lunes, abril 12, 2010

Sandra Morán en Honduras: el Arte para resistir, el Arte para transformar


"El arte y la cultura forman otro frente de lucha; escritores y artistas son sus soldados”

León Trotsky

Cuando empiezo mi charla con Sandra Morán, una artista revolucionaria guatemalteca, ella misma se presenta declarando de tener 50 años, de ser militante a partir de los 14 años, feminista desde 1999, percusionista desde 1982 y lesbiana desde 1990: “ahora soy la síntesis de todo esto” .
Esta mujer, Sandra, es una de las imprescindibles para construir la Nuestra América de José Martí, y es cofundadora de la primera banda feminista de Centro América, “CantArte Vida”, que dio su primer concierto el 25 de noviembre 2009 en Guatemala, en el marco del proyecto “Unete” de las Naciones Unidas, que busca sensibilizar y denunciar la violencia contra la mujer.
Acompañan a Sandra en este esfuerzo, la Banda Internacional Feminista: Karla Lara, de Honduras; Ana Carter, de Costa Rica; Mimi Pineda y Vilma Perussina, de Guatemala y un grupo de buenos músicos guatemaltecos.
“La idea de crear un espacio que legitimara el arte como expresión de un movimiento social artístico, que tiene sus propias reivindicaciones, es clave porque trasciende el estereotipo o la comercialización del arte como mero entretenimiento para ubicarlo en su papel en el compromiso político con la transformación”, afirma Sandra; "re-posicionar el arte como expresión política es sumamente importante en este momento en que hay que desarrollar más conciencia".
Sandra comenzó su trayectoria musical política en los años 80, cuando se incorporó a Ka ' Tinamit, grupo organizado en México, y desde 1986, en Nicaragua, se integra con el grupo revolucionario guatemalteco Kin-Lalat, en el que se desarrolló artísticamente en la percusión.
Sandra está aquí, en Honduras, porque participó en el segundo concierto de “CantArte Vida”, el 12 de marzo de 2010, en el marco del Día Internacional de la Mujer, durante el evento “Confluencias”, dedicado este año a dos poetisas reconocidas y apreciadas de Honduras, Lucy Ondina y Amanda Castro, quién tristemente murió a los pocos días del homenaje, a raíz de una enfermedad pulmonar crónica.
Sandra, con la ayuda crucial de la artista Karla Lara, participa en la creación de una banda musical feminista en Honduras. Sobre esta forma de lucha para la mujer, me dice: “es interesantes formar jóvenes músicas, aquí en un país bajo un golpe de Estado, donde tengo la oportunidad de descubrirme diferente, donde mi experiencia puede ayudar a las mujeres para combatir la discriminación, el racismo, la violencia, especialmente contra ellas mismas, el control ejecutado por las instituciones y la iglesia”. “Las mujeres, nosotras, debemos poder decidir sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos, aprender de nosotras mismas, haciéndonos más fuertes en la unión, para alcanzar las metas y construir el camino”.
Sandra estuvo presente e interpretó su música en el II Encuentro Nacional por la Refundación de Honduras, evento para establecer y construir el poder popular constituyente en este país centroamericano; dejó a las y los asistentes muy entusiasmados con sus letras, contundentes, llenas de denuncia, que reafirman el derecho de las mujeres y de los pueblos originarios, llenas de energía, de libertad y de esperanza.
El crepitar de su tambor fue capaz de estremecer las almas de los participantes.
En sus propias palabras, dice que el golpe de Estado en Honduras la impresionó profundamente, porque fue capaz de penetrar en la institucionalidad en todos los niveles. “Sin embargo, fue una advertencia muy clara al viento del sur que nos está llevando hacia la izquierda, una amonestación a todos estos movimientos indígenas que están empezando a caminar. Los movimientos sociales tienen que aprender de este golpe, que toda la institucionalidad debe ser renovada, hay que construir, literalmente, la refundación de nuestros países. Por desgracia, en los últimos años, la derecha es más fuerte, y al revés los partidos políticos de izquierda se han desintegrado en muchos países del mundo”.
Aquí, hago un paréntesis indispensable, para reflexionar sobre los resultados de las recientes elecciones en Italia, donde la sensación dolorosa de los que tienen sus corazones más a la izquierda de los otros, es que un triste color gris envolvió a todos los candidatos, los de la derecha y los de la supuesta izquierda (creo que en este momento no hay ningún político elegido que puede declararse verdaderamente progresista en la península italiana): todo el mundo estaba preocupado para no perder el precioso salario de quien logra su “asiento” en el poder.
Hay una luz intensa en los ojos de Sandra cuando me habla, confiando en que las cosas pueden ser cambiadas, “que, caminando, podemos lograr lo que nos proponemos, sobre todo porque este siglo XXI, sin duda, será de los últimos, de la mayoría, de los oprimidos, como las mujeres y los pueblos originarios”.
Es por ello que quisiera recordar, una vez más, que el movimiento de la Resistencia en Honduras está constituido por un 70% de mujeres.
Sandra termina el nuestro encuentro recordando a todos los revolucionarios del mundo que es muy importante para todos los movimientos tener una estructura de seguridad e inteligencia, para proteger a sus miembros, especialmente contra los militares corruptos e impunes, que fácilmente pueden asesinar y lavar dinero del tráfico de drogas y de personas.
“Más importante aún, yo que viví la lucha de los 80, grito fuerte que no se puede olvidar el pasado. ... debe ser la misma historia, los errores, el hecho de no repetirlos, una profunda unidad para llevarnos a lograr nuestras utopías”.
Agradezco a Sandra por sus palabras y de conmovida, recuerdo de una frase muy hermosa y significativa, para esta ocasión, del Subcomandante Marcos...“la libertad es como la mañana. Hay quienes esperan dormidos a que llegue, pero hay quienes desvelan y caminan la noche para alcanzarla".
Ida Garberi

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