martes, diciembre 30, 2008

Cien años de la ocupación y frustración


1898: Nada justificó la intervención militar yanqui

Este año se conmemora el aniversario 140 del inicio de la lucha armada de los patriotas cubanos contra el colonialismo español en pos de su independencia y aquellos acontecimientos que atrajeron la atención internacional en la década de 1868–1878, lucha que fue sellada con el Pacto del Zanjón y la viril Protesta de Baraguá. Luego del fracasado intento de 1879– 1880, la lucha armada de los cubanos se reinició el 24 de febrero de 1895 extendiéndose hasta 1898.
El triunfo de las armas cubanas y la aspiración a lograr la independencia no resultó posible debido a que en los momentos en que la situación política y militar inclinaba la balanza a favor de las armas cubanas, se produjo la oportunista intervención militar de Estados Unidos, de ello se cumplen ahora 110 años.
Desde la segunda mitad del Siglo XVIII, los fundadores de Estados Unidos, manifestaron abiertamente sus pretensiones expansionistas, anexionistas y hegemonistas con relación a América y también a Cuba.
En 1767, una década antes de que las Trece Colonias inglesas declararan su independencia, Benjamín Franklin, uno de sus padres fundadores, escribió acerca de la necesidad de colonizar el valle de Mississipi: (...) para ser usado contra Cuba o México mismo (...) 1 El político norteamericano John Adams, vicepresidente de Estados Unidos en 1789, reelegido en 1792 y electo presidente en el periodo 1796– 1800, en carta fechada el 23 de junio de 1783, dirigida a Robert R. Livingston, uno de los principales colaboradores de Thomas Jefferson en la redacción de la Declaración de Independencia y firmante de la Constitución de Estados Unidos por el Estado de New Jersey, expuso lo siguiente: (¼ ) es casi imposible resistir la convicción de que la anexión de Cuba a nuestra República Federal será indispensable. 2
En 1787, Alexander Hamilton, Secretario del Tesoro, uno de los padres fundadores de esa nación, exhortó a que su país creara un gran sistema norteamericano, superior al dominio de toda fuerza trasatlántica, y para lograrlo recomendaba: "La creación de un imperio continental americano que incorpore a la unión los demás territorios de América, aún bajo el dominio colonial de potencias europeas, o las coloque, al menos bajo su hegemonía". 1
Los hombres blancos o caras pálidas del oeste norteamericano, despojaron de sus tierras y exterminaron a cerca de once millones de cheyennes, cherokees, seminolas, sioux apaches, iroqueses, y otros, e hicieron celebre la frase de que el único indio bueno era el indio muerto.
Theodore Roosevelt, quien con el grado de coronel del ejército estadounidense, desembarcó en 1898, en Santiago de Cuba, al frente de los Roud Ridgers, y posteriormente fue presidente de ese país en el periodo de 1901–1909; al referirse a ese exterminio dijo: (¼ ) La tierra se tomaba en beneficio de la humanidad; esta era blanca, no piel roja. Es una torpe, perversa y estúpida moralidad la que prohíbe prácticas de conquistas que convierten los continentes en asiento de poderosas y florecientes naciones civilizadas. 3
Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, refiriéndose a la actitud de los gobernantes estadounidenses, dijo: (¼ ) Por lo que respecta a los Estados Unidos tal vez esté equivocado, pero en mi concepto su gobierno a lo que aspira es a apoderarse de Cuba sin complicaciones peligrosas para su nación (¼ ) este es el secreto de su política y mucho me temo que cuanto haga o proponga sea para entretenernos y que no acudamos en busca de otros amigos más eficaces y desinteresados. 4
En 1898, los gobernantes estadounidenses hacían realidad un sueño de más de 130 años, al intervenir militarmente y despojar a España del territorio cubano, apoderarse de la preciada Isla para anexarla a la Unión; siempre anhelaron apoderarse de Cuba y claradamente expusieron el desprecio y la subestimación hacia los nativos de la Isla.
Grover Cleveland, ex presidente de Estados Unidos que gobernó ese país entre 1893 y 1897, lo evidenció en carta que remitió a su Secretario Richard Olney, el 26 marzo de 1900, al escribir: Me temo que Cuba debiera ser sumergida por algún tiempo antes de que pudiera ser un estado, territorio o colonia de los Estados Unidos del que estuviéramos orgullosos. 5
Enrique Collazo, general de brigada del ejército Libertador de Cuba, quién formó parte de la Comisión que viajó a Estados Unidos a discutir con representantes estadounidenses el inicio de la intervención militar de tropas de ese país en el conflicto hispano–cubano, en 1905 escribió: (¼ ) El gobierno americano ha sido siempre un enemigo de la independencia cubana, su política ha sido siempre hostil a los cubanos y, es más, en momentos precisos en que su indeferencia sólo hubiera sido necesaria para desarrollar en Cuba el espíritu de independencia, fue agente poderoso que mató esos intentos en provecho del gobierno español. 6
La guerra de independencia de Cuba de 1895-1898 a diferencia de las anteriores se extendió de un extremo a otro de la isla, sus efectos fueron devastadores y los rigores de la misma afectaron a todos los territorios. En la parte occidental, que incluía las provincias de Las Villas, Matanzas, La Habana y Pinar del Río, se concentraba el 74% de la población y el 80% de las riquezas del país. El impacto de la guerra y la reconcentración en la población y la economía fue terrible, más de 300 000 personas, en su mayoría niños, ancianos y mujeres murieron a consecuencia de la misma. La base económica que sustentaba el mantenimiento del régimen colonial, quedó desarticulada, la producción del azúcar, el tabaco y otros productos agrícolas fue destruida. La Isla estaba arruinada y endeudada, el costo material y humano resultaba insostenible para la metrópoli española que había agotado hasta el último hombre y la última peseta.
España capituló el 12 de agosto de 1898, el 10 de diciembre se firmó el Tratado de París. El primero de enero de 1899 fue arriada la bandera española e izada la norteamericana, se iniciaba la ocupación militar de la Isla por tropas extranjeras. El General en Jefe del Ejercito Libertador de Cuba escribió unas proféticas palabras, en su Diario de Campaña: (¼ ) Tristes se han ido ellos y tristes hemos quedado nosotros, porque un poder extranjero los ha sustituido. Yo soñaba con la paz con España, yo esperaba despedir con respeto a los valientes soldados españoles, con los cuales nos encontramos siempre frente a frente en los campos de batalla(¼ ) Pero los americanos han amargado con su tutela impuesta por la fuerza, la alegría de los cubanos vencedores, y no supieron endulzar la pena de los vencidos. La situación pues, que se le ha creado a este pueblo, de miseria material y de apenamiento, por estar cohibido en todos sus actos de soberanía, es cada vez mas aflictiva, y el día que termine tan extraña situación, es posible que no dejen los americanos aquí ni un adarme de simpatía. (¼ ) 7
El general Enrique Collazo, reflexionando acerca de aquellos hechos, escribió: (¼ ) Conscientes o inconscientes los hombres del gobierno y nuestra representación en el extranjero aparecerán ante la historia, como instrumentos del gobierno americano, que engañó al ejército de Cuba para obtener su cooperación, que engañó al mundo aparentando un exceso de desinterés y humanitarismo, para venirnos a sorprender luego, con una tutela odiosa e innecesaria y arrancarnos dos pedazos de tierra, si no grandes en extensión, con la suficiente para recordar al pueblo cubano mientras en ellos ondee la bandera americana, el engaño de que han sido víctimas y la falta de honradez política, en los que los utilizaron como aliados y los trataron como enemigos despojándolos de parte de su tierra y de su independencia. 8
Nada justifica la intervención militar yanqui, salvo el hecho, posteriormente confirmado por la historia, de sus pretensiones de apoderarse de Cuba, como lo hicieron con Puerto Rico.
El Ejército Libertador, que combatió durante 30 años por independizarse de España; fue desarmado y licenciado; sus soldados recibieron unos míseros pesos en pago por el servicio a su patria; los patriotas cubanos de aquella generación tuvieron que ingerir el trago amargo de aquella intervención; soportar la humillante ocupación militar del país por el que tanto habían luchado y tanta sangre se había derramado; las botas de la prepotente soldadesca yanqui, sustituyeron a las españolas. (¼ ) tuvo el ejército que sufrirlo todo, el desprecio de los americanos que nos habían engañado, el odio latente del españolizado que considerándose rebajado, miraba con recelo al soldado cubano a quien envidiaba su gloria y le temía. (¼ ) El ejército cubano empezaba a ser un estorbo, un peligro, aquel grupo de hombres armados mal comidos y mal vestidos y a quien el malestar podía llevar al monte, era preciso que desapareciera; era pues indispensable su desarme. 9
El ejército yanqui de ocupación, humilló la dignidad del cubano, mancilló nuestro honor y el suelo patrio; despreció a los soldados cubanos, que fueron tildados de vagos, ladrones, parásitos e incapaces; laceró lo más puro de los ideales independentistas de los precursores de nuestra independencia: Céspedes, Agramonte, Gómez, Maceo y Martí.
Los gobernadores militares estadounidenses John R. Brooke, hasta diciembre de 1899 y el general Leonard Wood, hasta mayo de 1902, cumplieron la política trazada por el republicano William Mac Kinley, presidente de Estados Unidos, dirigieron mediante órdenes militares al pueblo cubano que desesperadamente se reponía de una devastadora y sangrienta guerra.
Bajo la supervisión del Gobierno Interventor y las autoridades estadounidenses, se organizaron las primeras elecciones para la constituyente, se eligió presidente de la República a Tomás Estrada Palma, quién para ello renunció a la ciudadanía estadounidense; se aprobó la Constitución de la República con una Enmienda Platt que cercenaba la soberanía del país.
El presidente Tomás Estrada Palma, firmó preferenciales acuerdos con autoridades estadounidenses que lesionaron la soberanía nacional: la venta y entrega de parte del territorio cubano en Caimanera para el establecimiento de carboneras y bases navales, por tiempo indefinido; el Tratado Permanente de Reciprocidad Comercial y otros que propiciaron la penetración acelerada del capital financiero norteamericano; comprometieron y empeñaron el futuro de-sarrollo de la nación cubana.
La división de los cubanos, el surgimiento y proliferación de múltiples partidos políticos: Nacional, Liberal, Moderado, Conservador; Autonomista, Constitucional y otros; las aspiraciones y ambiciones políticas de Tomás Estrada Palma, José Miguel Gómez, Alfredo Zayas y otros, propiciaron pugnas y contradicciones que se manifestaron en forma violenta. Estrada Palma intentó reelegirse como presidente de la República y tras unas fraudulentas elecciones, provocó la cruenta guerrita, en la que se vieron enrolados un grupo de generales veteranos de la Guerra de Independencia contra el colonialismo español en el siglo XIX.; tales disturbios, dieron motivos a Estrada Palma a solicitar la segunda intervención militar estadounidense.
Enrique Collazo, en la dedicatoria de su libro a los cubanos, afirmó: (¼ ) El pueblo débil que confía la defensa de su libertad y su derecho a un pueblo vecino, poderoso y fuerte, merece ser esclavo y lo será. Aprendamos en la historia de nuestro pasado a desconfiar de nuestros humanitarios protectores, buscando en la paz desarrollar nuestra riqueza, para poder hacernos fuertes, si es que queremos conservar la independencia absoluta y la libertad, por las cuales hemos luchado medio siglo. 10
Sabias palabras, que han sido confirmadas por nuestra propia historia y constituyen hoy, una alerta permanente para nuestro pueblo, que desde hace ya cincuenta años, alcanzó: libertad plena, independencia absoluta y soberanía total; ellas fueron logradas a expensas de la sangre, el sudor y las lágrimas de varios centenares de miles de los mejores hijos del pueblo cubano, ellos se sacrificaron para lograrlo; a ellos y por ellos; a sus ideales y principios, no le fallaremos ni traicionaremos jamás.

1 D’Estéfano Pissani, Miguel: Historia del Derecho Internacional, desde la antigüedad hasta 1917. Editorial Ciencias Sociales. La Habana, 1985, p 149.

2 Toste Ballard, Gilberto. Guantánamo: USA al Desnudo. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. 1983., p 8

3 Guerra, Ramiro: La expansión territorial de los Estados Unidos. Editorial Ciencias sociales. La Habana. 1975. pp 45 – 47.

4 Céspedes, Carlos Manuel: Carta a José M. Mestre, en Fernando Portuondo y Hortensia Pichardo: Carlos Manuel de Céspedes. Escritos, Tomo I, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1974, pagina 84

5 Papeles de Richard Olney, colección documental en The Division of Manuscrits, The Library of Congress, Washingthon DC. Carta de Cleveland a Olney, 26 de marzo de 1900.

6 Collazo, Enrique: Los Americanos en Cuba. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1972, página 6.

7 Gómez Báez, Máximo: Diario de Campaña. Centenario 1868. Instituto del Libro. La Habana.1968. pp 371,372.

8 Collazo, Enrique: Obra Citada, página 230.

9 Collazo, Enrique, Obra citada, página 232.

10 Enrique Collazo, Obra Citada: Dedicatoria a los cubanos.


Raúl Izquierdo Canosa

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