martes, marzo 16, 2010

¿“Es absolutamente demencial tratar de revivir al socialismo”?


¡¡Es impostergable la destrucción del capitalismo!!

“…Un hombre no puede sobrar y la sociedad donde el hombre sobre no sirve, no resiste un análisis ético, no resiste un análisis humano, entonces ya de por sí está condenada desde el punto de vista moral y humano...” Fidel Castro, 15 Feb 2002

Estimado Profesor Héctor Silva, he leído cuidadosamente su entrevista publicada el día domingo 21 de febrero 2010 en el diario de circulación nacional El Universal. Razón por la cual, en un marco de respeto y necesario intercambio de saberes, me permito expresarle algunas inquietudes que me han surgido a raíz de sus opiniones.
Con el devenir del tiempo, la humidad mediante el trabajo productivo transforma su entorno para satisfacer las necesidades sociales que permitan la reproducción de la vida humana.
Es lógico, que con el paso de los años la población se incrementa y como consecuencia de este proceso, crecen las necesidades sociales, razón por la cual la economía política cobra un importantísimo papel como ciencia, que estudia dialécticamente las leyes que rigen a la producción social, su distribución y el consumo del actual modo de producción capitalista.
Es precisamente el marxismo, la principal herramienta de lucha para la nueva fuerza laboral asalariada, dado que la metodología marxista aporta un instrumental científico, que permite interpretar la realidad para su posterior transformación en función de los intereses de clase de los explotados. No obstante, no pretendemos extrapolar la teoría marxista para resolver de manera manualesca los graves problemas que aquejan hoy en día la humanidad.
Es una tarea impostergable de los estudiosos de la economía política interpretar la realidad que impera en el siglo XXI, para ello resulta necesaria una actualización que tome en cuenta las condiciones materiales que rigen la realidad hoy en día. De igual forma, la esencia de la teoría marxista se encuentra más viva que nunca. La lucha de clases tiene clara expresión en todos los campos de la vida, y es precisamente esa lucha la que forja la actual fuerza laboral asalariada de los pueblos de nuestra América Latina, para sentar las bases de un proyecto de país soberano, que permita abolir la esclavitud asalariada, que nos obliga a vivir como animales, a causa de una clase social -la burguesía- que se apropia del trabajo colectivo y enmarcado en la I-racionalidad económica del capital, genera lo que no se debe producir.
No nos parece honesto con la historia del pensamiento económico invalidar una teoría que fue elaborada para unas condiciones materiales específicas; es decir, para un determinado tiempo histórico. No podemos mirar cualquiera de las afirmaciones que hizo Marx con el mismo lente con que las ideo. Pues cuando hacemos ese ejercicio estéril dejamos de ser dialecticos y nos desconectamos con la realidad. No era ese el mensaje de Marx, al menos no es lo que se lee en sus extensa obra escrita.
Actualmente la combinación de los factores productivos genera una producción que no está orientada a satisfacer las necesidades sociales del hombre y la mujer. Dicha producción se encuentra orientada hacia su realización en el mercado capitalista para poder continuar el ansiado proceso de valorización del capital.Quedando así en evidencia -como muy bien lo señaló Marx- el creciente conflicto entre la socialización de las fuerzas productivas y la forma privada de su apropiación.
Es decir, en la lógica interna del sistema, no se concibe la plena satisfacción de las necesidades humanas, ni siquiera las básicas, puesto que no se justifica que, con los actuales niveles de desarrollo de las fuerzas productivas, se produzcan las chatarras que actualmente vemos en el mercado capitalista, sin importar que un importante porcentaje de la humanidad, en su mayoría niños y niñas menores de 10 años mueran de hambre cada día.
“la pregunta clave en el tema de la ética es como debe uno vivir. Que la persona por su mismo albedrio decida vivir conforme a los valores positivos es una decisión propia y en el socialismo existente no hay libertad individual…”[1]
¿De cuál ética estamos hablando? Ese mecanismo perverso del capital que por lograr su valorización atenta contra la vida humana, existiendo posibilidades reales de satisfacer las necesidades de esos niños y niñas que mueren diariamente, es un proceso que no puede ser ético.
Como muy bien lo señala Lenin: “…La libertad es una gran palabra, pero bajo la bandera de la libertad de industrias se han hecho las guerras más expoliadoras y bajo la libertad de trabajo se ha despojado a los trabajadores…”[2] Es decir, cada quien desde su posición de clase interpreta en función de sus intereses.
¿Existe libertad individual en el capitalismo? Una persona que no tiene más remedio que vender su fuerza de trabajo para recibir a cambio un salario de subsistencia ¿tendrá libertad? Cuando se habla de libertad hay que preguntarse: ¿La libertad de quien?
En el capitalismo la “libertad” es una ficción que se justifica desde la racionalidad del capital a través de la alienación de los seres humanos que ansían niveles de bienestar inalcanzables.
¿Vive bien la gente en el capitalismo? No hay que ser un teórico ni un experto en economía para saber la respuesta. La evidencia empírica sobra para sustentar firmemente la incapacidad del sistema y de sus teóricos de la economía burguesa en generar bienestar COLECTIVO a la población, en garantizar la vida humana.
Por otra parte, no considero correcto afirmar que hay socialismo en el país. A nuestro criterio se está gestando un proceso de transición hacia el socialismo. Como es de esperar con sus complejidades y contradicciones inherentes a la dinámica que atraviesa el país.
Desde nuestro punto de vista la conducta demencial subyace en justificar desde la lógica del capital, elevadísimos niveles de miseria, desigualdad, pobreza, entre otros males que azotan la vida humana como consecuencia directa del desarrollo capitalista.
La demencia a la que usted se refiere, radica en continuar defendiendo la teoría económica que justifica la continuidad del capitalismo -que hoy en día la realidad evidencia su rotundo fracaso por explicar el caos actual y ni hablar de generar una respuesta efectiva que conlleve a la superación de la crisis estructural del capital-. Es decir, dejemos a un lado el nombre del nuevo sistema de organización político y económico que deberá imperar en la sociedad, lo importante es coincidir que el capitalismo es inviable y que su destrucción es impostergable.
Según la CEPAL el cambio climático costaría un 137% del PIB a la región como consecuencia directa del desarrollo capitalista. La región con los mayores campos fértiles para la producción agrícola, importantes reservorios de agua potable entre otras ventajas comparativas que posee en relación al resto del mundo, se encuentra inmersa en un proceso de incertidumbre, que necesariamente repercutirá de forma negativa en la generación de ingresos, y por ende, se incrementará la incapacidad de la región en satisfacer sus necesidades básicas.
De tal forma que la contradicción Capital-Naturaleza cobra una gran importancia en el actual grado de desarrollo de las fuerzas productivas.[3] Puesto que ponen en tela de juicio la existencia de la vida humana. Como ejemplo de ello, podemos observar el terremoto de 7.3 grados en la escala de Richter sucedido en Haití, Japón y recientemente Chile con una magnitud de 8,8 grados, las brutales inundaciones que azotaron Madeira, Portugal, el desprendimiento de un Iceberg gigante en la Antártida de 178 km de largo equivalente al tamaño de Luxemburgo.
La siguiente afirmación: “…Venezuela va a ser el único país de América Latina con recesión en 2010…” no es del todo cierto. Según el informe publicado en la página web de la CEPAL la mayor caída de la actividad económica para el año 2009 se registro en México, y en algunos países de Centroamérica y el Caribe. El panorama para la región suramericana del año en curso es poco alentador para países como Chile, Ecuador y Venezuela según la CEPAL. De igual forma, no perdamos de vista que la dinámica de los países del “Centro”-las grandes potencias-, direcciona la realidad interna de los países de la “periferia”[4], cada una sujeta al grado de desarrollo y especificidad particular de cada nación, pero al final no independiente a los países desarrollados.
El panorama económico, político y social para la economía mundial en el transcurso del año 2010 es de mucha incertidumbre, desempleo y recesión. Dado que el régimen de acumulación Monetarista-Neoliberal (1974 - hasta la fecha) estimuló el crecimiento de la economía a través de cuantiosas inversiones en el sector financiero que triplicaron las inversiones en la base productiva, es decir el PIB mundial.
El capital creyó haber ideado la formula mágica para revertir eternamente la tendencia decreciente de la tasa de ganancia mediante la especulación del dinero, es decir; dinero creando más dinero, prescindiendo de la fuerza de trabajo para imprimirle valor agregado a las mercancías.
Los resultadosestán a la vista, según cálculos de la Comisión para América Latina (CEPAL) alrededor de nueve millones de personas caerán en pobreza producto de la crisis que estalló en el 2009.[5]
Pareciera entonces, que las ideas de Marx están más vivas que nunca, la agudización de las contradicciones inherentes al capitalismo apertura la llamada época de cambio en la cual la fuerza asalariada explotada por el sistema, se encuentran motorizando cambios que actualmente se reflejan en la realidad del país y en la región.
Creemos que la demencia radica en continuar defendiendo el actual sistema de organización de la sociedad, el cual a través de su lógica pone en tela de juicio la continuidad de la raza humana.
Para finalizar, nos gustaría hacer una reflexión relacionada con la idea desarrollada por usted en la entrevista: “… el empresario mejora continuamente su proceso de producción para poder competir, por eso uno de los problemas que tuvo la sustitución de importaciones es que elimino la competencia extranjera…”
La política de industrialización sustitutiva de importaciones (ISI) que se llevó a cabo en el país a partir de la caída del dictador Marco Pérez Jiménez (1958) es el primer intento a través de una serie de planes y objetivos de corto, mediano y largo plazo para industrializar la nación.
Esta iniciativa se encuentra circunscrita al régimen de acumulación Fordista Keynesiano (1945-1974), imperante para los inicios y desarrollo de la política de industrialización. Este contexto nos resulta importante tenerlo presente a la hora de analizar el fracaso de la ISI, pues creemos que los factores exógenos a nuestra economía desempeñaron un papel relevante.
Según las investigaciones y escritos del profesor Armando Córdova, el referido régimen de acumulación presenta tres sectores productivos que se encuentran perfectamente articulados.
üEl científico Tecnológico (sector I) donde se idean los procesos de producción y organización del trabajo.
üIngeniería calificada (sector II) donde se lleva a cabo la fabricación calificada de maquinas y herramientas.
üEnsamblaje calificado (sector III) donde se arman las mercancías finales.
Descripción que nos permite evidenciar con claridad la división existente entre los procesos productivos, lo cual le permitió al capitalismo de los países “desarrollados” la separación geográfica de estas etapas en la división internacional del trabajo. Permitiendo así, trasladar a los países “subdesarrollados” el sector III, derivando en mayores mercados y ganancias para las industrias de los países “desarrollados”.
En Venezuela, el punto de partida de la ISI, fue empezar por el ensamblaje calificado (sector III) con miras a ir progresivamente desarrollando las capacidades técnicas que permitieran ir pasando al sector II y sector I. Estos objetivos nunca se lograron, porque los conocimientos técnicos, las tecnologías nunca se trasmitieron a los países de la periferia y por otro lado el tipo de bienes que se ensamblaban en el país estaba direccionado hacia las clases pudientes, dejando en evidencia una relación perversa en la cual los países del centro nos imponían una lógica de consumo irracional y suntuoso, cuando nuestras necesidades eran desarrollar un parque industrial que pudiera romper definitivamente la condición rentista de la economía venezolana.
“…el empresario mejora continuamente su proceso de producción para poder competir…” Sí, pero esa característica es particular de las economía del centro, puesto que en un país petrolero los “empresarios” del país han demostrado una incapacidad tremenda para aportar al desarrollo de la economía “capitalista” venezolana, puesto que la historia deja en evidencia su conducta parasitaria y rentista que han sostenido a lo largo de la formación económica, política y social del país.
En estos tiempos donde la desigualdad económica, política y social se ha hecho una constante, que refleja las asimetrías del comercio entre los países del centro y la periferia, resulta muy ingenuo hablar de competencia y mejoras de los procesos productivos como mecanismo de superación para nuestras economías. Creemos que la estrategia de industrialización, debe estar inserta en una articulación entre los países de la región donde el intercambio comercial no se limite a colocar en el mercado lo que nos sobre si no a complementarnos mutuamente garantizando así la satisfacción de las necesidades de los individuos y sobre todo respetando la vida humana.

Elio Córdova

Eliocz21@gmail.com
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[1]Párrafo extraído de la entrevista realizada al Doctor en Economía Héctor Silva Michelena, Diario el Universal, domingo 21 de febrero 2010.
[2] ¿Qué Hacer?V. I. Lenin, pág. 11.
[3] http://www.eclac.org/cgi-bin/getProd.asp?xml=/prensa/noticias/comunicados/1/38151/P38151.xml&xsl=/prensa/tpl/p6f.xsl&base=/tpl/top-bottom.xsl
[4] http://www.eclac.org/cgi-bin/getProd.asp?xml=/prensa/noticias/comunicados/0/38080/P38080.xml&xsl=/prensa/tpl/p6f.xsl&base=/tpl/top-bottom.xsl
[5]http://www.eclac.org/cgi-bin/getProd.asp?xml=/prensa/noticias/comunicados/3/37833/P37833.xml&xsl=/prensa/tpl/p6f.xsl&base=/tpl/top-bottom.xsl

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