domingo, abril 11, 2010

Cuba no hará concesiones de principio a EE UU ni Europa, pese a brutal campaña en contra


PAÍSES QUE CRITICAN A CUBA VIOLAN DERECHOS HUMANOS

La campaña anticubana tomó de ariete la muerte en huelga de hambre del recluso Orlando Zapata y la continuidad del ayuno por parte de Guillermo Fariñas Hernández.
Para no redundar, se puede citar el discurso del presidente Raúl Castro ante el IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas de su país.
“Se ha manipulado con cinismo y desfachatez la muerte de un sancionado a privación de libertad en 14 causas por delitos comunes, devenido por obra y gracia de la mentira repetida y el afán de recibir apoyo económico desde el exterior, en un "disidente político", que fue incitado a mantener una huelga de hambre con demandas absurdas”, dijo sobre Zapata.
Y añadió respecto a Fariñas: “este último, a pesar de tanta calumnia, no está en prisión, cumplió sanción por delitos comunes, por agredir y lesionar a una mujer, médico y directora de un hospital, a la que además amenazó de muerte, y posteriormente a una persona de casi 70 años, a quien hubo que extirparle el bazo”.
Con esas dos pinceladas, queda a la vista la poca estatura moral de los ayunantes de la contrarrevolución. Bobby Sands, joven irlandés del IRA, y otros compañeros suyos que murieron en las prisiones de Margaret Thatcher en los ´80, sí eran presos políticos. Luchaban por sacudirse el yugo británico.
En cambio los ayunantes caribeños son mediocres personajes, algunos de ellos delincuentes comunes, que a cambio de algunos dólares, sirvieron en vida a la Sección de Intereses de Norteamérica en La Habana. Y en el suicidio tributan a esos mismos patrones, obsesionados con el fin de la revolución.
El 6 de abril, el luchador independentista puertorriqueño, Rafael Cancel Miranda, comentaba la condición de negro y psicólogo de Fariñas. Y decía que antes de la revolución los de piel negra no se graduaban en la universidad. Ya en tren de contraataque, Cancel Miranda escribió: “siendo que este ayunante” es de la noble raza negra, quisiera sugerirle que haga un ´ayuno´ por la excarcelación de un grupo de hermanos negros del Ejército de Liberación de la Raza Negra y de los Black Panthers, los cuales llevan más de 35 años encarcelados en prisiones yanquis por luchar por los derechos de su raza. Aquí le envío sus nombres. Abdullah Majad, Sekou Odinga, Dr. Mutulu Shakur, Jalil Muntaquim, Robert Seth Hayes y Sundiata Acoli. También llevan más de tres décadas encarcelados, el compañero Herman Bell y el líder espiritual de los nativoamericanos Leonard Peltier, además de los puertorriqueños Carlos Alberto Torres y Oscar López Rivera. Y también puede recordar en su ´ayuno´ al hermano periodista negro Mumia Abu-Jamal, quien lleva años en el corredor de la muerte sentenciado a la pena capital”.

Los mayores violadores

A esa lista se deben añadir los cinco cubanos presos en Estados Unidos desde setiembre de 1998, que fueron condenados a varias cadenas perpetuas y 77 años de prisión en total bajo falsos cargos de espionaje. El quinteto no espiaba a ninguna dependencia estadounidense; estaba infiltrado en la mafia cubana-americana que financiaba atentados terroristas contra hoteles de la isla.
Fariñas y sus operadores políticos y mediáticos internacionales no moverán un dedo por esos presos políticos que purgan largas condenas. En esas cárceles hay 2,3 millones de personas, de condición social humilde, que confieren a la superpotencia el dudoso prestigio de ser el país que tiene más cantidad de presos por habitante.
Desde 1976 hasta aquí, en los 36 estados de la Unión donde se aplica la pena de muerte, se ejecutaron 1.099 personas. Y aún existen 3.200 individuos que aguardan la inyección letal. Los latinos y negros, que conforman el contingente mayoritario de presos, mantienen la delantera en ese corredor de la muerte.
Muchos de esas personas han sufrido falsos cargos, parcialidad del jurado, abusos policiales y del servicio penitenciario, torturas, castigos, pabellones de aislamiento, prohibiciones de visitas, agravamiento de penas, etc. La historia de los cinco cubanos permite describir acabadamente ese intento de destruir al ser humano que son las cárceles norteamericanas, estatales y privadas. En estas últimas son muchas multinacionales, sobre todo textiles, que aprovechan la mano de obra barata, servil, aunque luego los acusados sean países asiáticos.
Se dirá que hay presos que están peor que los que habitan celdas en EE UU. Y es verdad. En Guantánamo hay centenares de presos desde 2002 hasta hoy, que permanecieron sin juez ni causa por largos períodos y sufren condiciones de detención ilegal, torturas mediante. Lo mismo ocurrió en Irak, en la cárcel de Abu Ghraib y otras. La conducta sádica de los carceleros fue retratada en fotos suyas que dieron la vuelta al mundo: aparecían sonrientes al lado de las personas que acababan de matar. Esto sigue pasando en ese país y Afganistán, donde hubo masacres en los establecimientos penitenciarios contra los acusados de pertenecer al talibán.
Según la revista médica británica The Lancet, “unas 655.000 personas murieron como consecuencia de la invasión y ocupación de Irak”. El estudio fue divulgado en octubre de 2006, por lo que falta sumar las bajas de cuatro años.

En Buenos Aires también

Si la mitad de la población mundial es pobre, fenómeno agudizado con la crisis del capitalismo que detonó con Lehman Brothers en setiembre de 2008, y si más de mil millones de personas pasan hambre, eso no es culpa de Cuba.
Al contrario, ese país bloqueado y agredido es de los pocos que viene cumpliendo con creces y antes de tiempo los “Objetivos del Milenio” fijados por Naciones Unidas en setiembre de 2000.
Sin embargo, estando tan claro de dónde provienen los mayores riesgos que corren en el mundo los derechos humanos, el imperio ha organizado esa campaña brutal contra Cuba.
En eso ha logrado unir a republicanos y demócratas, divorciados por peleas partidistas; y a la Unión Europea con EE UU. Dentro de la UE, con presidencia de turno española, ha unido de momento a los derechosos del PP con los socialdemócratas del PSOE, que en otros tópicos se están sacando los ojos.
Contra Cuba se ha juntado “la Biblia con el calefón”, parafraseando al tango “Cambalache” de Enrique S. Discépolo. Van de la mano funcionarios del imperialismo con socialdemócratas que en otros tiempos presumieron de amigos de la patria de José Martí. ¿Acaso eso añade algún fundamento a la campaña anticubana? No parece, teniendo en cuenta que esas alianzas ya se habían producido para agredir a Irak en 1991 y 2003, a Yugoslavia en 1999 y a Afganistán en 2001. En esas ocasiones se vio a la culta Europa hacer de ayudante de campo del bárbaro imperio que destruía civilizaciones y alegaba “daños colaterales”. El socialista Javier Solana fue el secretario general de la OTAN entre 1996 y 1990, cuando se destruyó a Yugoslavia.
Que hoy el partido de Rodríguez Zapatero vote un documento contra Cuba, o que artistas afines como Pedro Almodóvar y Ana Belén también lo hagan, no cambia las cosas.
Es lo que también ocurre en Buenos Aires, donde el llamamiento “Yo acuso al gobierno cubano”, lanzado a nivel internacional por contrarrevolucionarios como Carlos Alberto Montaner; “Pepe” Hernández, presidente de la terrorista Fundación Cubano-Americana; el matrimonio de Emilio y Gloria Estefan (que admitieron vínculos con la CIA), la gusanera de los congresistas Lincoln y Mario Díaz Balart, e Ileana Ros-Lethinen, etc, fue suscripto también por Julio César Strassera, Graciela Fernández Meijide, Beatriz Sarlo, Guillermo O´Donnell, Fernando Iglesias, Santiago Kovadloff y otros.
“La Nación” dedicó un suplemento de Enfoques (domingo 4/4) a celebrar la captación de estos intelectuales con un pasado progresista. Muy pasado, habría que puntualizar. En los últimos años se los vio, casos de Sarlo, Iglesias y Kovadloff, compartir marchas con la oligarquía de la Sociedad Rural. Esa capitulación interna ahora la expresan en la arena internacional, así como su alineamiento con los pulpos de la información.
Ese mismo diario publicó el 2 de marzo pasado una columna de Andrés Oppenheimer desde Miami, despotricando contra “la dictadura militar de Cuba -eso es lo que es, según la definición de cualquier diccionario-“.
A Clarín le llevó unos días más publicar una editorial (27/3) centrada en cuestionar el silencio del gobierno argentino. “Las violaciones de derechos humanos en Cuba provocaron rechazos externos e internos, pero algunos gobiernos que dicen defender esos valores, como el argentino, guardan silencio”, se escribía a nombre de la sospechada Ernestina Herrera de Noble.
Se les puede creer a estos antiguos enemigos de Cuba y de la verdad, o bien tomar nota de las palabras de Silvio Rodríguez. “Yo, que llevo 50 años viviendo en Cuba, y que conozco todo eso que ha pasado, sigo teniendo muchas más razones para creer en la Revolución que para creer en sus detractores”.
Raúl Castro reiteró que no se dejará chantajear por el imperio y sus ayunantes. Si la isla no retrocedió cuando la apuntaban armas atómicas en octubre de 1962…

Emlio Marín
www.larena.com.ar

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