La cantidad de fenómenos de crisis sociales, políticas y económicas, crece día a día en Colombia ante la ineptitud y complicidad del régimen de ultraderecha del Presidente Uribe, quien ha sido la ficha política más abyecta de América Latina del gobierno del Presidente Bush.
Uribe Vélez sigue hundiéndose en el desempleo, en el caos, la quiebra de empresas y la expansión de los asesinatos de campesinos, de gentes pobres, en las diversas regiones de Colombia. Ya, hasta la prensa más derechista del país, no tiene más remedio que registrar la ola de crímenes que se han extendido en toda Colombia. El diario de la ultraderecha española, El Tiempo registra el 30 de noviembre que en el departamento del Meta murieron a bala 7 personas, entre ellas un niño de 5 años de edad; la Fiscalía, dice El Tiempo de esa fecha, acusó a Omar Quintero, uno de los jefes de las bandas de asesinos de narcotraficantes, como presunto coautor en la masacre de 40 pescadores en Sitionuevo (Departamento del Magdalena). A su vez, el mismo periódico, en su edición del 27, de noviembre denuncia el asesinato de 7 personas en Amagá, Departamento de Antioquia, perpetrada por pistoleros. En el departamento del Putumayo según informa el mismo periódico el 27 de noviembre que se ha desatado una “guerra de piedras, garrotes y bombas”. Fueron saqueadas e incendiadas las oficinas de las llamadas pirámides, que a la vista de gobierno Uribe han estafado a cientos de miles de colombianos en varios cientos de miles de millones de pesos, que han llevado a que en el Departamento de Nariño, al sur de Colombia, en límites con el Ecuador, el Gobernador del Departamento, Antonio Navarro, recientemente elegido popularmente para el cargo, haya tenido que entrar en una huelga de hambre para exigir del gobierno de Uribe Vélez acciones concretas y no de simple palabrería sobre la crisis a que ha conducido al país. Calcula que en ese solo departamento se perdieron más de un billón de pesos; en Putumayo 920 mil millones y en Cauca y Huila más de 600 mil millones de pesos. Sin embargo, ha asumido ahora una cara de inocencia y de persona ajena a los males nacionales, que incluye, centenares de asesinatos en todas las regiones.
El desenmascaramiento de las barbaridades de Uribe Vélez ha saltado a la prensa, incluso la de extrema derecha como El Tiempo de Bogotá, que en su edición del 2 de diciembre recoge un artículo del economista y profesor universitario Pedro Medellín Torres quien dice que: “Mientras unos pocos ganan a borbotones, nadie quiere oír a unos personajes patéticos que insisten en mostrar las consecuencias que tendrán las decisiones de Uribe sobre la ética pública y las instituciones políticas del país, cuando todos en realidad quieren oír que estamos ante el mejor gobierno de la historia. Hoy son los hijos del Presidente los que deben salir a explicar que sus conductas no son ilegales. Antes había sido el propio Álvaro Uribe el que tuvo que salir a aclarar por qué el gobierno no había actuado en la crisis de las pirámides; y antes había tenido que asumir la responsabilidad de los falsos positivos; y antes debió explicar por qué estaba en el Palacio presidencial un delegado de “Don Berna”; y antes tuvo que salir a jurar que jamás le ofreció prebendas a Yidis Medina por su voto aprobatorio de la reelección presidencial, y antes, que no había llamado a un magistrado para hablar de la situación de su primo hermano envuelto en la “parapolítica” y antes una sucesión de antes que sólo dejan ver situaciones oscuras, en las que ha terminado viéndose el propio palacio presidencial. En el mismo periódico dice el economista Mauricio Cabrera: “ ¿es posible que en algún país del mundo se puedan desaparecer 2.500 millones de dólares sin que ninguna autoridad se percate o reaccione? Sí ¿Dónde? en Colombia.
No me refiero a los miles de millones de pesos que cambiaron de manos en las “pirámides” y dejaron a cientos de miles de colombianos estafados y arruinados ante la negligencia e irresponsabilidad. Si sirve de algún consuelo, fenómenos similares ya habían ocurrido en otros países. Lo que no tiene antecedentes es que 2.500 millones de dólares en billetes que entraban y salían del país cada año de pronto pareciera que dejaron de circular. Los antecedentes de esta historia son conocidos. En el año 2005 y 2006, coincidiendo con la aprobación de la reelección de Uribe y el aumento de la confianza de los inversionistas, salieron del país 2.500 millones de dólares en efectivo por año; tal cantidad de billetes representa el doble del monto del 2.004 y cinco veces lo que salió en el 2.002 cuando empezó el gobierno de la “seguridad democrática” (es decir de Uribe Vélez). Estos envíos de billetes, registrados en oficinas públicas, eran consignados en bancos del exterior por casas de cambios y entidades financieras que los compraban en el país sin hacer muchas preguntas sobre su origen”. El Doctor Cabrera demuestra que los 2.500 millones de dólares que salieron en cada año de Colombia habían entrado al país y agrega: “El problema es que no hay ninguna actividad lícita que mueva esta cantidad de efectivo, por lo que lo más probable es que se tratara de un gigantesca operación de lavado de dinero del narcotráfico, pues una vez consignados en Bancos de Estados Unidos, esos dólares se vendían libremente en el mercado intercambiario y se convertían en pesos”.
Puedo decir, como el poeta Eduardo Carranza a Pablo Neruda: “Pablo, esa es Colombia”. “Sobre todo ahora”, agrego yo.
Apolinar Díaz – Callejas (especial para ARGENPRESS.info)
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