martes, diciembre 11, 2007

Bulgaria: Lo que se perdió de una época



Alexander Paunov, secretario general del Partido Comunista Búlgaro.

En 1989, el campo socialista se venía abajo y los que celebraron entonces, seducidos por un capitalismo de revista y convencidos de que la historia había tenido allí su epílogo moderno, comienzan a cuestionar hoy los senderos del pasado.

Para Bulgaria, la nación de Europa oriental donde en 1990 dejara de existir un modelo socialista, los cambios que sucedieron a la transición no fueron precisamente los esperados:
"Con respecto a la educación, en Bulgaria no había analfabetos. En el momento actual, ya se están cerrando escuelas, los maestros no se sienten motivados debido a los bajos salarios que tienen; incluso, han hecho huelgas pidiendo mejoras. Hoy ya hay analfabetos que no solo pertenecen a las minorías turca o gitana; hay búlgaros cuyos padres no tienen recursos para enviarlos a la escuela."
Así refirió en entrevista concedida a Granma, Alexander Paunov, secretario general del Partido Comunista Búlgaro, quien fue invitado a la Isla por el Comité Central del Partido y participó recientemente en la XIV Conferencia Internacional de Estudios Europeos.
"Después de los cambios, se produjo un gran desempleo. Muchos jóvenes, por motivos económicos, tuvieron que emigrar. Bulgaria está perdiendo su intelectualidad y los recursos invertidos en su calificación. Por otra parte, se trata de jóvenes en edad fértil; se van para Italia, España, Grecia o Portugal, y (sus hijos) nacen españoles, italianos... En este sentido, Bulgaria está teniendo una regresión también en crecimiento demográfico."
La esfera de la Salud tampoco escapó de la avalancha promovida hace más de 15 años desde Occidente. Lo que antes fue gratuito, ahora no cuenta entre las posibilidades de un millón de habitantes del país sin acceso al seguro médico.
¿Cómo se explica esta situación cuando, de los 240 miembros del Parlamento búlgaro, 82 pertenecen a la llamada Coalición por Bulgaria, ala izquierda del grupo gobernante?
"Esto no da la posibilidad de hacer un gobierno de izquierda ––aclara Paunov––, y provocó que esta tuviera que asumir compromisos en su programa y en su política económica. De esa manera, se hizo una coalición con dos partidos centristas liberales."
Las contradicciones y la lucha de intereses en el seno del Legislativo suscitaron cambios como la reducción, de un 15% a un 10%, del impuesto corporativo pagado por los capitalistas.
"En manos de los empleadores quedaron cientos de miles de levas; pero este dinero no va a la renovación de la producción, a las nuevas tecnologías, a renovar el parque de máquinas, a la elevación de la calificación de los trabajadores ni al aumento de los salarios; sino al consumo privado, a comprar Mercedes Benz, casas¼ ; o sea, que no entran directamente a la economía del país."
No obstante, también al interior de la izquierda las posturas rozan el antagonismo. Con un solo diputado en el Parlamento, los comunistas apenas pueden influir sobre las decisiones legislativas.
"Nosotros aspiramos a defender nuestras visiones, nuestros puntos de vista, que se diferencian de los del Partido Socialista. Por ejemplo, solo cuatro miembros de la izquierda votamos en contra de que nuestras fuerzas fueran enviadas a pelear a Iraq. (¼ ) Fuimos cinco o seis diputados los que estuvimos en contra de la instalación de bases norteamericanas en Bulgaria; también en cuanto a la venta de terrenos búlgaros a extranjeros."
En el 2007, la solución de oro para una economía rezagada y corrupta parecía venir en brazos de la Europa comunitaria. Anunciándose con visos de salvación, la Unión había exigido "democracia política", economía de mercado y eficiencia del sistema judicial a cambio de un boleto de entrada a su club.
Sin embargo, "este año, que es el primero en la Unión Europea, Bulgaria viene siendo como un donante de la UE, porque tenemos una cuota de 632 millones de levas que dar; para el 2008, son 654 millones (aproximadamente 326 millones de euros); pero nosotros en estos momentos no recibimos dinero de los fondos europeos".
Además, "estamos entrando en un mercado común y están comenzando a elevarse los precios de las mercancías, aspirando a llegar a los precios europeos y los propios ingresos ––los salarios, las pensiones––, no están aumentando al mismo ritmo, de aquí que haya una inflación elevada".
El también Vicepresidente del Grupo de Amistad Parlamentario Bulgaria-Cuba considera las relaciones entre el Partido Comunista de la Isla y el de su país, como "extremadamente buenas"; y, finalmente, destaca: "Ya la gente hace la diferenciación de lo que existía antes y de lo que tiene ahora. El tiempo político está transcurriendo de una manera muy rápida y en Bulgaria habrá cambios positivos. En nuestro país la gente recuerda qué es lo que perdió en una época".

Lianet Arias Sosa

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