El comunicado emitido por el organismo que dirige Jorge Faurie no hace ninguna referencia a la rebelión policial ni a la actuación de las FF. AA. Se inscribe dentro de la misma línea política golpista impulsada por la OEA y el imperialismo norteamericano.
Ante el golpe de Estado que tuvo lugar en Bolivia, la Cancillería argentina volvió a demostrar que es una vocera de los intereses del gran capital imperialista y de la derecha regional.
En un comunicado de prensa emitido en la tarde de este domingo estuvo lejos de condenar la acción que destituyó al presidente Evo Morales. Por el contrario, el organismo que encabeza Jorge Faurie decidió alinearse con el argumento de la derecha continental.
En el texto se lee que “ante la inestabilidad política vivida por Bolivia tras las elecciones presidenciales del pasado 20 de octubre, el Gobierno argentino toma nota del informe preliminar de la misión electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuya auditoría confirma las denuncias de irregularidades del proceso de escrutinio y recomienda la realización de nuevas elecciones”.
El informe de la OEA -publicado en la madrugada de este domingo- constituyó el aval abierto al golpe que se desarrolló en horas de la tarde. Las FF. AA., luego de haber mantenido una actitud de especulación durante varias jornadas, decidieron “sugerir” a Evo Morales que renuncie. De esta forma dieron aval a la asonada de la derecha y la Policía que se desarrollaba desde hace días.
En el comunicado se señala además que “el Gobierno argentino entiende ineludible la decisión del Gobierno boliviano de convocar nuevas elecciones y, para ello, renovar con transparencia la integración del Tribunal Electoral”.
Sin embargo, el Gobierno que propuso convocar a nuevas elecciones fue el de Evo Morales, luego depuesto por el golpe militar.
El texto finaliza señalando que “el Gobierno argentino espera que las nuevas elecciones a realizarse cuenten con todas las garantías de libertad y transparencia para que se pueda conocer sin distorsiones de ningún tipo la verdadera voz y voluntad del pueblo boliviano”.
Sin embargo, el levantamiento de la derecha está lejos de brindar “todas las garantías”. En la noche y madrugada de este domingo se reportaron ataques y detenciones contra referentes del gobierno depuesto. Además, según informaron medios locales, la casa de Evo Morales fue asaltada y saqueada. Lo que se está viviendo en Bolivia es un brutal revanchismo de la derecha cívica.
Esta posición no debiera sorprender. El gobierno de Macri fue el primero en reconocer al golpista Temer como presidente en Brasil. Estuvo también entre los primeros en saludar el triunfo del ultra-derechista Jair Bolsonaro. Y, cómo no podía ser de otra forma, reconoció al golpista Juan Guaidó como “presidente encargado” de Venezuela a inicios de este año.
Hace pocas semanas, durante el primer debate presidencial, Nicolás del Caño llamó “lamebotas de Trump” a Macri. Razones no le faltaban. Esa definición se puede extender sin mucho problema al canciller Faurie.
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