El Opus Dei conserva su caché
La influencia del Opus Dei en el Parlamento ha caído enteros durante el Gobierno del PSOE. No obstante, la Obra mantiene su influencia empresarial mediante centros de gestión y fundaciones.
Robert De Niro, Nicolas Cage o Antonio Banderas, cualquiera de estos tres actores podría ser José María Escrivá de Balaguer en la gran pantalla, o al menos es lo que anunciaba uno de los foros cinematográficos del Opus Dei. La película se planteó como una respuesta al ataque mediático más importante que ha sufrido el Opus en 80 años: El Código Da Vinci, una ficción que escoció en el seno de la Obra y que, para algunos analistas, la sumió en una crisis de vocaciones acentuada por la mayor popularidad de otros movimientos de la ultraderecha católica, como los Legionarios de Cristo y Camino Neocatecumenal, los numerosos ‘Kikos’.
No obstante, el Opus cuenta en la actualidad con más de 80.000 fieles oficiales, de los cuales 1.750 son sacerdotes. Más de la mitad de los seguidores de la Obra, ahora dirigidos por el prelado Javier Echevarría, viven en Europa. América es la segunda fuente de militantes, con más de 28.000 individuos adscritos al grupo. Oficialmente, la prelatura es una organización “sin ánimo de lucro”, si bien su fundador recomendaba emplear lo que él llamaba “el Santo sablazo” para financiar sus “obras de caridad”; misiones orientadas casi exclusivamente al proselitismo.
Políticos afines
Escrivá aseguraba desde el púlpito que él no se metía en política. Sin embargo, la nómina de afiliados al Partido Popular relacionados con el Opus es extensa. Ex ministros como Federico Trillo, Juan José Lucas, Cristóbal Montoro, Margarita Mariscal de Gante, Isabel Tocino o Romay Beccaría, y otros ‘populares’ de la vieja guardia como Ana Mato o el ex director general de la policía y actual Conseller de la Generalitat valenciana, Juan Cotino, aparecen en las quinielas de supuestos allegados al grupo. Junto a tan notorio elenco, otros partidos cuentan con sus propios “sospechosos”, como el embajador de España en el Vaticano, Francisco Vázquez, del PSOE, que ha participado en charlas para defender el compromiso con la libertad de Escrivá, y personalidades de otros grupos como CiU, UPN o EA también son simpatizantes, colaboradores o allegados a este grupo. Los mismos rumores –inevitables cuando se trata de una organización que cohabita con el secreto– situaban al propio José María Aznar como “afecto” al Opus; no en vano, sus hijos se educaron en colegios de la prelatura (excepto el pequeño Alonso, que estudió con los Legionarios) y su esposa, Ana Botella, es sobrina del supernumerario José Botella.
En más altas esferas suele recordarse la larga relación entre la Obra y la casa real. François Normand recordó en su libro El poder del Opus que el rey Juan Carlos tuvo como preceptor a un miembro de la Obra, Anael López Amo, así como el apoyo del Opus durante el proceso de sucesión de Franco. Un sacerdote de la prelatura, Federico Suárez, fue capellán de la Zarzuela, y otro miembro, Álvaro del Amo, fue el encargado de la educación del príncipe Felipe. La amistad de la secretaria personal de la reina, Laura Hurtado de Mendoza, que pertenece al Opus, con la periodista Pilar Urbano pudo influir en la elección de esta última como biógrafa oficial de la Reina. La misma periodista arremetía en 1994 contra los “maricas”, las “machihembras” y los “sarasas recomidos de sida”.
Escuelas y fundaciones
Urbano se apresuró a explicar que el 80% de los beneficios de su biografía irían a parar a obras benéficas. Se refería a la Fundación Senara, que gestiona un colegio con el mismo nombre en el barrio de Moratalaz (Madrid), una sociedad de la prelatura que recibe, además de las donaciones de Urbano, distintas ayudas de Comunidad y Ayuntamiento de Madrid, así como de las obras sociales de Cajamadrid y La Caixa.
El Opus funciona en el Estado a través de diversos grupos para la educación: Centros Familiares de Enseñanza, Fomento de Centros de Enseñanza, Attendis, Institució Familiar o el Grupo COAS entre otros. Estas sociedades se encargan de la gestión de centros privados, a los que numerosos cabildos y comunidades han cedido el usufructo de terrenos. Recientemente, la Comunidad de Madrid, gobernada por Esperanza Aguirre, otorgó a la Fundación Educatio Servanda, presuntamente vinculada con la Obra, 26.000 metros cuadrados para la construcción de un nuevo colegio en el municipio de Alcorcón. Esta fundación recoge en su web una guía práctica para la objeción a la asignatura de Educación para la Ciudadanía, caballo de batalla del universo Opus junto a temas como la investigación con células madre, el aborto o la eutanasia.
La Universidad de Navarra, otra entidad sin ánimo de lucro, recibe millones de euros de financiación pública para proyectos de investigación. Asociada a la universidad navarra, está la IESE Busines’ School, escuela de negocios de prestigio internacional. La principal vía de financiación de la Prelatura es a través de fundaciones y organizaciones no gubernamentales, así como de las aportaciones de sus numerarios, supernumerarios y allegados. La página web Opus Dei Awareness Network aporta un amplio listado de Fundaciones vinculadas al Opus que operan en EE UU y en países como México, Argentina, Italia o Inglaterra. Como ejemplo, una de las ONG de la Obra, Séniors Españoles para la Cooperación Técnica (SECOT) recibe fondos del Ministerio de Trabajo, el Ministerio de Industria, el Instituto de Crédito Oficial o la Unión Europea, entre otros. Según Agustina López, coordinadora de Opus Libros, una web crítica con la prelatura, las ONG del Opus “dicen que van a ayudar a los pobres de Perú y en realidad lo que hacen es abrir una escuela para captar numerarias auxiliares o dicen que ayudan a jóvenes campesinos para que tengan acceso a la educación, y lo cierto es que lo que hay detrás es un seminario para conseguir futuros sacerdotes agregados”.
Empresas y jueces
El presidente del Banco Popular, Ángel Ron, declaró al aterrizar en su cargo que “el Opus Dei no influye para nada y dudo que haya influido (en la gestión) en el pasado”, sin embargo el vicepresidente de la entidad, Luis Herrando y Prat de la Riba, es hermano del vicario regional de la Obra. Más empresas o corporaciones importantes en cuyos organismos directivos hay o ha habido allegados al Opus son FCC, BBVA, ONO o Europa Press, y organismos como el Fondo Monetario Internacional, la Unesco, la ONU o el FBI, cuyo director durante el mandato de Clinton, Louis Freeh (miembro del Opus) organizó, entre otras operaciones, el asalto contra la secta de David Koresh en Waco (Texas). Como señalan las fuentes consultadas, lo más habitual es que los allegados nieguen pertenecer a la Obra, salvo que sea demasiado evidente.
Uno de los que ha negado su filiación es el presidente del Consejo General del Poder Judicial, propuesto por el PSOE, Carlos Dívar, que explicó durante su toma de posesión la ventaja que tenía respecto a ateos y agnósticos a la hora de juzgar: “Los católicos, obedeciendo al Papa, nunca nos equivocamos”. Otros magistrados en la órbita del Opus Dei son el ex vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) José Luis Requero (que participa activamente en actos del movimiento antiabortista), la presidenta de la Audiencia de Vizcaya, Ana Iracheta, o el ex fiscal general del Estado, Jesús Cardenal.
Entrevista a Alberto Moncada, autor de la "Historia oral del Opus Dei" y presidente de Sociólogos sin Fronteras.
Moncada estuvo en la Obra durante los ‘50. Ahora califica al Opus “como una extraña secta civil que controla a sus miembros solteros hasta límites inverosímiles”. Considera que el Opus no influye en la vida política tanto como lo hizo durante las dictaduras de Franco en España o Pinochet en Chile o como lo viene haciendo la Conferencia Episcopal desde las legislaturas de Aznar.
DIAGONAL: ¿Ha entrado el Opus en un período de recesión?
ALBERTO MONCADA: Me da la sensación de que la gente está abandonando el Opus en desbandada. Hay una contradicción entre una primera generación cercana al poder y lo que pasa en la actualidad, que es un poder limitado que se concentra en la red de colegios que tiene. Yo le doy mucha importancia a sus centros de formación empresarial. Aparte del de Barcelona [IESE], hay en México, en Navarra, etc. Estos colegios han sabido dar con ese tipo de gestor neoconservador, capitalista a ultranza y muy leal que interesa a las empresas. Luego están las profesiones más conservadoras, por ejemplo la judicatura, donde hay personajes especialmente conservadores que son un trozo de Opus. Ese tipo de fundamentalismo funcionó muy bien con el Papa polaco, que les hizo muchos favores, como crearles esa independencia de los obispos territoriales o la ‘turbocanonización’ de Escrivá. Ahora ya no está tan claro, porque este Papa ya no es tan amigo.
D.: ¿Por qué dice que es una secta y no un grupo católico más?
A.M.: Como secta, es un grupo cerrado, donde no hay democracia interna, en la que los miembros están totalmente subordinados a lo que dice el superior. Evidentemente, la mayoría de los observatorios de sectas ya lo tienen clasificado como tal. A medida que la gente se informa, se va limitando su alcance.
D.: ¿Les han afectado las últimas películas críticas?
A.M.: La situación de las mujeres en el Opus es muy siniestra y eso es lo que aparece en Camino. Es un reflejo muy bueno de lo que es el fanatismo, de cómo cogen a una niña y la manipulan hasta su muerte. En cuanto a la respuesta del Opus, ahora han sido más listos: se han callado, han puesto a la familia de la niña a dar la cara, pero ellos se han inhibido. Han aprendido del error que tuvieron con El código Da Vinci.
D.: ¿Sólo hay gente de derechas en el Opus?
A.M.: Ellos no han inventado nada, simplemente cogen el Concilio de Trento y lo aplican hasta las últimas consecuencias. Son muy poco amigos de luchar contra los pecados del dinero: hay gente del Opus muy sinvergüenza, siempre la ha habido, pero eso se perdona. Se obsesionan por lo que tiene que ver con la obediencia, con el sexo, es decir, con la moral tradicional. Han tenido varios escándalos financieros, ahí está Ruiz Mateos, por ejemplo, que tuvo problemas porque dijo que había dado dinero para salvar al Papa Juan Pablo II. Ellos no quieren que se diga nada de la contabilidad del Opus. Por ejemplo, todo el dinero del Opus es negro. Alguien del Opus tiene la obligación, como casado, de dar el 10% de sus ingresos. Pero nunca les dan un recibo. Tienen una contabilidad falsa: lo que ganan no va al fisco. El Opus es un paraíso fiscal.
Pablo Elorduy
Diagonal
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