sábado, enero 23, 2010

Ho Chin-Minh


En los sesenta-setenta emergió balbuciente una “nueva izquierda” que se cuestionaba la izquierda tradicional. Entre sus “dioses”, buena parte eran líderes del “Tercer Mundo” y muy singularmente Ho, Ho Chin-Minh
Es evidente que uno de los mayores héroes de la juventud de entonces (sino el mayor9, due el vietnamita Ho Chin-Minh (1890-1969), Fundador y dirigente del PC vietnamita en los terribles y largos años de la lucha contra el colonialismo francés y americano. Sobre éI dirá su biógrafo Jean Lacouture: "Ho Chi Minh no era Lenin, ni tampoco Mao. Si la asombrosa revolución vietnamita está marcada por el signo de un genio éste habrá que buscarlo más bien en Vo Nguyen Giap que en Ho Chi Minh. Pero sí no ha inventado nada en materia de doctrina, el diminuto Cung, sucesiva mente Nguyen Tat Thanh, Ba, Nguyen Ai Quoc, Vuong, Chin, Line, Tran y Ho Chi Minh, fue y siguió siendo hasta sus últimos días un incomparable animador (otros dice, acre pero justamente, un "agitador"). Fue el hombre que velaba cuando todos dormían”.
Su padre era un convencido revolucionario que le dejó dicho: "Si los sacrificios consentidos por nuestros hermanos, sí su sangre derramada, sí el inmenso dolor que entristece a nuestro pueblo, sólo sirviesen para liberarnos de los explotadores extranjeros, el precio pagado resultaría excesivamente caro. Nuestra lucha debe tener como objetivo principal la abolición de la explotación del hombre por el hombre". Se trataba de un hombre culto que facilitó la instrucción de su hijo enviándolo al Liceo francés de Vinh; más tarde Ho tomó la iniciativa de inscribirse en el Liceo Nacional de Hué, allí conoció a Giap y a Van Dong y al que iba a ser el títere de los norteamericanos, Ngo Dinh Diem Después Ho, renunció al mandarinato y a una existencia fácil marcándose a trabajar como maestro en un pueblecito pequeño. En 1912 decide visitar Europa y se enrola en un trasatlántico galo, y empieza, para no mancillar el de su padre, a cambiar de nombres, hasta optar definitivamente por el de Ho Chin Minh.
En Francia milita en las filas de la SFIO y conoce a la élite de sindicalistas internacionalistas como Alfred Rosmer y Pierre Monatte, y entre ellos a Trotsky. Un amigo suyo dice de él: "En Versalles, donde los imperialistas se repartía el pastel colonial, un vietnamita, Nguyen Ai Quoc, reivindicó, de buenas a primeras, la autodeterminación del Vietnam. Para nosotros fue el rayo, el trueno que anuncia la llegada de la primavera...!Un vietnamita reivindicando los derechos de su pueblo! Dos vietnamitas residentes en Francia ya no podrían encontrarse sin pronunciar el nombre de Nguyen Ai Quoc…."
Dentro del partido socialista, Ho se pronuncia por el ala radical que identifica como el ala más consecuentemente, anticolonialista. Participó en el Congreso de Tours. En un artículo escrito años más tarde contará que: "Al principio fue el patriotismo y no el comunismo lo que me impulsó a creer en Lenin y en la IIIª Internacional. Poco a poco, avanzando paso a paso, en el transcurso de la lucha y combinando el estudio teórico del marxismo-leninismo con el trabajo práctico, llegué a comprender que sólo el socialismo y el comunismo pueden liberar a los oprimidos y a los trabajadores del mundo". En esta evolución y en la adopción de un comunismo que define como un "saco mágico", y una "brújula" que es además "un verdadero sol que ilumina el camino hasta la victoria final, hasta el socialismo y el comunismo", Ho conocerá toda clases de dificultades, comprendida la que implicaría el estalinismo.
En 1924 se encuentra en Cantón, después de haber participado en el Vº Congreso de la IC. En un discurso pronunciado en una de sus sesiones, Ho dice que la revolución ha de ser producto de la lucha de masas, que éstas han de estar dirigidas por un partido comunista que debe de formar parte de la Internacional. Critica a los partidos occidentales de no ser lo suficientemente anticolonialistas y define la revolución vietnamita en dos etapas, la primera que debía de instaurar un régimen "democrático-burgués" --lo que nunca tuvo lugar-- y la segunda, el socialismo pero sólo después de varias decenas de años de desarrollo económico capitalista. Marcha junto con Borodin para trabajar con los comunistas chinos.
Conoció el desastre de la revolución china en 1927 y sacó las mismas lecciones que Mao: no se podía confiar en la burguesía "nacional " y por lo tanto, había que mantener la independencia del ejército revolucionario. Trabaja después intensamente en la formación del movimiento comunista vietnamita e indochino. Militante y organizador incansable participa en la fracasada rebelión de 1930, es detenido y en 1933 es dado por muerto, sin embargo reaparece en Moscú participando en el VIIº Congreso de la IC. Al frente del PC indochino, participa junto con los nacionalistas y los trotskistas en el Frente Popular de 1936, hecho preso, su nombre se hace mítico. Tras el derrumbamiento del Estado francés construye el Vienminh, una de las tantas variantes del partido y comienza la larga lucha contra la ocupación francesa en 1946 --en aquellos momentos los comunistas están en el gobierno francés y guardan silencio ante la represión desencadenada en Hanoi, Argel y Túnez contra las masas-- tomando como Mao su camino propio, manteniendo unas relaciones formales con el centro moscovita pero haciendo lo que le dictan sus ideas.
Nacionalista más que comunista, empírico más que programático, Ho no duda en reprimir a la fracción trotskista duramente porque no permite la puesta en cuestión de la hegemonía del partido. Reanuda la guerra de guerrillas que combina con un intenso trabajo de masas, ha dejado después de algunos fracasos estrepitosos como el del Frente Popular del 36 y el de los acuerdos con el gobierno francés surgido de la resistencia, de confiar en la revolución pacífica y se emplea a fondo. Veinte años de guerra que concluyen en la famosa batalla de Diem Bien Fu.
Al comenzar la guerra contra los franceses, Ho se había dirigido a los ancianos como uno de ellos, pero este anciano todavía tendrá que conocer lo peor. Después habrá de enfrentarse en una guerra terrible contra los gobiernos peleles de Saigón y contra los norteamericanos cuya ferocidad hará "buenos" a los franceses. Diplomático cuando es necesario, político siempre, tiene setenta y dos años en 1962 cuando los norteamericanos inician su intervención de una forma directa y militar. Durante los siete años que le quedaran de vida, Ho vivirá la resistencia como un general, como un símbolo internacional que llegará a cautivar a los movimientos nacionalistas y revolucionarios del "tercer mundo" y a los estudiantes izquierdistas de Occidente, comprendido los de Norteamérica. Cuando fallece la victoria está madura. Una victoria que traerá la independencia y un Estado basado en la propiedad colectiva, pero que no sabrá emanciparse de las formas dictatoriales aprendidas en el estalinismo. Ho Chi Minh murió durante la mañana del 2 de septiembre de 1969, en su casa de Hanoi a la edad de 79 años de paro cardíaco.
Ho deseaba ser cremado, y había declarado que este método de sepultura “es más higiénico, y ahorra espacio para la agricultura”. A pesar de sus deseos, Ho Chi Minh fue embalsamado por orden del gobierno. Su cuerpo se exhibe en un impresionante mausoleo. El Mausoleo Ho Chi Minh (En vietnamita: Lăng Hồ Chí Minh) se halla ubicado en la Plaza Ba Dinh de Hanoi. Actualmente, Ho Chi Minh ha alcanzado una estatura casi divina, con su imagen en los billetes de todas las denominaciones y su retrato en lugar prominente en muchos edificios del gobierno. Cuando seis años después de su muerte, los comunistas derrotaban a los invasores estadounidenses, los tanques llevaban una pancarta: "Tú siempre marchas con nosotros, Tío Ho". Lo que vino después, esa es otra historia.
En 1975, Saigón fue renombrada Ciudad Ho Chi Minh. Quizás su mejor biografía sea la escrita por el francés Jean Lacouture (Alianza). Sus Obras Escogidas fueron publicadas por Akal. También se han publicados sus poemas en varias ediciones. Tusquets editó en 1974 su Diario de una prisión. Proceso de la colonización francesa…Esta historia parece hoy muy lejana, pero en los sesenta-setenta movilizó a jóvenes antiimperialistas de todo el mundo que no se planteaban tanto una discusión sobre los fines y medios del partido comunista vietnamita (cuya historia escribió Pierre Rousset (Maspero, Paris, 1973), pero que nunca se tradujo.
Recuerdo haber leído a Chomsky decir que los imperialistas norteamericanos no perdieron la guerra del Vietnam porque cubrieron su finalidad primordial: destruir el país hasta el punto de que no pudiera nunca liberarse del atraso y la dependencia.

Pepe Gutiérrez-Álvarez

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