Qué hermoso sería el mundo si la sabiduría condujera al hombre; lastimosamente, no es así, lo conducen personas que nunca escuchan porque son prepotentes, se creen infalibles y su ceguera espiritual les incapacita para conmoverse por el sufrimiento humano. Toman decisiones crueles e inmisericordes sin sentir remordimiento, ya que están obnubilados y embrutecidos por la ruindad del medio que les rodea.
Esto explica las arbitrariedades cometidas contra Julian Assange, que intentó cambiar e l planeta y arriesgó su vida en el intento. H a hecho lo nadie hizo: desenmascarar al Complejo Militar Industrial de EEUU , que arrasa el mundo y con sus guerras deja tras de sí una estela de muerte y desolación. Hoy, el fundador de WikiLeaks se encuentra preso e imposibilitado de ejercer su defensa para evitar que lo extraditen a EEUU, que lo ha declarado “una amenaza para la seguridad nacional” y le acusa de “colaborar con el enemigo”, por lo que podrían aplicarle la pena de muerte o, en el mejor de los casos, la tortura, luego de que l e conden en a una larga prisión de hasta 175 años.
Toda esta tragedia se desarrolla a pesar de que Eva-Maria Persson, la fiscal sueca que conducí a la indagación por el delito de violación, supuestamente cometido por Julian Assange, inform ara : “He convocado esta conferencia de prensa para anunciar que la investigación contra Julian Assange fue cerrada, porque resultó evidente que los testimonios orales no son convincentes”. La fiscal agregó que no prevé interrogar al propio Assange, ya que su testimonio no ayudaría a arrojar la luz sobre el incidente.
Tras este anuncio, Kristinn Hrafnsson, director de WikiLeaks, declaró que ahora se debe “priorizar la amenaza de la que Assange lleva años advirtiendo: la persecución agresiva por parte de Estados Unidos y la amenaza que esta constituye para la Primera Enmienda a la Constitución de EEUU”, que protege los derechos a la libertad de religión y a la libertad de expresión.
Por otra parte, más de sesenta médicos de Inglaterra, Australia y países europeos enviaron una carta abierta a Priti Patel, Ministro del Interior inglés, en la que destacan que Julián Assange necesita ser trasladado a un centro médico para que especialistas cualificados evalúen su estado físico-mental y advierten: “Si no se realiza una evaluación y un tratamiento urgente, tenemos verdadera preocupación, basándonos en evidencia disponible, de que el señor Assange pueda morir en prisión”. De igual manera se expresa John Shipton, padre de Assange, que rechaza abandonar Europa hasta no lograr la liberación de su hijo: “Haré todo lo que pueda, no puedo sentarme y simplemente mirar lo que está sucediendo”, recalcó.
El primer acto de esta tragedia comenzó cuando Ecuador traicionó a Julián Assange, sin nada que lo justifique. Le debió proteger y no lo hizo, emitió un decreto para que sea ecuatoriano, para luego pregonar que era un problema heredado y que dicha medida era ilegal, por lo que se eliminaban sus efectos y se suspendía su nacionalidad, regla inexistente en la ley ecuatoriana.
Luego dijo que la situación había llegado a un punto en el que, soberanamente, daba por terminado el asilo a Assange , pues se volvió insostenible e inviable debido a la conducta irrespetuosa y agresiva de su organización, WikiLeaks, que transgredía la totalidad de los convenios internacionales, y a sus declaraciones en contra del país, descorteses y amenazantes. ¡Cómo si la Constitución de Ecuador no garantizara a sus ciudadanos el derecho a expresar se libremente! La verdadera razón, asustar a los periodistas honrados, para que callen la verdad, y satisfacer la aspiración al vasallaje total con que los esbirros del mundo creen servir mejor a la cloaca de Washington, clase política llamada así por el Presidente Donald Trump.
Ecuador hizo con Assange lo que ni las dictaduras militares más perversas han hecho, no respetar el derecho de asilo y permitir que la policía extranjera arreste en territorio nacional a un refugiado político. Fríamente le entregaron a una jauría de lobos hambrientos, antes habían conv ertido su refugio en una celda de tortura rigurosa, que lo transformó en un ser vetusto y enclenque, pese a contar con sólo 47 años de edad. Tal vez, esta mácula se borre cuando Assange sea declarado héroe de Ecuador y se le devuelva la nacionalidad arrebatada ilegalmente.
Luego de que le arrestaran se conoció que los fiscales Kellen S. Dwyer y Thomas W. Traxler, del Departamento de Justicia de EEUU, le acusan de “conspiración para cometer intrusión de computadora” en complicidad con Chelsea Manning, al haber aceptado conseguir la contraseña de una computadora del gobierno de EEUU para obtener documentos clasificados, acusación por la que Assange podría ser condenado a cinco años de prisión, y a la que podrían añadir el cargo de espionaje, por el que podría ser condenado a la pena máxima, si fuera declarado culpable.
Lo real es que Manning entregó a Assange 250.000 cables diplomáticos, 400.000 documentos de la guerra de Irak, 490.000 de la guerra de Afganistán, cerca de 1.000 sobre los detenidos en la cárcel de la Base Naval de Guantánamo y videos conocidos como “asesinato colateral en Bagdad”, en los que se ve disparar a periodistas de Reuters y civiles iraquíes desde un helicóptero de EEUU.
Manning informó a Assange que otros documentos importantes estaban almacenados en el ordenador del Departamento de Defensa, pero que él no tenía la clave de acceso, y le preguntó si se la podía conseguir. Assange no consiguió la clave del computador mencionado y ahora es acusado de un delito que no cometió. Y si la hubiera conseguido, tampoco hubiera cometido delito alguno por tratarse de datos sobre actividades ilegales y no de información secreta; además, todo buen periodista de EEUU podría hacer lo que hizo Assange, pues es protegido por la Primera Enmienda a la Constitución de es t e país, que prohíbe la creación de cualquier ley que reduzca la libertad de expresión o vulnere la libertad de prensa.
El delito de Assange es realizar bien el trabajo que la llamada prensa libre hace mal, calla o tergiversa, es decir, denunciar los crímenes que EEUU comete en la guerra contra el terrorismo : la detención ilegal y brutal de inocentes en Guantánamo, las torturas y abusos cometidos en Irak y Afganistán, el pisoteo de la ley y el derecho internacional por parte del gobierno estadounidense y sus vasallos. Todo esto denunció Assange, por eso hoy su vida está en peligro.
En este caso, la verdad juega un rol importante. Cuando Daniel Ellsberg, ex analista de las Fuerzas Armadas de E EUU , entregó a diecisiete periódicos de dicho país los llamados Pentagon Papers , un estudio relacionad o con la guerra de Vietnam sobre las decisiones del gobierno de Johnson, que el Pentágono había clasificado de top secret, el The New York Times escribió: “demostraron, entre otras cosas, que la administración Johnson había mentido sistemáticamente, no solo al público sino también al Congreso, sobre un tema de interés nacional trascendente e importante”. Vale la pena recalcar que la Corte Suprema permitió que el The New York Times publicara los Pentagon Papers, fallo que ha sido llamado “ el pilar moderno” de los derechos de la Primera Enmienda con respecto a la libertad de prensa.
El caso de Assange es prácticamente idéntico y, sin duda, ambos están protegidos por la Primera Enmienda a la Constitución de Estados Unidos. Ahora, tal como van las cosas, Assange tendría que esperar el milagro de que luego de su posible condena sea indultado por el Presidente Trump, que ojalá no olvide que durante la campaña presidencial elogió el trabajo de WikiLeaks por ser increíble y que amaba lo que esa organización hacía. Ahora, todo depende de la buena voluntad del que gane la lucha por el poder entre el actual mandatario de EEUU y sus enemigos, tanto demócratas como republicanos.
Pero ¿ por qué callan los periódicos Der Spiegel, Le Monde, El País, The New York Times y The Guardian , que usaron la información exclusiva facilitada por Assange y ganaron mucho dinero con sus denuncias para luego distanciarse de él? ¿ Por ignorancia? No, por miedo. Temen al monstruo en que se ha convertido la sociedad estadounidense, capaz de negar su propia Constitución y las garantías que les otorgan sus leyes. Por eso no denuncian el pisoteo a la ley, al orden y al derecho internacional por parte del gobierno de EEUU y sus súbditos del planeta entero .
Olvidan que según santo Tomás de Aquino, “La justicia sin misericordia es crueldad” y, según Gandhi, “La violencia es el miedo a los ideales de los demás”.
Rodolfo Bueno
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