avales del Tesoro ni del Banco Central de Estados Unidos para ese préstamo. El gobierno se juega de nuevo a conseguir que esos mismos bancos le otorguen un préstamo de monto inferior y de plazo más corto, pero más caro. En aras de conseguir dólares, el Presupuesto 2026 ha incorporado una “ley de olvido” –otro blanqueo. Pero para no comprar los dólares con emisión de pesos, Caputo ha dispuesto que lo haga el Tesoro, con el dinero de la recaudación fiscal, o sea con mayor motosierra a los trabajadores. 
 En cualquier caso, la recaudación del fisco está cuestionada por el planchazo económico. Argentina atraviesa dos trimestres consecutivos con la actividad en baja, o sea, una recesión. La mora de los consumidores en el pago de sus deudas bancarias o comerciales, oscilan entre el 20 y el 27% para tarjetas o préstamos personales. El crédito se paraliza y la baja de la tasa de interés no lo reanima, porque las deudas no se pueden refinanciar. La persistencia de un régimen deflacionario agrava la crisis industrial y comercial, y abre las puertas a una crisis bancaria. No sorprende, en este cuadro, que el banco Wells Fargo emita un informe que ubica al peso argentino como la moneda más vulnerable de la región. La “normalidad” de Caputo-Milei, en fin, esconde un fondo explosivo. 

 La coalición del Presupuesto I

ncluso en este cuadro de crisis, Milei está a punto de conseguir una mayoría parlamentaria para aprobar un Presupuesto 2026 que reforzaría la parálisis del mercado interno. En ese paquete se encuentran las reformas laboral y tributaria, el punto estratégico que mantiene unida precariamente a la burguesía. En la agenda parlamentaria, se anota una derogación parcial de la ley de glaciares -exigida por los gobernadores que representan al capital minero; una reforma reaccionaria del código penal y la reforma educativa que Paolo Rocca llevó al Consejo de Mayo. Esta reforma declara la subsidiariedad de la escuela con relación a “la familia”, que pasa a ocupar la primacía en la tarea de educar. Es una poda de los gastos del presupuesto y eleva sideralmente el costo del cuidado del hogar, incluida la ‘educación a distancia’, claramente en detrimento de la mujer. Los fanáticos del “libre mercado” sacan a las mujeres del proceso social de la producción, para confinarlas al hogar. 
 “La coalición del presupuesto 2026” es una garantía política reclamada por los acreedores de deuda. Su mandato es el de ejecutar un ajuste mayor y las llamadas “reformas de tercera o cuarta generación”, o sea contra la legislación protectora del trabajo. Los gobernadores, a cambio, le reclaman a Milei obras “públicas” y viales que sirvan a los intereses mineros o petroleros. Pero los grupos mineros, petroleros y el agronegocio reclaman también una devaluación, para abaratar la inversión de capital y gozar de la libertad de repatriar las ganancias. 
La “coalición del Presupuesto”, por otro lado, pretende quebrar el Tesoro de la provincia de Buenos Aires, negando, con el apoyo de la Cámpora y CFK, un voto por mayor endeudamiento que Kicillof reclama para pagar la deuda de la Provincia. El peronismo no se hunde por diferencias ideológicas sino pecuniarias. 

 Desafíos

 La burocracia sindical se ha subido a la “coalición” oficial para apoyar, a su modo, la reforma laboral. Según los periodistas especializados, la cúpula de la CGT sólo declaró “innegociable” la cuestión de las cuotas solidarias que los trabajadores deben ingresar a las cajas sindicales luego de cada paritaria. En cambio, la pulverización del derecho del trabajo -fin del convenio colectivo, convenio por empresa, banco de horas, fin de las indemnizaciones y de la jornada de ocho horas- están en la agenda de la “actualización laboral” que todo el peronismo convalida, comenzando por Cristina Kirchner. 
 La “estabilidad” o la “primavera” del gobierno libertario es un buzón que han salido a vender Milei y Caputo, y que sirve al peronismo y al FITU de excusa para promover el inmovilismo en las organizaciones obreras (SUTNA, llamado a la burocracia a formar un “partido de trabajadores” en clave electoral). En cambio, los “mandriles” (economistas conservadores), se la ven venir. Le advierten a Milei, que la deflación monetaria y la depresión industrial está rompiendo el “tejido social” -aluden a la rebelión popular que engendra el plan liberticida. 
 Desde Política Obrera, promovemos un trabajo preparatorio de clarificación y organización de los activistas y luchadores; una campaña contra la reforma laboral, y por la unión de las luchas parciales hacia una huelga general. 

 Marcelo Ramal 
 25/11/2025

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