Cambios, reformas cosméticas y futuros proyectos de ley son los ofrecimientos de las candidaturas presidenciales, respecto de la Constitución impuesta ilegalmente por la dictadura cívico-militar.
El tradicional “leguleyismo” de la dirigencia política chilena ha sido la piedra de tranca que ha paralizado los cambios necesarios que nuestro maltratado pueblo necesita. Algunos han hablado hasta de consolidar “una vía chilena”, una evolución constitucional consensuada, otros, la creación en estas elecciones de noviembre, de una consulta o plebiscito vinculante, para convocar una Asamblea Constituyente que elabore la Nueva Constitución para Chile.
La legítima propuesta de un cambio de Constitución cuenta en primerísimo lugar con la oposición del oficialismo financiero y su candidata, quien se postula por los partidos que conforman “Alianza”, la más rancia coalición de la derecha chilena: UDI -Unión Demócrata Independiente, RN-Renovación Nacional, conservadores y liberales, Coalición por el Cambio del gobierno de Piñera y sus seguidores. Para todos ellos la Asamblea Constituyente es “un salto al vacío institucional, que genera incertidumbre e inestabilidad, que debilita nuestra imagen internacional de orden y seguridad jurídica y que termina siendo una proposición impuesta que divide en vez de unir a los chilenos”.
En el otro lado, el nuestro, nos preguntamos, qué nos ofrece la alicaída Concertación, perdón, quise decir “La Nueva Mayoría”(no sé por qué me confundo) ,en materia de cambio de Constitución. Desde luego, nada que nos sorprenda, como el prometer “enviar al Congreso un proyecto de ley, para, en el 2014 elaborar una nueva constitución”, oferta que nos parece más una promesa capta-votos que nada. Todos los chilenos sabemos que, si esto, no lo realizaron durante más de 20 años en los gobiernos de la Concertación, nada nos garantiza que la “Nueva Mayoría” lo realice hoy. En otras palabras, una vía chilena legalista, dilatoria, para mantener el llamado juego “democrático” injusto, donde las mayorías no pueden, ni siquiera vetar a las minorías en el poder.
En ese sentido, les estamos haciendo llegar una Edición Especial de nuestro Blog Chile Abriendo Alamedas, con valioso material gráfico enviado por nuestro compañero Guillermo Durán, Guidú, con textos de Luis Casado, para que se difunda y trascienda más allá de los resultados de las elecciones presidenciales en Chile. “Bajo esta institucionalidad no hay como cambiar esta Constitución -nos escribe Guidú- la Concertación consolidó el proyecto pinochetista. Así de categórico y rotundo es para mi país. Saco cada cálculo y es imposible. Ante ello, después del 17 de noviembre, debemos trabajar por la ruptura democrática. Les agradezco la recepción que ha tenido mi trabajo y poder contribuir en su empeño por ese aporte a una salida democrática, popular y con perspectivas al socialismo.”
Y como sentencia el dicho popular: “Más claro, echarle agua”
Los valiosos y legítimos esfuerzos que están realizando líderes estudiantiles, ambientales, sindicales, políticos y sociales en Chile, confirman la existencia de procesos de articulación en demanda de un plebiscito para Nueva Constitución, lamentablemente, por ahora, pensamos que sus voces serán silenciadas por los apetitos de grupos del poder político tradicional, en las elecciones presidenciales de este noviembre próximo.
La idea esencial, dotar a Chile de una Carta Fundamental democrática, legítima y que responda a las demandas de las mayorías, explicitando que la vía para conseguirlo sería un referéndum que, de ser positivo al cambio, desemboque en una posterior Asamblea Constituyente.
Aníbal Ortizpozo
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