La Habana, 18 nov (AIN) Gerardo Hernández, uno de los Cinco cubanos presos políticos en EE.UU. "conoce que su causa es justa y un día se reunirá con (su esposa) Adriana y caminará por las calles de La Habana como un hombre libre".
Así lo afirma el Padre Lapsley, presidente de la Asociación de Amistad con Cuba (FOCUS) en Cape Town, Sudáfrica, tras su más reciente visita al luchador antiterrorista cubano en la Penitenciaria Federal de Victorville, California, donde está injustamente confinado.
En fragmentos del artículo del Padre Lapsley que hoy reproduce el diario Granma con el título: Libertad de los Cinco depende de nosotros, el religioso destaca que Gerardo permanece completamente firme en su compromiso con la Revolución cubana y con su patria.
El Padre Lapsley, tras su quinta entrevista con Gerardo, realizada esta última el pasado el lunes tres de noviembre, narra que "aunque es una prisión de nuevo tipo, es difícil imaginar un lugar más inhóspito. La única cosa que faltaba era una señal diciendo, "rendida la esperanza de todo el que entre aquí".
Gerardo, junto a Antonio Guerrero, Fernando González, Ramón Labañino y René González, son presos políticos en EE.UU. por el único hecho de buscar informaciones dentro de los grupos contrarrevolucionarios de Miami que históricamente han planeado y ejecutado acciones terroristas contra la Isla.
Sometidos a un amañado proceso judicial en Miami, ciudad norteamericana controlada por la mafia cubano-americana que por casi 50 años ha utilizado las más sórdidas acciones para destruir la obra de la Revolución, Los Cinco, como se les conoce internacionalmente, fueron castigados con severas e injustas condenas que ahora cumplen en diferentes cárceles estadounidenses.
El religioso explica que Gerardo, a quien llevó saludos de todo el movimiento de solidaridad con Cuba en Sudáfrica, lo recibió "con una sonrisa radiante y confianza natural.
"Había, añade, muchas cosas de qué hablar -lo último de su casa- Cuba, Sudáfrica, Estados Unidos, nuestras familias, el movimiento de solidaridad. Las tres horas se fueron corriendo.
"Indudablemente, la mayor pena de Gerardo, es que al amor de su vida, Adriana, su esposa, le ha sido rechazado el permiso para reunirse con él en los últimos 10 años. Tal crueldad es contraria al derecho internacional y refleja miserablemente a Estados Unidos".
El Padre Lapsley precisa que las esperanzas de Gerardo están en todos, en el pueblo cubano y el movimiento de solidaridad mundial. "La libertad de Los Cinco -concluye- depende de nosotros".
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