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lunes, abril 06, 2015
La ciencia, lejos de las necesidades del pueblo
Que la producción de conocimiento está al servicio del capital no es una novedad, aunque sus formas se vuelven cada vez más sofisticadas incorporando técnicas y profesionales de distintas áreas. Así emergen las consultoras, que realizan estudios de mercado para distintas empresas de productos y servicios
Los famosos “estudios de mercado” basados solo en técnicas cuantitativas, es decir en números como única fuente de información, han quedado atrás.
Actualmente, esos estudios de mercado se nutren de las llamadas técnicas cualitativas, que provienen de las ciencias humanas como la Sociología, Antropología Social, Psicología y Filosofía. Por lo tanto, no se agotan en el estudio estadístico o numérico.
Lo que hoy se encuentra en pleno proceso de consolidación en la Argentina es lo que sucedió décadas atrás en otros países como Francia y EEUU, por solo citar dos ejemplos.
Consultoras
Las consultoras son empresas que venden servicios a otras empresas que les encargan un estudio sobre su producto con la finalidad de aumentar las ventas.
Son varias las consultoras que existen en Buenos Aires con una amplia trayectoria y el número va en aumento.
La mano de obra que utilizan suelen ser profesionales recién recibidos o estudiantes avanzados, lo cual les permite pagar salarios muy bajos y en negro, y en otros casos contratarlos como monotributistas para la facturación de los servicios prestados.
A su vez estos científicos que se convierten en mano obra barata al servicio de intereses privados, provienen mayormente de universidades estatales, mantenidas por el pueblo trabajador que justamente es el sector al que más le cuesta lograr mandar a sus hijos a estudiar y el que muy difícilmente accede a los beneficios de los avances científicos que producen los egresados.
Modus Operandi
Estas consultoras forman equipos interdisciplinarios, tienen una planificación muy precisa de las etapas del estudio y combinan técnicas cualitativas y cuantitativas.
Cuentan con una libertad absoluta ya que no existe regulación acerca del efecto, trato y destino de la producción científica que surge a partir de tomar a la comunidad como objeto de estudio.
Ahora bien, la refinación de las técnicas metodológicas y los debates “éticos” que se abren dentro de cada disciplina, con la aparición de estos campos de inserción laboral, siguen llevando a discusiones disímiles pero estériles en todas las disciplinas y facultades implicadas. La razón de dicha esterilidad radica en centrar el problema en un nivel solo ideológico-académico y no poder trascender las barreras individuales y los chauvinismos profesionales e institucionales.
La manipulación
El verdadero debate radica en que el avance en la sofisticación de las técnicas de estudio de estas ciencias, y la apertura de estos campos, están directamente relacionados con el desarrollo del capitalismo. La ciencia sigue progresando para ponerse al servicio de las empresas, no solo ignorando las necesidades del pueblo, sino incluso vulnerando los derechos de los propios “consumidores” a decidir.
La profundidad que han alcanzado estos estudios implica conocimientos que van desde la dinámica intrafamiliar, hasta los estados emocionales y psicológicos de los sujetos, para así introducir los productos y aumentar sus ventas.
El destino de estos estudios son las agencias de publicidad, que serán las encargadas de diseñar las campañas con las cuales se saturan los medios de comunicación para promover el consumo de los productos.
Al ser replicadas hasta el hartazgo por los medios, la capacidad de penetración que alcanzan estas publicidades es infinitamente mayor. Y si a eso se suma el perfeccionamiento metodológico alcanzado, se transforman en una herramienta que aumenta de manera exponencial su eficacia.
La deshumanización y la privación de la posibilidad de elegir conscientemente que provoca este uso capitalista de la ciencia, no deben pensarse solo a un nivel “ético” e interdisciplinar y aislado, sino íntimamente relacionado con el poder económico y político que se apropia de la producción de conocimiento social para su beneficio.
Entonces, se debe abrir el debate hacia la sociedad en su conjunto y no solo entre los científicos que trabajan diariamente en esa producción de conocimiento.
. Virginia Pérez
@virginiaperezle
Fuentes consultadas: Erickson, P y Ghasarian, C. (2008). “Un campo de 35 horas… Reflexiones dialógicas sobre las interpretaciones de antropología finalizada en empresas” En: De la etnografía a la antropología reflexiva: Nuevos campos, nuevas prácticas, nuevas apuestas. Colombres, A. (Director). Buenos Aires: Ediciones del sol.
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