Extraño diálogo el ocurrido recientemente, mediante cartas abiertas, entre el prestigioso cantautor cubano Silvio Rodríguez, de fama universal y de talento tantas veces celebrado, y el agente CIA Carlos Alberto Montaner, un prófugo de la justicia cubana que se dedicó a poner bombas en cines y tiendas en el 60, que se asoció a los asesinatos de religiosos en El Salvador y que ahora se identifica con la tropa de gánsteres golpistas que tomó el poder en Honduras.
La controvertida correspondencia entre el cubano, cuya obra se oye y se canta en cada continente, y el propagandista del Departamento de Estado, que abandonó Estados Unidos para poder cobrar sus cheques de la Agencia en la España falangista de los años setenta, está ahora retomada en cada sitio web que lleva el cuño de la inteligencia yanki, empezando por El Nuevo Herald.
Es un intercambio donde Silvio se expresa con la nobleza que lo caracteriza y el apátrida madrileño-miamense con su acostumbrado lenguaje tramposo, el mismo con el cual se dirige a su clientela de la prensa comercial latinoamericana afiliada a la llamada diplomacia pública, manejada antaño por Otto Reich y ahora bajo las orientaciones del tándem Hillary Clinton – John Negroponte.
La partida de ping pong, tenía al intelectual de la canción de un lado y al dueño del mecanismo encubierto de agresión norteamericana, el plan de desinformación sistemática, ordenado, coordinado y sincronizado por los órganos norteamericanos de inteligencia, por el otro.
Y quién es ese dueño, pues un bicho que se comparte, conspirando a tiempo completo, entre su residencia del Parque del Retiro en Madrid y su propiedad horizontal de Brickell Avenue, en Miami.
Sin extenderse en cada detalle —son más de cinco décadas de colaboración servil de quien solo sueña anexionar y amarrar definitivamente a su país de origen— no es ocioso repetir que en el pasado de delincuencia política de Montaner sobresalen los siguientes puntos:
—El lunes 26 de diciembre de 1960, en horas de la madrugada, Montaner fue arrestado en La Habana junto con 16 terroristas en un amplio operativo con el cual se desmanteló una red que venía colocando bombas en tiendas y cines de la ciudad.
—En julio del 2007, en un popular programa radiofónico de Miami, el jefe terrorista y agente de la CIA Antonio Veciana —vinculado a varios frustrados atentados contra Fidel— confirmó con detalles cómo las llamadas "petacas incendiarias" y otros artefactos encontrados al grupo de Montaner, procedían directamente de los talleres de la Agencia Central de Inteligencia.
—Condenado a una larga sentencia de prisión por terrorismo, Montaner se escapó, gracias a las diligencias de su madre, del centro de detención para delincuentes juveniles donde se encontraba, y salió de Cuba con destino a Estados Unidos el 8 de septiembre de 1961, con salvoconducto de una embajada extranjera colaboradora de los servicios yankis.
—Poco después de su llegada a Miami, Montaner confirmaba su conexión con la CIA al admitir en una entrevista con el periodista Ángel de Jesús Piñera de la revista Avance, publicada el 27 de abril de 1962, que pertenecía a "la jefatura nacional de Acción y Sabotaje" de Rescate Estudiantil, afiliado a las redes subversivas y terroristas activadas por la CIA en Cuba.
—En el mes de abril de 1962, Montaner integra formalmente las filas de la CIA, ya ha tenido tiempo de confirmar en los hechos su confiabilidad.
—Un texto de la agencia UPI, del 20 de julio de 1963, retomado por el New York Times, recalca cómo Montaner se declara portavoz de las Unidades Militares Cubanas del Ejército de Estados Unidos conformadas por la CIA y manifiesta que "una nueva organización del exilio planeaba extensas acciones contra el régimen de Fidel Castro".
—Después de una caótica estancia en Puerto Rico, logra desencadenar un escándalo en Nueva York que rebota en todos los medios de la prensa hispana, al declarar que la mayoría de las puertorriqueñas radicadas en esta metrópoli se prostituyen.
—A partir de 1970, con el apoyo logístico y financiero de la CIA que quiere conformarle una imagen de intelectual en exilio, el "demócrata" Montaner, disfrutando durante años las bondades del régimen hacia su persona, monta un jugoso negocio de propaganda que sigue hoy operando.
—Detalle elocuente, el 23 de septiembre de 1994, acompaña a José María Robles, capo del falangista Partido Popular de España, en una visita a Miami a Antonio "Toñin" Llama, director de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), el mismo que confesara en junio del 2006, en una entrevista al mafioso Miami Herald, cómo compró por cuenta de la FNCA explosivos y helicópteros teleguiados para bombardear una concentración popular en la habanera Plaza de la Revolución.
—A Montaner, se le vincula a la muerte del sacerdote jesuita Ignacio Ellacuría y de sus colegas, por su hostilidad desenfrenada hacia los predicadores de la teología de la liberación.
—El primero de febrero del año pasado, Montaner encabeza con Esperanza Aguirre, prima dona del Partido Popular español que dirige ahora la ofensiva contra Cuba en el Parlamento Europeo, una ridícula manifestación de activistas del Frente Nacional y de Alternativa Española, grupos fascistas españoles afiliados a la red del neofascismo europeo.
—A partir del 28 de junio del 2009, Montaner se convierte en apologista del empresario golpista Roberto Micheletti, al lado de Ileana Ros-Lehtinen, y se aparece en Tegucigalpa para "defender los derechos humanos", mientras aplaude cuando el régimen fascista hondureño lanza su policía contra las manifestaciones de la Resistencia.
En vísperas de cumplir 67 años de edad, Montaner se encuentra plenamente amalgamado con lo más recio de la mafia cubano-americana, la misma que reclamó, en el momento de la ocupación de Iraq, que se destruyera La Habana.
Esta categoría de recalcitrantes al servicio del imperio tan repugnantes como irrecuperables, condenan, desde hace medio siglo, lo que fue su Patria, soñando entregarla a los nuevos ideólogos de la "fruta madura".
Jean-Guy Allard
Granma
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