Tras la decapitación ideológica de la clase obrera de los años 90 la socialdemocracia europea trata de erigirse portavoz de una “nueva izquierda” interclasista, eliminando por decreto la lucha de clases y dotando al capital de una personalidad propia y ajena a la dialéctica.
De esta forma una serie de intelectuales ajenos completamente a la realidad en la que viven, tratan de resucitar a Kautsky y sus secuaces. Para ellos después de la segunda gran guerra imperialista, el capitalismo ha encontrado una gran armonía por la cual todos los capitalistas nacionales llegan a acuerdos y coordinaciones actuando como una estructura superimperialista oprimiendo a los estados burgueses. Los ciudadanos –recordemos que ya no existen las clases- deben reclamar saliendo a la calle como cándidos corderitos que sus estados estén al servicio de los ciudadanos y no de las multinacionales. Bienvenidos al capitalismo sin fronteras.
Sin embargo la dura realidad siempre aplasta de manera contundente a aquellos propagandistas idealistas que objetivamente actúan como fuegos artificiales de la burguesía tratando de distraer al proletario en los senderos de la historia que indudablemente les llevarán a la toma del poder político.
No sólo con la guerra de Irak quedó en evidencia que los intereses del capital son dispares y que cada estado burgués defenderá los intereses de su burguesía nacional. En el mismo estado español podemos ver como se traducen esos conflictos, primero con la guerra de adquisición de Endesa y ahora con la de Repsol-YPF.
El gobierno español ha hablado claro: “Queremos que Repsol sea independiente y española” ¿Pero no quedamos en que existe libre competencia, libre entrada y salida de capitales y por supuesto que capital no tiene patria?
Evidentemente la respuesta es un claro y rotundo no. Repsol es uno de los claros referentes del imperialismo español –recordemos la adquisición de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, antigua empresa pública argentina- y el estado burgués hará todo lo posible por defender los intereses de la burguesía española frente a los intereses de la burguesía rusa que trata de fortalecer el sector de la explotación y producción energética frente a la crisis. Da igual que estén dispuestos a pagar un precio de adquisición muy superior al llamado “precio de mercado” que nada tiene que ver con el valor político que le da la burguesía. ¿Cuál es la supuesta “independencia y españolidad” que defiende el gobierno español? ¿Acaso los capitalistas españoles defienden algo más que sus propios intereses? Exactamente igual que los capitalistas rusos que defienden los suyos.
Con la crisis capitalista estos conflictos salen cada vez más a luz y dejan en evidencia a la socialdemocracia reformista cuyo único interés es fortalecer el capitalismo y las herramientas de explotación que se alimentan con la sangre de trabajadores de todo el mundo.
Hoy como ayer, las enseñanzas del maestro Lenin siguen completamente vigentes, al igual que las tareas de los comunistas. El imperialismo, como fase superior del capitalismo es terriblemente destructivo y dañino para los trabajadores de todo el mundo. Pronto vendrán a solucionar sus problemas con otra guerra criminal, enfrentando unos pueblos contra otros. Es por ello que es una tarea primordial el luchar contra el imperialismo y sus lacayos, transformar los intereses nacional-chovinistas de la burguesía y proclamar sin complejos un programa de unidad de clase en defensa de los intereses del proletariado.
La consecución de naciones libres e independientes pasa por la destrucción de los intereses de los burgueses “independientes y españoles”.
Frente a la guerra de los imperialistas. ¡¡Guerra de clases!!
Artículo de A. Mariño
Sábado 22 de noviembre de 2008
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