jueves, marzo 06, 2008

Márquez: Mientras haya conflicto habrá prisioneros

El canje de prisioneros de guerra se ha convertido en Colombia en paso inicial para un proceso de paz. Como Uribe no la quiere, habrá que hacerla con otro gobierno, porque la paz tiene que abrirse paso en esta Colombia en llamas. Mientras haya conflicto habrá prisioneros.

ENTREVISTA CON EL COMANDANTE IVÁN MÁRQUEZ.

(Por Agencia Bolivariana de Prensa ABP y Cadena Radial Bolivariana Voz de la Resistencia CRB-VR)

Montañas de Colombia, febrero 20 de 2008.

A un año de la realización de la Novena Conferencia Nacional de Guerrilleros de las FARC-EP (Por la Nueva Colombia, la Patria Grande y el Socialismo), máximo certamen de balance, organización y conducción en el que se definen los lineamientos políticos y militares de la organización insurgente, la Cadena Radial Bolivariana Voz de la Resistencia (CRB-VR), en asocio con la Agencia Bolivariana de Prensa (ABP), presenta a sus oyentes y lectores una entrevista en la que el comandante Iván Márquez expresa su visión sobre la coyuntura política colombiana en tiempos en que el pueblo soporta la arremetida fascista de la oligarquía criolla y la avanzada recolonizadora del imperialismo estadounidense y europeo.

Por CRB-VR, Jesús Santrich.

Por ABP Noticias, Alfredo Pierre.

ABP Noticias: ¿Cuáles son los aspectos más trascendentales de balance que arrojan las conclusiones de la Novena Conferencia Nacional de Guerrilleros de las FARC en el plano político y militar, respecto al rumbo que ha de tomar la confrontación en Colombia?
Quiero recordar que la Novena Conferencia Nacional de Guerrilleros fue una Conferencia bajo el fuego, en medio del fragor de los combates, del Plan Patriota del Comando Sur del ejército de los Estados Unidos con todas sus potencialidades desplegadas, pero eficazmente neutralizado por nuestra táctica de guerra de guerrillas móviles, convirtiéndolo en desgaste inútil de las tropas oficiales. Los grandes resultados del Plan Patriota son invisibles. No existen. Su fracaso y el de la Seguridad democrática, está rubricado por el prolongado silencio oficial sobre los acontecimientos en el teatro de guerra del sur de Colombia. Hasta el terror del Estado contra la población civil, pretende acallarse. Nada se dice del asesinato por parte del ejército de campesinos inermes, su desplazamiento forzoso y masivo, el incendio de sus fincas, el robo de sus ganados, la destrucción de sus cultivos de subsistencia, el ecosistema, y el bloqueo criminal de las zonas agrarias. Pero en el terreno de la confrontación entre los dos ejércitos, el del Estado y el del pueblo, tal vez debamos admitir como logro del “patriota”, el haber contribuido a moldear en el acero a un guerrillero fogueado en las nuevas modalidades operativas contrainsurgentes, de la maniobra en masa y el poder de fuego, en las nuevas tecnologías de la inteligencia técnica, que más temprano que tarde habrá de encontrarse con el pueblo en la explosión social, en el levantamiento insurreccional por el nuevo gobierno y el nuevo poder.
No hubo fuerza institucional capaz de impedir esta Conferencia que trazó nuevos lineamientos tácticos y estratégicos, que apuntan hacia la toma del poder para el pueblo, que adoptó nuevos planes políticos y organizativos para desarrollarlos en medio de la confrontación, que instruyó a nuestros cuadros políticos y asignó metas de crecimiento del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia y del Partido Clandestino, porque la inconformidad social ha sabido encontrarse y explayarse en organización, por encima del régimen fascista del Presidente Uribe, apoyado por la mafia narco-paramilitar, la Casa Blanca y la gran prensa.
En desarrollo de las conclusiones de la Conferencia hemos propuesto al pueblo de Colombia, a las fuerzas de la transformación y el cambio, trabajar un Gran Acuerdo Nacional hacia la construcción de una alternativa política de poder, que accediendo al gobierno busque por todos los medios la paz con justicia social. Si vamos a la paz, antes de convocar el diálogo gobierno-FARC con participación del pueblo a través de sus organizaciones, se deben recoger las tropas a sus cuarteles y mandar de regreso a casa a todos los militares y asesores gringos. Ese pacto social deberá ser refrendado por una Asamblea Nacional Constituyente, con una nueva Constitución que sirva como carta de navegación en la consolidación de la paz. Con este objetivo pusimos en consideración del país nacional la plataforma Bolivariana de doce puntos.
La consigna de nuestra Novena Conferencia: “Por la Nueva Colombia, la Patria Grande y el Socialismo”, es el nombre de la paz.

ABP Noticias: Los medios de desinformación y propaganda de la oligarquía colombiana, en coro con los de las trasnacionales del imperialismo difunden con vehemencia la idea de una perentoria derrota militar de las FARC, aunada a un supuesto deterioro producto de prácticas de narcotráfico y terrorismo que evidenciaría una carencia total de objetivos políticos. ¿Cuál es la situación real de las FARC-EP y las posibilidades de avance del proyecto revolucionario en medio del recrudecimiento evidente del conflicto?
Las FARC son una guerrilla popular con un norte fijo: el cambio de estructuras políticas, económicas y sociales, un nuevo poder, una república bolivariana. Cuando dialogamos por la paz en San Vicente del Caguán y el gobierno se percató de que no nos simpatizaba su viejo esquema de negociación –que es el mismo de los gobiernos anteriores- de exigirnos desmovilización y entrega de armas a cambio de algunas “garantías políticas”, pero sin cambio de estructuras, sin tocar los privilegios oligárquicos, salieron a decir que no queríamos la paz. Pastrana nos declaró la guerra, y de la noche a la mañana –olvidando que había hablado personalmente en dos ocasiones con el Comandante en jefe de las FARC, Manuel Marulanda Vélez-, resultamos convertidos en terroristas. El calificativo de terrorista en Colombia no obedece a unos parámetros pre establecidos, o a unas convenciones. Los presidentes lo dispensan de acuerdo a su emotividad y conveniencia, como en el caso que acabo de mencionar. Y además trastocan las realidades y las concepciones universales. Llaman terrorismo a la lucha de los débiles y guerra al terrorismo de los fuertes. El calificativo de terrorista endilgado a la guerrilla hace parte de una sucia campaña mediática para aislar de la población a las fuerzas insurgentes y para cubrir con la palabra “terrorismo” su propio terrorismo de Estado, su violencia económica contra el pueblo, los 5 mil dirigentes y militantes de la Unión Patriótica asesinados, los 4 millones de desplazados, sus desafueros contra las libertades ciudadanas, sus fosas comunes y sus motosierras ensangrentadas, la pobreza pública, su antipatriótica entrega de la soberanía…
Igual ocurre con la asociación que hacen de insurgencia y narcotráfico. Con ello buscan despojar a la guerrilla de su aureola política y justificar la intervención militar directa del gobierno de los Estados Unidos en el conflicto interno de Colombia. Claro, en este caso hay que remarcar que el cabecilla de esta perversa campaña es el propio “Varito Corleone Uribe”, presidente narco-paramilitar de Colombia, y eso lo dice todo.
En cuanto al aspecto militar, ya exprese mis opiniones en la pregunta anterior. En el caso colombiano, para que se dé una derrota militar de la guerrilla debe derrotarse primero la pobreza, la exclusión, los abusos del poder, el abandono social, la ausencia de democracia y la injusticia secular. Por la vía militar, la derrota de la guerrilla no es más que una quimera.

CRB-VR: ¿Qué lectura hacen de la marcha que con consignas en contra de la insurgencia, especialmente de las FARC, se realizó el 4 de febrero pasado, convocada por el uribismo y sus paramilitares, la embajada de Estados Unidos y sus cipayos del estilo de Gustavo Petro, y los grandes medios de prensa de la oligarquía, pretendiendo volcar al país y a la opinión mundial contra la insurgencia?
La marcha del 4 de febrero fue como llamarada de hojas secas. El propósito sutil era el lanzamiento por tercera vez de la candidatura de Varito Corleone Uribe a la presidencia de la república. Ha trascendido que el grupo que prestó su nombre para la convocatoria, y del cual hace parte un hijo de Uribe, es instrumento de la CIA. La manipulación ha provocado contrariedad en la gran mayoría de la gente que marchó por el intercambio humanitario y la paz. Esa marcha fue un espejismo; la realidad es la pobreza, el desempleo, la ausencia de democracia, las masacres y las fosas comunes del paramilitarismo de Estado, la para-política, el saqueo de nuestras riquezas, el desprecio por la soberanía, el imperio de los ladrones del Estado, la inexistencia de programas sociales, la necesidad del canje y de la paz… De la solución urgente de estos problemas tiene que ocuparse el señor Uribe antes que aspirar a perpetuarse, con represión y fraude en la presidencia de este país.

CRB-VR: Mientras Uribe Vélez lanza feroces diatribas contra las FARC, tildándolas de banda de secuestradores y terroristas, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela ha solicitado el reconocimiento de su carácter beligerante; ¿Qué visión tienen las FARC sobre estas dos posiciones, y que consecuencias conlleva el que esta petición logre o no un respaldo en el concierto internacional?
Entre el proyecto político y social de Bolívar, que es la bandera del Presidente Chávez y el estandarte del santanderismo, de la guerra y de la muerte, de la recolonización neoliberal del imperio, del narco-paramilitarismo que se tomó por asalto la Casa de Nariño, hay una distancia como de la tierra al cielo. Chávez mira el conflicto colombiano con ojos de realidad; Uribe es un autista, un lacayo fanático de los halcones de Washington, cegado por el odio. Chávez anhela con vehemencia la paz de Colombia, y sabe bien que esta pasa por el reconocimiento del conflicto social y armado, de la existencia de dos partes contendientes, del incuestionable carácter político de la insurgencia, y persuadido de esta realidad considera indispensable el reconocimiento de las FARC y del ELN como fuerzas beligerantes.
En sicología se enseña que para superar un problema se debe partir del reconocimiento de la existencia de ese problema, y este no es el caso de Uribe, quien para rematar tiene metido en la cabeza el microchip de no al canje, no a la paz, implantado por los gringos. La presencia de Chávez con la bandera de la paz de Colombia al viento, es la esperanza que debe seguir tremolando. Chávez se está creciendo ante el mundo como adalid de la paz. Dice el comandante Manuel Marulanda Vélez, que el reconocimiento de la beligerancia, es el camino de la paz.

ABP Noticias: Las FARC llaman retenidos o prisioneros a las personas que mantienen cautivas en busca de un canje o intercambio humanitario que permita la salida de sus combatientes de las cárceles; pero la derecha y algunos sectores de centro e incluso izquierda les llaman secuestrados, al tiempo que objetan esta práctica de las retenciones señalándola como un crimen. ¿Qué explicación dan las FARC sobre este fenómeno que, en todo caso, aparece como de necesaria solución para poder avanzar hacia un diálogo de paz?
El canje de prisioneros de guerra se ha convertido en Colombia en paso inicial para un proceso de paz. Como Uribe no la quiere, habrá que hacerla con otro gobierno, porque la paz tiene que abrirse paso en esta Colombia en llamas. Mientras haya conflicto habrá prisioneros. Si el Congreso hubiese aprobado la ley permanente de canje que sugería hace algún tiempo Manuel Marulanda Vélez, no habría prisioneros de guerra. Si Uribe hubiese dado un instante de tregua a su terquedad despejando de tropas Pradera y Florida, no estaríamos hoy hablando de canje humanitario. Éste debió ocurrir hace 5 años… y no estaríamos lamentando hoy los desenlaces fatales precipitados por la irracionalidad del rescate militar a sangre y fuego.
La retención de dirigentes políticos del establecimiento que apuntalan la guerra y legislan contra el pueblo, acicateada por la indolencia del Estado frente a la situación de los militares prisioneros de guerra -abandonados en la selva después que arriesgaron su pellejo defendiendo las instituciones-, tiene como único y válido propósito el liberar a los nuestros de las cadenas de las cárceles del régimen y el imperio. La ecuación es clara: la liberación es de doble vía: el Estado libera a los luchadores populares bolivarianos, y las FARC liberan los prisioneros de guerra del establecimiento.
Otro tema es la privación de la libertad a personas por su negativa a pagar el impuesto de paz, en aplicación de la Ley 002 promulgada en el 2000 por las FARC, en concordancia con los criterios claramente estipulados en sus considerandos. Si en Europa o en los Estados Unidos a alguien se le ocurre evadir el pago de impuestos, va sin remedio a la cárcel. Los ejércitos populares, los proyectos revolucionarios, para existir y avanzar, tienen que financiarse. Siempre ha sido así en la historia de las luchas que libran los pueblos contra sus opresores.

ABP Noticias: Las FARC han anunciado la liberación unilateral, sin prisa pero sin pausa, de tres retenidos más que serían entregados al Presidente Chávez y a la senadora Piedad Córdova, pero al mismo tiempo han objetado la mediación de la iglesia colombiana y del gobierno español en el proceso de intercambio. Es decir, se persiste en acudir a personas que fueron expulsadas de la mediación por Uribe Vélez y se deniega la de instancias propulsadas por éste. ¿Puede así tener posibilidades aún el proceso de canje con el actual gobierno?
Para nosotros, para los familiares, para muchos gobiernos y para la opinión internacional, la mediación más eficaz en el caso de los prisioneros de guerra, ha sido la del Presidente Hugo Chávez y la senadora Piedad Córdoba. Creemos en ellos. Lamentablemente el Presidente Uribe, en un acto de prodigiosa descortesía y ausencia de humanidad, prescindió de sus buenos oficios, mal aconsejado por los señores del gobierno de Washington. Ni siquiera les dieron tiempo, como mediadores, para hablar con una organización en medio de los combates. Hablar con las FARC, que libran una intensa confrontación bélica con el Estado, no es como el diálogo sosegado de un par de amigos en una cafetería de Bogotá. No les dieron tiempo para convenir con las partes contendientes un procedimiento. Ahora le quiero decir: las pruebas de supervivencia de los prisioneros, a pesar de los sabotajes de Bogotá con la retención de los correos humanitarios, se conocieron gracias al Presidente Chávez y a la senadora Córdoba. A través de ellos las FARC liberaron a la ex congresista Consuelo González y a la ex candidata a la vicepresidencia, Clara Rojas. Próximamente entregaremos al Presidente Chávez –ya se lo hicimos saber- y a Piedad Córdoba, no tres, sino cuatro congresistas, porque hemos resuelto liberar, además de Gloria Polanco, Orlando Cuéllar y Eladio Pérez, al señor Gechen Turbay. Lo haremos sin prisa pero sin pausa. Sin presiones, porque primero está la seguridad de los liberados y del comando guerrillero que debe entregarlos.
En cuanto a nuestra objeción a la mediación de la Iglesia, sencillamente tenemos en cuenta que no armoniza con ese papel la posición de algunos obispos, como Rubiano Sáenz, Fabián Marulanda y otros, de convocar voluntades contra una de las partes. Son incoherentes las mediaciones, como aquella asumida por la Iglesia en los diálogos de paz de Tlaxcala México, que terminó reforzando la posición del gobierno sin tener en cuenta las razones de la insurgencia. Esto no quiere decir que algún día no nos pongamos de acuerdo. La Iglesia católica tiene muchos pastores valiosos, prudentes y muy ejemplares.
En cuanto al Estado español, su presidente y el rey, no sé si su conflicto con ETA y los independentistas del País Vasco que luchan por su autodeterminación y territorialidad, los predisponga contra las FARC, y eso impide una serena intermediación para ayudar a resolver un largo y complejo conflicto, como el colombiano.

ABP Noticias: Y de la condena a Simón Trinidad a 60 años de cárcel por una corte de los Estados Unidos, ¿cuál es su opinión?
El gobierno colombiano y la Casa Blanca debieran pensar en no colocar más obstáculos al canje humanitario con condenas como esta, que al final equivalen a 60 años de prisión en la selva para los tres norteamericanos en poder de las FARC. Fue un intento vano por doblegarnos y chantajearnos. Las absurdas sentencias proferidas contra Sonia y Simón, buscaban a través de ellos castigar la justa lucha bolivariana y antiimperialista de las FARC por la democracia, la soberanía del pueblo, la independencia de Nuestra América y la justicia social. Pudo ese juez insensato, sumisa extensión de la Fiscalía, haber declarado la nulidad de tales juicios por el hecho cierto de estar sustentados en montajes y falsedades. Este procedimiento habría allanado el camino del intercambio de los nuestros, prisioneros en los Estados Unidos, por los tres norteamericanos cautivos en la montaña, a través de un eventual acuerdo de canje integral entre el gobierno y las FARC. Alguna fórmula habrá que idear para que todos regresen a casa, y las FARC tienen plena disposición al entendimiento.

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