sábado, mayo 14, 2016

15 Mayo de 1948, la verdadera historia nunca desmentida

15 de Mayo de 1948 en Palestina, la Nakba, el desastre, los sionistas expulsan al pueblo palestino de su tierra. Semejante acto criminal puesto en marcha provenía de la estrategia sionista de vaciar el país para quedárselo, física, materialmente.
Bajo el paraguas de Inglaterra y Francia llevaron sus colonos como emigración de los lugares más alejados del mundo y generaron los primeros enfrentamientos con la población autóctona. Cubiertos con ese mismo paraguas crearon dos grupos terroristas, Haganá y Stern, y su fuerza la emplearon en realizar matanzas entre la población. El mando británico participó en el desarme de los palestinos, y entre unos y otros crearon un escenario de guerra. Con sus leyes en la mano confiscaron tierras, compraron, alimentaron y dieron proyección a esas bandas armadas que después formaron el ejército israelí, esos mismos que hacían propaganda diciendo a los judíos integrados en otros pueblos del mundo que aquella tierra, Palestina, era su tierra. El pueblo palestino se organizó en guerrilla para rechazar la invasión, pero fue derrotado por los ingleses y las organizaciones terroristas como Stern.
El 14 de Mayo de 1948 habían declarado el Estado de Israel sobre el 54% del territorio que les adjudicó Naciones Unidas, y el mismo día siguiente, el 15 de Mayo, emprenden el crimen de limpieza étnica más grave de toda la historia del siglo XX. La fecha, nombrada por el pueblo palestino como Al Nakba, la catástrofe, recuerda la destrucción por el invasor sionista de más de 500 pueblos y la expulsión, más allá de Palestina, del 80% de su población, creando así a los refugiados palestinos, que se debieron instalar en los países de alrededor, para sufrir como sabemos que sufren los refugiados.
Imaginen que el 80% de:
España, que tiene 46.000.000 de habitantes: los colonialistas expulsasen a 36.800.000
EEUU, que tiene 324.000.000 de habitantes: los colonialistas expulsasen a 259.200.000
China, que tiene 1.375.000.000 de habitantes: los colonialistas expulsasen a 1.110.000.000
Inglaterra, que tiene 65.000.000 de habitantes: los colonialistas expulsasen a 52.000.000
Francia, que tiene 67.000.000 de habitantes: los colonialistas expulsasen a 53.600.000
Rusia, que tiene 146.000.000 de habitantes: los colonialistas expulsasen a 116.800.000
De la suma de los expulsados resultarían: 1.618.400.000 (mil seis cientos diez y ocho millones cuatro cientos mil) personas que vivirían en campos de refugiados porque un grupo de desalmados digesen que éstos países son suyos.
Más de 1.618 millones de personas en el mundo estaríamos en la misma situación que los palestinos y palestinas. Los sionistas destruyeron más de 500 pueblos, y las cifras de población expulsada que aporta Naciones Unidas, 750.000, se corresponden con las cartillas de racionamiento que repartió el organismo internacional, mientras que la cifra que aporta la fuente palestina supera las 900.000 personas. Lo peor es que Al Nakba, o Al Musiba llamado también por los palestinos, fue legalizada a nivel internacional sin que los gobiernos árabes, que salían entonces del colonialismo, en vez de apoyar la creación del Estado Palestino entregaron una parte del territorio a Jordania y otra a Egipto, con lo que favorecieron el plan sionista que buscaba hacer desaparecer la identidad palestina.
Pero hay una segunda cuestión a reflejar, la Resolución 194 emitida por Naciones Unidas, en ella se aprueba la necesaria vuelta de los refugiados árabes a su tierra y sus hogares. Israel les niega la entrada en base a una burla argumental,sosteniendo que los árabes expulsados a otros países, los palestinos que ellos no reconocen como tales, han vuelto a sus países originarios, con lo que pretenden hacerse dueños de Palestina entera. Los refugiados palestinos hoy son ya más de 5.000.000 millones, y son el principal testigo de Al Nakba, son una espina en la garganta de Israel, que les niega su derecho a existir. Trístemente algunas mentes en el ámbito palestino minimizan la cuestión de los refugiados y su derecho al regreso a su tierra, con lo que favorecen el ocultamiento de la responsabilidad israelí tanto como el ocultamiento de los derechos del pueblo palestino a su vuelta.
En 1948, ese año fatídico de la catástrofe, el Jefe del Estado Mayor del ejército israelí, Yigal Yadin, declaraba: “Una minoría árabe, grande o pequeña, es peligrosa para nosotros, tanto en tiempo de guerra como en tiempo de paz.” Una declaración a la altura del sionismo: racista. Se les había quedado sin expulsar un 20% de la población.
En 1961 el consejero para los asuntos árabes del Primer Ministro escribió: “Quizás hubiera sido mejor que no hubiera habido ningún estudiante árabe. Hubiera sido mucho más fácil dominarlos si hubiesen seguido siendo carniceros y aguadores. Pero todo no depende de nuestra voluntad. Existen problemas insoslayables.” Una declaración clasista también a la altura del sionismo. La población palestina estaba formada fundamentalmente por trabajadores y trabajadoras agrícolas.
Mucho antes, en 1905, en los principios de la colonización sionista, Yitzak Epstein, filólogo y educador de origen ruso y pionero sionista en Palestina leyó en un congreso sionista su ponencia que titulaba “La cuestión oculta”, y en ella decía sobre lo que hacían al pueblo palestino: “¿Puede perdurar semejante modo de adquirir la tierra?. ¿Callarán para siempre quienes han sido expulsados y aceptarán tranquilamente lo que les hemos hecho?. ¿No se levantarán finalmente para recuperar con sus puños lo que les fue arrebatado con el poder del oro?. ¿No pedirán cuentas a los extranjeros que les despojaron de sus tierras?.”
Ningún ser humano puede ignorar al pueblo palestino. Ningún ser humano puede ignorar el crimen sionista. Ningún ser humano puede ignorar la verdadera historia nunca desmentida del 15 de Mayo de 1948, día de Al Nakba, la catástrofe.

Ramón Pedregal Casanova, autor de “Gaza 51 días”, “Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios”, y “Dietario de crisis”. Es presidente de la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales, AMANE.

No hay comentarios.: