miércoles, marzo 31, 2010

Camarada Jean Ferrat


Ha pasado mucho tiempo, pero los que guarden memoria sabrán que la mejor canción francesa fue, entre otras muchas cosas, la canción de la “Resistente”, del obrerismo, el anarquismo y del comunismo democrático..
Y es que en Francia, al igual que en los Estados Unidos, el nexo entre la creación musical y el obrerismo anarquismo fue de primer orden.
Baste señalar que tres de los pilares de la canción francesa contemporánea, dos fueron anarquistas (Georges Brassens y Leo Ferré), en tanto que Jacques Brel, al menos desde mitad de los años cincuenta, no anduvo muy lejos, también aquí habría que hablar de Jean Ferrat y del Ives Montand “chansonnier”.
Los dos primeros, por lo demás, recordados compositores, militaron en asociaciones anarquistas y colaboraron con la prensa libertaria de la época. La trayectoria de Georges Brassens fue fecunda y admirada. Sin olvidar que ha sido homenajeado por compositores de la talla de Paco Ibáñez o Joaquín Sabina, sin olvidar la “nova canço” catalana. La trova brasseniana, contiene un don especial que con su simpatía y frescura, nos recuerda las mañanas de Septiembre. Su ironía y disconformidad, iban acompañadas de una inmensa ternura. Canciones como “Le testament” y “Le petit marguerite”, son el mejor ejemplo de la singular síntesis de este gran trovador. Brassens fue Brassens en la agradable tragicomedia de René Clair, Port des Liles (Francia, 1957). Señalemos que el cineasta Rémi Sautet le dedicó el documental Les Amis de Georges Brassens (Francia, 2001). En cuanto a Jacques Brel se reveló como un actor excelente, y estuvo presente en la película sobre la banda de Bonnot.
Jean Ferrat, que acaba de fallecer a los 79 años, fue un niño judío que se quedó sin padres pero que los encontró y buenos en una pareja de militantes comunistas del PCF, buena gente, trabajadora, luchadora que creía que la historia pasaba por el partido y que confiaba en su dirección. Ferrat naturalmente, fue de los suyos pero ya no fue igual. Para él la revolución y todo lo demás no pasaba ya por un partido que presumía de ser “el más estalinista”, y que en nombre del ideal pasó por muchas historias terribles…
“Compañero de ruta” que se permitía la libertad crítica, Ferrat fue el autor de más de 200 canciones, y con ellas pasó a ser uno de los símbolos de la izquierda gala, especialmente del Partido Comunista Francés (PCF), desde mucho antes de saltar a la popularidad en 1964 con su disco 'La Montagne,. Entre ellas se registran algunas como 'Nuit et brouillard' (Noche y niebla, con el mismo título de la impresionante película de Alain Resnais de 1955 sobre los campos de concentración nazis), "Camarade", que se cantaba en muchas movidas obreras, amén de otras más líricas como 'Les yeux d'Elsa' o 'Aimer à perdre la raison'.
Considerado durante mucho tiempo por la gente "el cantante del PCF", Ferrat recordó las afinidades pero también las diferencias, por ejemplo, durante el mayo del 68 sus barricadas estuvo con los “gauchistes-Marcellin. No tardó mucho en ajustar las cuentas con el estalinismo en una canción que los lectores y lectoras encontraran “colgada” en Kaosenlared.
Esta canción nos habla del mal entendido, de cómo en nombre del ideal se aplicaron los métodos de los procesos de Moscú a estalinistas de buena fe como Arthur London en cuya obra “La confesión” todavía permanecía ciego ante las tramas de los años treinta, y solamente al final fue capaz de abrir los ojos como lo haría, con mucha más claridad su compañera Lise London o Lise Ricol.
Su Francia era la nuestra: “La de treintaiséis a sesentaiocho antorchas”
La del 36 era la de la huela general con ocupaciones, la del frente obrero contra el fascismo.

Pepe Gutiérrez-Álvarez

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