Entrevista a Eduardo Lucita de Economistas de Izquierda (EDI)
M.H.: ¿Qué nos podés comentar respecto del 19 y 20 de diciembre de 2001?
E.L.: Mirándolo en retrospectiva hay una frase que dice “cuando lo extraordinario se vuelve cotidiano es que hay transformaciones profundas en las sociedades que están aflorando” y me parece que eso es la esencia de lo que pasó el 19 y 20 de diciembre de 2001 hace 18 años atrás. Porque explotaron las contradicciones que se venían acumulando hacía 12/15 años, con el menemismo y luego con el gobierno de De La Rúa.
Fue un hecho extraordinario, el pueblo en las calles por primera vez en la historia ejerció el derecho a revocar un mandato, porque un Presidente que había sido elegido por el voto popular fue expulsado por el pueblo en las calles que lo hizo salir de la Rosada en un helicóptero. Eso tuvo un costo social muy alto, hubo más de 30 muertos en todo el país y esa fue una responsabilidad del ex Presidente De La Rúa y algunos de sus Ministros que, sin embargo, no han sido juzgados y De La Rúa se murió sin pagar lo que tendría que haber pagado por esas muertes.
La mayoría de las muertes de Plaza de Mayo y alrededores fueron porque él dio la orden de que no renunciaba si la plaza estaba llena de gente. Lo que hay que decir también es que en esas jornadas que fueron producto de una crisis económica de una profundidad y una extensión en el tiempo como no habíamos conocido y como todavía no conocemos, porque la crisis actual es delicada pero no es como aquella, también tuvo como respuesta un fenómeno social de la creatividad de las masas como salida de la crisis. Los movimientos de desocupados, los cortes de ruta, las fábricas recuperadas, las asambleas barriales, los mercados productivos, las producciones alternativas, todo eso se creó y mucho todavía persiste, incluso algunas cosas se han recuperado y mejorado. Lamentablemente desaparecieron las asambleas barriales. Pero hay que decir junto con esto que esos días las masas avanzaron sabiendo lo que rechazaban, lo que no querían, lo que impugnaban, pero al mismo tiempo sin saber qué querían.
Hubo una consigna que se pintó en algunos lugares de la ciudad que decía “Que venga lo que nunca ha sido”, o sea, había un deseo de cambio, pero eso no llegó nunca. La política no soporta el vacío, alguien lo tiene que ocupar y la burguesía volvió a ocupar ese lugar, repuso la autoridad de orden y mando del Estado y el funcionamiento de las instituciones.
Eso le llevó dos o tres meses porque en ese tiempo las clases dominantes eran dominantes pero no eran clases dirigentes. El país estuvo acéfalo durante un par de meses. Eso es algo que queda en la historia, pero hay que recuperarlo, sacar las conclusiones y no tratar de aplicarlo mecánicamente a cada situación que se presente porque ese es un fracaso seguro. Pero esas jornadas han quedado grabadas con tinta indeleble en la historia, la leerán los jóvenes, pero los que tuvimos la ocasión de participar en ellas no las olvidaremos nunca.
M.H.: Estuviste en España recientemente y me gustaría que compartieras tu visión política de ese país.
E.L.: Un poco superficial porque fue un viaje que no tenía pensado, salió de improviso, estuve prácticamente todo el tiempo en Sevilla. Lo que vi de España es que hay una situación económica relativamente equilibrada, un Partido Socialista que ha perdido todos los valores, si es que tenía alguno, un ascenso muy fuerte de la derecha Vox, que es la derecha del Partido Popular, y que está encadenado con el ascenso de todas las derechas en una serie de países europeos, que es un dato de la actualidad, el rechazo a la globalización pero por derecha.
Al mismo tiempo cómo se va diluyendo Podemos, que ha perdido todo ese aura transformador, de cuestionador de las autoridades y las instituciones, se ha integrado totalmente al sistema y se convalidó el acuerdo para cogobernar con el PSOE, pero eso hace que los elementos más progresistas y radicalizados dentro de Podemos, entre ellos Anticapitalistas, un sector con el cual yo estoy identificado políticamente y di un par de charlas allá sobre la situación de América Latina, se está retirando de Podemos.
Es una situación muy compleja porque la izquierda es débil, la izquierda socialdemócrata está perdiendo los pocos valores que le quedaban y hay un ascenso de una derecha muy radicalizada y anti sistema.
M.H.: Me decías que habías cruzado a Portugal.
E.L.: Fue solo un paseo, pude conversar con algunas personas, es evidente que han logrado una salida de la crisis, están bastante establecidos. Han pasado unos años muy malos por el tema de la deuda y el acuerdo con el Banco Central Europeo. No ha sido una experiencia como la griega pero ha sido una experiencia socialmente muy dura la que han tenido que atravesar. Ahora está un poco más estabilizada, la izquierda ha crecido, está en un bloque más amplio que gobierna, se está posicionando mejor la izquierda anticapitalista dentro de una situación que es difícil como en toda Europa.
M.H.: ¿Qué análisis hacés de las medidas propuestas por el gobierno nacional en nuestro país?
E.L.: No es como se suponía un plan de ajuste feroz, que cumple con las promesas que había hecho el candidato Fernández de darle absoluta prioridad al problema del hambre y los pobres y a los que ganaban la jubilación mínima. Pero hay una redistribución dentro de los jubilados, los que ganan más de 20.000 pesos pierden posición frente a los que ganaban la mínima que van a ganar un poco más. Por ahora son dos bonos de 5.000 que los llevan en diciembre y enero a 19.000 pesos pero no se sabe cómo va a seguir esto.
Se sabe que van a cambiar nuevamente la fórmula de ajuste. Las personas de jubilación intermedia, que no es la mínima, que fueron saqueados por el gobierno de Macri y que ahora íbamos a recuperar algo con el ajuste por inflación, resulta que lo sacan y vamos a perder plata nuevamente.
Esta Ley ómnibus en realidad tiene un sesgo fiscalista muy fuerte porque está orientada a solventar la deuda y a hacerlo fiscalmente, a pasar a tener superávit fiscal primario. Se dice que todas estas medidas que va a tomar el gobierno le van a dejar un superávit de 2 puntos del PBI. Si le restas el 0,8 de déficit que deja el gobierno anterior te da un superávit primario.
Por eso los mercados de bonos y los especuladores de Wall Street estallaron. Ya van dos días seguidos que los bonos suben 7/8% y el riesgo país bajó, porque hay una garantía de que se va a pagar la deuda. Incluso el artículo 57 del proyecto que se está discutiendo habilita al Tesoro nacional a emitir letras en dólares por U$S 4.371 que son exactamente los intereses que hay que pagarle a los tenedores de bonos en el año 2020. Es decir, que están mandando una señal al sector privado, va a estar la plata para pagarles desde el primer día del año que viene. Son todas señales que el gobierno les está mandando a los acreedores para obtener los dos o tres años de gracia que necesita para tratar de respirar y ver qué hace.
La opinión general es esta, que es un programa totalmente fiscalista, que con una serie de medidas que se están tomando y algunas que están fuera de esta ley intentan frenar la caída de la economía pero no hay ninguna garantía de reactivación, no hay ningún indicio de que se vaya a encender la economía como prometió Fernández. Sí que van a parar la caída, algo más de consumo va a haber porque todo el dinero que vaya a la AUH, a las jubilaciones mínimas, todo el dinero que va a haber para la tarjeta alimentaria, todo eso va directamente al consumo, ahí no hay nadie que ahorre ni que se vaya a comprar un dólar.
Eso algún movimiento va a generar, la economía va a dejar de caer pero eso no significa que va a haber creación de empleo, mayor productividad, etc. Se van a necesitar otras medidas para eso. Es cierto que hay un margen que tiene el nuevo Presidente, si consigue postergar o suspender los pagos en los próximos 2 o 3 años el Estado va a respirar y, por otro lado, hay buena parte del ajuste que ya hizo Macri, que deja una economía con un 0.8 de déficit fiscal primario pero la había recibido con 5.5. Deja un dólar que estaba muy atrasado en 2015, valía 9 pesos y en el mercado negro estaba a 15 y ahora está en 63. Hay quienes dicen que ese dólar está bien para continuar exportando, que tiene que ir acomodándose a medida que avance la inflación pero que no está muy atrasado, las Leliq han caído exponencialmente, de un millón doscientas que había están por debajo de las 700.000, los Bancos se están sacando de encima las Leliq muy velozmente, eso es un beneficio muy importante y, por otro lado, la caída de la actividad económica es tan fuerte que hay entre un 40 y un 55%, según la rama de producción, de capacidad instalada ociosa, eso significa que cualquier repunte de la demanda que haya van a poder producir sin que eso influya sobre los precios. Porque los costos fijos de las empresas se distribuyen sobre la cantidad de productos, si producís 10 lo repartís entre 10, pero si producís 20 lo repartís entre 20 y eso no presiona sobre los precios, por lo menos hasta que se colme la capacidad instalada y haya que reinvertir. Pero para eso tienen 3 o 4 años por delante.
La política de este gobierno es convalidar y legitimar la deuda
M.H.: Quiero volver sobre el tema de la deuda, estando vos en España nos visitó Eric Toussaint y participó de una serie de actividades, visitó el Parlamento, tuvo algunos reportajes en medios gráficos, estuvo con Bercovich en C5N, insistiendo mucho en el tema de la “deuda odiosa”, que no es el camino que ha tomado el gobierno de Alberto Fernández. Pero evidentemente el tema de la deuda es central dentro del cuadro económico de nuestro país. ¿Vos ves alguna luz al final del camino?
E.L.: Eso si logran reestructurar los pagos, postergarlos, sobre todo postergarlos. Hay que ver qué pasa con el pago de intereses y eso le daría un respiro al Estado para hacer alguna política activa sin tener que derivar fondos al pago de la deuda. De todos modos la política de este gobierno es convalidar y legitimar la deuda, en algún momento se va a tener que pagar y mucho me temo una vez más se pierde la oportunidad de investigarla, porque si tiene dos o tres años de suspensión de los pagos es un tiempo óptimo para investigar.
Los 100.000 millones de dólares que endeudó Macri en tan poco tiempo ¿por qué fue eso? ¿Por qué se emitió un bono a cien años a una tasa del 7%? Si se trataba de aprovechar una oportunidad, un crédito al 4%, a la mitad de lo que se pagaba, es una justificación, pero acá se pagó la tasa más alta del mercado y a cien años. Por ejemplo, ¿por qué el FMI le dio el préstamo más grande de su historia a un país sabiendo que el país no lo iba a poder pagar? Nosotros sabemos que esa fue una ayuda de Trump a Macri, porque el cronograma de desembolso estaba ajustado al cronograma electoral. Pero ese es un argumento que nadie puede esgrimir. Entonces el FMI tiene que dar explicaciones.
Además se sabe que los tecnócratas del FMI no estaban de acuerdo en dar este préstamo, lo dieron por la presión de EE UU. Se sabe también que los principales socios del FMI después de EE UU, Italia, Alemania y Holanda estaban en contra del préstamo y, sin embargo, se dio igual. Ahí hay para investigar y también por qué razón el FMI lo echó a Caputo, porque usaba los fondos que le prestó el FMI para venderlos en el mercado para tratar de frenar el dólar, cuando eso está prohibido por los Estatutos del FMI. Lo echaron por eso, pero después vino el siguiente y lo habilitaron para que haga lo mismo. Que expliquen por qué hicieron eso porque eso significó que se perdieran miles de millones de dólares. Incluso está el tema del día después de las PASO, ese lunes el dólar explotó y el Banco Central no hizo nada para frenarlo cuando tenía la autorización del Fondo para hacerlo. ¿Por qué no hizo nada para frenarlo?
Hay muchas cosas para investigar, el tema de la deuda odiosa y la legitimidad de la deuda, porque una deuda se supone que es para mejorar las condiciones del país, acá se firmaron dos acuerdos con el FMI, se tomó la deuda más grande de la historia, entraron 44.000 millones de dólares y la economía fue empeorando día a día, no es que se fortaleció.
Es más, cuando el gobierno de Macri salió corriendo a Washington para pedirle auxilio a EE UU fue porque ya estaba en default con los bonos privados, ahora resulta que estamos en default con los bonos privados y con el FMI, entonces quiere decir que el préstamo del FMI no sirvió para nada, esa es una deuda odiosa, porque una deuda tiene que beneficiar al pueblo, al Estado, no es legítima esa deuda.
Todo eso hay que ponerlo sobre la mesa y discutirlo y el gobierno de Fernández lo tiene servido para plantear una reunión para discutirlo, llamar a especialistas de distintos países, a los de Holanda, Alemania, Italia que se opusieron a esto, para que expliquen por qué se oponían. Hay mucho para hacer y, sin embargo, todo lo que se está haciendo es para poder pagar la deuda y por lo tanto convalidarla.
M.H.: ¿Querés agregar algo más?
E.L.: Sobre la situación actual, que hay que ver también que el contexto es un poco complicado. La economía mundial marcha a una desaceleración, la única excepción a esto es la economía de EE UU que viene creciendo hace años, a tasas bajas, pero viene creciendo, tiene las tasas de desocupación más bajas de los últimos 30 años, ha bajado tremendamente la tasa de interés. Pero en el mundo no hay capitales productivos para invertir y los capitales financieros no le dan crédito a la Argentina. Brasil no alcanza a recuperarse, que es muy importante para la Argentina. China está creciendo al 6% que es muy poco para ellos, por lo tanto, la situación internacional no es favorable para la economía argentina.
No se puede pensar de aquí a dos años en un boom exportador, no se puede pensar en capitales para financiarlo. Por lo tanto, lo único que le queda al gobierno Fernández es el Estado e impulsar la demanda interna, para eso no tiene fondos, si quiere pagar la deuda, las dos cosas al mismo tiempo no se pueden hacer. Veremos cuando se salga de esta discusión, que es inmediata, dentro de 3 o 4 meses cómo evoluciona esto.
M.H.: Tampoco es favorable el panorama políticamente, por todas estas situaciones que se han dado, el golpe en Bolivia, el triunfo de Johnson en Inglaterra.
E.L.: Es claro que hay un ascenso de las derechas, incluso en Uruguay, allí el militar que defiende la dictadura sacó el 11% de los votos, en un país donde la democracia burguesa está instalada. No es que ganó Lacalle del Partido Nacional, Manini Ríos es una derecha carapintada y sacó ese porcentaje, ni hablar de Bolsonaro en Brasil. Lo que pasa en Bolivia también.
Hay dos tendencias que están pugnando en América Latina, en Chile se pelea por hacer avanzar la historia, en Bolivia se pelea para que la historia no retroceda. En ese marco hay otra serie de cuestiones, en Ecuador y Colombia hay una importante cantidad de rebeliones, con huelgas generales seguidas. Incluso hay muchas rebeliones en todo el mundo, empezando por Hong Kong, Argelia, Libia, Irán, en todos estos países el estallido es provocado por una situación puntual, desde el precio de la nafta en Irán, el precio de las llamadas por WhatsApp en Libia, en Hong Kong por la Ley de extradición, en Chile por el valor del metro de Santiago, etc.
Hay un hilo conductor en todo esto que es la desigualdad social, que se incrementó a partir de la crisis mundial de 2008, y eso es lo que está impulsando todas estas rebeliones. Al mismo tiempo lo que pone en crisis es el régimen democrático liberal que se instaló en todo el mundo después de la II Guerra mundial. También hay que decir que Argentina es una excepción como Brasil, ya que son los dos países que lograron canalizar esto hacia el régimen democrático liberal y de las instituciones burguesas. En Chile, Colombia y otros lados han tenido que sacar a los militares a las calles, acá votó todo el mundo. Hay una gran diferencia.
Mario Hernandez
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