jueves, abril 02, 2015

El capitalismo, la censura y la libertad vigilada en el arte



El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), a través de su director Bartomeu Marí, anunció, el 18 de marzo, la cancelación de la exposición "La bestia y el soberano", tras la negativa de los curadores a retirar la obra "Haute couture 04 Transport" ("Alta costura 04 Transporte"). Según los creadores de esta escultura -los artistas Inés Doujak y John Barker-, la obra representa al rey Juan Carlos I montado por una mujer de trazos indígenas, inspirada en la líder obrera y feminista boliviana Domitila Barrios, que a su vez es sodomizada por un perro (El País, 18/3).
"El Macba trabaja siempre con una gran libertad y responsabilidad, y tiene una filosofía muy abierta, y hay mensajes que no hay que vehicular desde el museo. El arte son mensajes y los museos, sus transmisores", planteó Marí, para justificar la censura. El Macba argumentó que la obra era "inapropiada y ajena a la línea del museo". La exposición fue cancelada 24 horas antes de su inauguración. En 2014, la obra de Doujak ya se había expuesto en la Bienal de São Paulo.
La curadora Nuria Enguita defendió la obra: "A partir de una matriz histórica, Doujak estudia y analiza las implicaciones actuales del colonialismo y cómo sus problemáticas se perpetúan en la actualidad. Es una obra que aborda el colonialismo desde el malestar del presente". Entre otras voces críticas, una de las artistas que participaba de la muestra denunció que "el patronato del Macba" está presidido por la reina Sofía. Cuando se supo la noticia, un centenar de artistas y trabajadores del museo se concentraron en la puerta de la sede en señal de protesta.
Los mismos curadores de la exposición denunciaron que "aceptar la supresión de la obra no sólo habría comprometido la integridad conceptual de la exposición, sino que amenaza nuestra comprensión del arte y de la libertad de expresión".
Un día después, los artistas de la muestra pidieron la dimisión de Marí, al igual que la plataforma que agrupa las principales asociaciones de artistas visuales, críticos de arte, galerías y espacios de producción. Los trabajadores del museo realizaron una asamblea de cuatro horas. El 20 de marzo, en medio de la polémica, el museo dio marcha atrás y anunció la reapertura de la exposición.
El retroceso respondió a que se habían multiplicado las peticiones de dimisión del director tanto "por parte de profesionales del arte como desde las redes sociales y desde las asociaciones del sector" (El País, 20/3). Finalmente, a pesar de la reapertura, Bartomeu Marí tuvo que renunciar el lunes 23.
Hay que señalar, en primer lugar, que esta reapertura de la muestra -es decir la defensa de la libertad en el arte- es un triunfo generado por la amplia presión de los sectores artísticos (artistas, trabajadores del museo, asociaciones artísticas, galerías), con los matices de cada caso.
Pero el hecho permite un análisis mayor: la censura inicial marca un quiebre respecto a una posición predominante en el capitalismo sobre el arte que, en lugar de rechazar las obras críticas del poder, las expone con la intención de neutralizarlas. Las crisis en las instituciones -en este caso de la monarquía- producen alternaciones en los modos estratégicos de censura.

Daniel Mecca

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