viernes, junio 06, 2014

Roberto Santoro: poeta, militante, periodista, docente, obrero



Si la historia la escriben los de arriba, y, como sostenía Rodolfo Walsh, logran que los trabajadores no tengan héroes. Si la convierten en propiedad privada, cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas, entonces los de abajo deben contraponer su propia historia, reivindicar sus emblemas y levantar las banderas que marcaron su experiencia colectiva.
El 1º de junio de 1977, tres hombres de civil secuestran a Roberto Santoro en la Escuela Nacional Técnica Nº 25, donde era preceptor. Santoro no era sólo un escritor, un poeta o un periodista: quería sacar la literatura de los recintos intelectuales y llevarla a la calle. "Si mi poesía no ayuda a cambiar la sociedad no sirve para nada", afirmaba.
Él mismo se definía como: "Roberto Santoro: Sangre grupo A, factor Rh negativo, 34 años, 12 horas diarias a la búsqueda absurda, castradora, inhumana, del sueldo que no alcanza. Dos empleos. Escritor surrealista, es decir, realista del sur. Vivo en una pieza. Hijo de obreros, tengo conciencia de clase. Rechazo ser travesti del sistema, esa podrida máquina social que hace que un hombre deje de ser un hombre, obligándolo a tener un despertador en el culo, un infarto en el cuore, una boleta de Prode en la cabeza y un candado en la boca".

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