La Red Penssan (Red Brasileña de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional) había hecho un estudio difundido la semana pasada, que estimaba que 116,8 millones tienen inseguridad alimentaria. El desempleo llegó a un récord 14,4% en abril, más del 50% de los trabajadores son informales (el desempleo real afecta a 32 millones de personas). Las ayudas de 600 reales por mes fueron eliminadas; saldría otra, por 150 reales.
El presupuesto del gobierno de Jair Bolsonaro para este año prevé recortes severos: “menos R $ 36 mil millones en salud, retira recursos de la educación, en programas de crédito para micro y pequeñas empresas empresas, y no proporciona recursos para mantener el Programa de preservación de ingresos y empleo (BEm)” (Tribuna Classista 45, p. 9); también congela salarios, permite suspensiones y disminuye cargas patronales y derechos laborales, y aumenta el presupuesto militar. La inflación de alimentos llega al 20%.
Los chicos
El estudio indica que de los niños de hasta 4 años de edad, el 29,3% come en cantidad y calidad ideal, pero el 70,6% padece algún nivel de inseguridad alimentaria. En 20,5% de los hogares directamente se pasa hambre. “Filas de centenares de personas buscando sopa en las iglesias del centro de San Pablo, automóviles cada vez más viejos usados como Uber y las motos o bicicletas alquiladas de los entregadores de comida son algunas de las imágenes de este Brasil del segundo 1° de mayo de la pandemia” (Télam, 1/5).
Según Nexo, “el acceso de la población brasileña a los alimentos esenciales de la dieta básica cayó significativamente: 44% redujo el consumo de carne, y 41 por ciento disminuyó el consumo de frutas”. El 25,5% de los hogares cuya jefa de familia es una mujer pasa hambre, mientras que en hombres alcanza solo al 13,3%. En los casos en que la persona es negra la inseguridad alimentaria trepa al 67,5%.
Emiliano Monge
03/05/2021
No hay comentarios.:
Publicar un comentario