sábado, noviembre 13, 2010

El Ché en los carteles de la OSPAAAL


A propósito del 45 aniversario de la Conferencia Tricontinental

A propósito de la conmemoración del 45 aniversario de la histórica Conferencia Tricontinental, efectuada en La Habana del 3 al 15 de enero de 1966, a la que siendo el Che uno de sus inspiradores no pudo asistir; porque se encontraba en cumplimiento de su deber internacionalista, le presento a continuación una valoración sobre las trascendencias artísticas y comunicativas mostradas en carteles con representaciones pictóricas del “Guerrillero Heroico”; creados por artistas de las artes plásticas y diseñadores gráficos cubanos que aparecen publicados en el libro: Arte de la solidaridad (1997) de la Editorial Arterigere Srl-Varese-Italia, en el catalogo de imágenes digitalizadas de carteles de la OSPAAAL (1997); del Proyecto Cuba-Poster de Lincoln Cushing, San Francisco, Estados Unidos y en el libro-catalogo, de Richard Frik: “El cartel Tricontinental de Solidaridad”, (2003) editado por la Editorial Comedia-Verlag Bern, Suiza.
Al observar las diversas representaciones graficas del Che mostradas en los carteles de los referidos textos, realizados en coedición con la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL); surgida como acuerdo de la Conferencia Tricontinental, lo primero que salta a la vista es que estos confirman como en los momentos actuales de globalización neoliberal, su ejemplo adquiere cada vez mas vigencia y su imagen se afianza como símbolo imperecedero de las causas justas de los pueblos oprimidos en el mundo.
Entre los primeros carteles que mostraron las vigorosas demandas del Che por la unidad revolucionaria frente a la agresividad imperialista, revelada por los asistentes a la Conferencia Tricontinental, quedó revelado en el cartel impreso, el 16 de abril de 1967, con la concepción artística de Alfredo González Rostgaard y la realización gráfica de Lázaro Abreu Padrón, con la frase: Crear dos, tres... muchos Viet Nam el cual fue distribuido doblado dentro de un folleto que contenía el texto íntegro del texto titulado: Mensaje del Che a la Tricontinental.
Dicho documento, que se dio a conocer meses antes de suceder su muerte fue la respuesta del Che al Secretariado Ejecutivo de la OSPAAAL que había solicitado colaboraciones de los más destacados dirigentes revolucionarios del mundo para ser publicados en la revista Tricontinental. El Che lo remitió como un artículo para su publicación y por la claridad en que se abordaron los problemas de vital importancia para el movimiento revolucionario y la denuncia enérgica contra la política del imperialismo se decidió dar a conocer este trascendental mensaje a los pueblos a través de un suplemento especial.
En cuanto al referido cartel, el único impreso por la OSPAAAL con la imagen del Che en vida, contenía tres fotos que le habían sido tomadas durante su misión internacionalista en el Congo a donde llegó el 24 de abril de 1965 y permaneció durante varios meses, como jefe de la Columna Especial Patricio Lumumba integrada por 130 cubanos que en cumplimiento de una solicitud realizada por el Consejo Supremo Revolucionario de ese país africano a la Dirección de la Revolución Cubana combatieron, junto a los hermanos congoleños, contra el colonialismo y ayudaron en la formación de los nuevos cuadros
Conocidos estos antecedentes del Mensaje del Che a la Tricontinental es oportuno validar que esta retrospectiva de su obra y vida a través de los carteles editados por la Organización Tricontinental con la imagen del “Guerrillero Heroico”, que justamente también se realiza en el contexto del 43 aniversario de su muerte en Bolivia, confirma que el legado político, revolucionario e internacionalista del Che ha sido y continuará siendo fuente de inspiración permanente para quienes desde cualquier parte del mundo se manifiestan a favor de las mejores causas de la solidaridad antiimperialista.
Las marcadas influencias pictóricas de la vanguardia artísticas, manifestadas en la grafica cubana de los años sesenta posibilitaron que a partir del primer año de la conmemoración de la lamentablemente muerte del Che se vislumbraran carteles en los que además de la fotografía testimonial en sus diseños se sustentaron efectos ópticos y cinéticos, alusiones simbólicas, metáfora visuales, intensidades cromáticas y otras derivaciones de atrayentes configuraciones y efectivas visualizaciones comunicativas.
El primero de los realizados con tales ritualidades estuvo el delineado por Helena Serrano por el primer aniversario de su muerte el primero de la Organización con la imagen del Guerrillero Heroico, que fue distribuido doblado dentro de la revista Tricontinental número 8, de septiembre-octubre de 1968. La diseñadora presentó la famosa imagen del Che tomada por el fotógrafo cubano Alberto Korda y la situó en un mapa de América Latina, con una sucesión penetrante de planos que parten desde el fondo hacia afuera, repitiéndose inmensidad de veces, pretendiendo enunciar que la notabilidad del Che se reproducía, como si resurgiera, como alguien aún vivo, que no ha muerto, y que se hace indestructible a través del tiempo.
Sucesivamente en 1969 el destacado maestro del diseño grafico cubano, Alfredo Rostgaard, formuló el cartel identificado como Che radiante, con un haz de resplandeciente iluminación, emergiendo de su estrella de comandante, que simbólicamente alude el alcance universal de su legado político. Otras significantes derivaciones se mostraron en los mensajes de las obras graficas de Lázaro Abreu Padrón con su cartel, en 1970, que resalta en un lienzo las identidades folclóricas representativas de las comunidades autóctonas de América Latina y en dos de Olivio Martínez Viera sustentadas en ilustraciones pictóricas surrealistas como la perfilada, en 1971, a plumilla con trazos estilizados y que nuevamente propugnó en 1978 con una imagen de perfil y coloraciones intensas, en rojo y naranja, todas estas creaciones graficas resaltaron la universalización de la ideología revolucionaria y antiimperialista del Che.
En 1977 para el X aniversario de su desaparición física la OSPAAAL editó el diseñado por Víctor Manuel Navarrete, en el que se empleó una selección de nueve imágenes del Che, en igual cantidad de cuadros, en que simbólicamente escenificó su preparación en la guerrilla hasta su muerte y que concluyó con una estrella de color amarillo con un fusil insinuando la continuación de la lucha revolucionaria después de su muerte.
Igualmente en el contexto de la celebración del XV aniversario se contó con la espontánea contribución de obras plásticas del pintor cubano Orlando Yanes, con imágenes del Guerrillero Heroico, que fueron reproducidas en formato similar a carteles. Para esa ocasión la OSPAAAL imprimió una trilogía de carteles en los que se destacaron el conocido Che de la selva de magistral estilización artística del diseñador Rafael Morante Boyerizo, el de la imagen del “Guerrillero Heroico” en tonalidad azul del creador Alberto Blanco González y el diseñado por Rafael Enríquez Vega, conocido por el Che de la sonrisa, donde presentó una idea que rompió con el habitual empleo, hasta ese momento, de su representación a partir de la tradicional foto de Korda, en el que con una ilustración dibujada de su rostro, sobre fondo negro, su sonrisa y expresividad de la mirada logró plasmar un mensaje de confianza y seguridad en la victoria de los pueblos.
A comienzo de los noventa, en momento de crisis económica, de limitaciones materiales y financieros; sucedidos en Cuba por el brusco descenso que registró su economía tras la caída del campo socialista, la OSPAAAL que contó con la asistencia de manos amigas de otros países para que continuará la edición de la revista Tricontinental y sus carteles políticos de apoyo solidario al Tercer Mundo, y dentro de este último los de solidaridad con la Revolución Cubana, con la ayuda de la Coordinadora de Solidaridad a la Revolución Cubana de Italia (estrechamente vinculada con la labor de solidaridad en países de África y América Latina), en ese periodo que fue necesario proclamar en el mundo la vigencia de la vida y obra del “Guerrillero Heroico” logró editar los carteles: Che vive, del creador Rafael Enríquez Vega y Che, hasta la victoria siempre, de Gladys Acosta Ávila.
En los años finales de la década del noventa y del siglo surgieron expresiones novedosas de presentar la imagen del Che, aportadas por la nueva generación de diseñadores, como el editado en 1996 por Eladio Rivadulla Pérez para la conmemoración del XX Aniversario de la OSPAAAL, que impreso en serigrafía con intensas tonalidades del magenta, naranja y el negro; perfiló una secuencia configuradas de estrellas, esparcidas en línea vertical, con la que simbolizó la multiplicidad de su legado y la vigencia de su ejemplo.
En ocasión del XX aniversario de la caída en combate de Ernesto Guevara y en el contexto de la celebración, en La Habana (1997), del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes conquistaron premios durante un concurso denominado La imagen Constante, los carteles diseñados por los jóvenes creadores: Paris Volta; en el que de las delineaciones fingidas de dos montañas representa la conversión imaginada de una paloma blanca que al levantar vuelo va dejando plasmada en sus sombras simulaciones de los elementos con figurativos del rostro del Che y debajo el texto Hasta la Victoria Siempre y la otra obra fue la titulada. ACHE de Daniel Cruz, donde empleó deleznables configuraciones derivadas de las influencias del art pop y el art nouveau para advertir de alusiones armónicas entre los ideales guevarianos y la practica popular de la religión afrocubana.
En el advenimiento del nuevo milenio como continuación de las expresiones de solidaridad contra los intento imperialistas de perpetuar su dominio colonial a través de su estrategia de globalizar el neoliberalismo, junto a un emblemático cartel contra la creación del ALCA, proyecto de libre comercio propuesto por Estados Unidos en la América Latina para legalizar sus pretensiones de dominación control sobre estados latinoamericanos, descolló el poseedor de una imagen configurada con líneas con la iconografía del Che Ambos fueron diseñados por Leonid Prado en el 2002
A tales novedosas le han sucedidos otras configuraciones graficas de artistas de la plástica y diseñadores que con expresiones contemporánea apoyada de los recursos y posibilidades que ofrece la digitalización computarizada propugnan definiciones estéticas de atrayentes configuraciones reafirman en sus mensajes el augurio de que un mundo mejor es posible y que permiten trascender a través de el idioma común que ofrece el diseño gráfico la consagración de la grandeza de la Revolución Cubana y el ideario del Guerrillero Heroico.

Reinaldo Morales Campos

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