El exdictador Reynaldo Bignone y el coronel Manuel Cordero fueron sentenciados en un proceso que estableció la existencia de una asociación ilícita entre las dictaduras del Cono Sur.
Fue un juicio inédito en sus características. Se trató del primer proceso judicial en Latinoamérica en trascender las fronteras nacionales, tomando en cuenta que 93 de las 109 víctimas de la Operación Cóndor pertenecen a otros países de la región.
Esta investigación judicial, iniciada en marzo de 2013 logró probar –a través de documentos, archivos y testimonios- no sólo los crímenes, sino que también la existencia de una asociación ilícita de las dictaduras de países del Cono Sur para reprimir y perseguir de manera coordinada a sus ciudadanos.
En conversación con Radio Universidad de Chile, una de las abogadas querellantes en el caso, Luz Palmás Zaldúa, comentó la relevancia y el impacto de este juicio: “hasta ahora, en ningún país de la región ha habido un proceso judicial con estas características (…) este juicio tiene la particularidad de analizar el Plan Cóndor como una asociación ilícita con víctimas de todas las nacionalidades. Ese es el impacto que tiene, no solamente para Argentina, sino que para la región”, dijo.
En la investigación, que se prolongó por tres años, se pudieron reconstruir las distintas etapas que tuvo el Plan Cóndor y de qué manera se repartían las labores los distintos estados dictatoriales. Algunos de los documentos y archivos que se analizaron dan cuenta del rol de los medios de comunicación, como es el caso del diario El Mercurio y el papel que jugó este medio de comunicación en la caída del Presidente Salvador Allende.
Dentro de estas pruebas también se encuentra documentación relativa al rol de Estados Unidos y la Escuela de las Américas en estos hechos. Sin embargo, la abogada explicó que este punto de la investigación se abordó sólo de manera tangencial, pues lo que se buscaba era establecer las responsabilidades de miembros de las dictaduras en el Cono Sur.
Entre los condenados está Reynaldo Bignone, último dictador argentino, y el coronel uruguayo Manuel Cordero, quien fue extraditado a Argentina desde Brasil. También se dictó condena de manera simbólica contra el dictador argentino Jorge Videla, quien falleció en 2013.
Montserrat Rellano
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