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sábado, octubre 12, 2013
General Giap: genio militar y héroe antiimperialista
“Si la asombrosa revolución vietnamita está marcada por el signo del genio, éste habrá que buscarlo más bien en Vo Nguyen Giap que en Ho Chi Minh”.
Jean Lacouture, Ho Chi Minh
El día 4 de octubre de 2013 ha muerto en Hanoi el legendario general vietnamita Vo Nguyen Giap. Tenía 102 años edad. Creador del Ejército Popular de Vietnam, fue el artífice de grandes victorias militares que dieron como fruto la independencia y unidad del país asiático. Dirigente del Partido de los Trabajadores de Vietnam (posteriormente denominado Partido Comunista), colaboró estrechamente con el presidente Ho Chi Minh, padre de la independencia. Había ocupado los cargos de vicepresidente de la República y ministro de Defensa.
Pocos militares en la historia y ninguno en el siglo XX han logrado como él que un país pequeño dotado de tan escasas fuerzas derrotara a los grandes imperios de nuestra época a pesar de su inmensa superioridad técnica y logística. Como ha escrito Isidre Ambrós en La Vanguardia i, “considerado por los expertos como uno de más importantes estrategas militares de la historia y un genio de la logística, Vo Nguyen Giap se pasó más de treinta años luchando contra los invasores de su país. En 1945, derrotó a los soldados japoneses. Nueve años después, en 1954, venció al ejército francés, y casi veinte años más tarde, en 1975, entró triunfante en Saigón, hoy rebautizada Ho Chi Minh, tras expulsar del país a las tropas estadounidenses”.
Una vida de lucha
Hijo de familia campesina, comenzó pronto a incorporarse al clandestino movimiento nacionalista que se oponía al colonialismo francés. Siendo adolescente y estudiante de bachiller en la ciudad de Hué, fue detenido por la policía y condenado a tres años de cárcel. En 1937 obtuvo el título de licenciado en Derecho. Imparte después clases de historia para ganarse la vida y colabora en diversas revistas con artículos tanto en vietnamita como en francés. En esos años se incorpora al naciente Partido Comunista de Indochina, que integraba a militantes de Vietnam, Laos y Camboya, y se perfila como intelectual comunista tras publicar su obra en dos volúmenes titulada El problema campesino. Pronto la represión golpearía cruelmente a Giap y su entorno. En 1941 es detenida su esposa, Nguyen Thi Ming Giang, y condenada por un tribunal militar francés a quince años de trabajos forzados: junto con su hijo pequeño, moriría en la carcel. Antes, su hermana, también comunista, había sido guillotinada por los colonialistas acusada asimismo de conspiración.
En mayo de 1941 el Partido Comunista de Indochina organizó un amplio frente llamado “Liga para la Independencia de Vietnam” o Vietminh que pretendía unir a todos los patriotas sin distinción de sexo, edad, posición social, ideas religiosas o políticas. Pronto se iniciaría la lucha armada. En 1942 un pequeño grupo de treinta guerrilleros empieza a combatir en la zona de Tonkin. Dos años después, se crean unos destacamentos político-militares bajo el mando de Giap. A finales de 1944 la unidad militar del Vietminh da el primer golpe con éxito al liquidar dos guarniciones francesas junto a la frontera china. La invasión japonesa de Vietnam en 1945 haría florecer la resistencia armada. A mediados de ese año surge el Ejército de Liberación con 10.000 soldados al mando de Giap. Siete provincias del norte serían liberadas del yugo japonés. Desde entonces hasta finales de los años 70 la vida de Vo Nguyen Giap se funde por completo con la larga lucha del pueblo vietnamita por la libertad e independencia. La guerra popular contra los invasores, primero contra Japón, después contra Francia y finalmente contra los Estados Unidos de América, llevará el sello de este héroe legendario cuya inteligencia y tenacidad no tienen parangón.
Dien Bien Phu: derrota histórica del ejército francés
Intentando acabar con las guerrillas vietnamitas, el gobierno francés nombró al general Navarre nuevo jefe del cuerpo expedicionario en Indochina a mediados de 1953. Con la ayuda de generales estadounidenses, los estrategas franceses pusieron en marcha un plan militar que pretendía formar una potente fuerza móvil concentrando sus fuerzas en torno al Río Rojo para a partir de ahí tomar la iniciativa y aniquilar las unidades guerrilleras que operaban en distintas zonas del país. La fuerza de choque fundamental la formaban paracaidistas y soldados de la Legión Extranjera a la que ayudaban más de cien batallones del ejército mercenario recién reclutado. Eligieron como modelo de su nuevo plan y sede de su fortaleza inexpugnable un valle de la zona noroeste de Vietnam, importante nudo de carreteras próximo a la frontera con Laos, llamado Dien Bien Phu.
¿Cómo se desarrolló esta histórica y decisiva batalla? Contamos con el testimonio excepcional de su principal protagonista, el general Giap, escrito con la sobriedad propia de un informe oficial ii. “Al principio, había en Dien Bien Phu sólo diez batallones enemigos, pero fueron gradualmente reforzados para hacer frente a nuestra ofensiva. Cuando desencadenamos el ataque las fuerzas enemigas totalizaban diecisiete batallones y diez compañías, formadas principalmente por europeos y africanos, y unidades altamente preparadas de paracaidistas. Además, el campamento tenía tres batallones de artillería, un batallón de zapadores, una compañía de blindados, una unidad de transporte de doscientos camiones y un escuadrón permanente de doce aviones: en total, 16.200 hombres” iii. Las tropas francesas disponían también de dos aeropuertos que unían la base militar con las ciudades de Hanoi y Haiphong asegurando así más de setenta transportes diarios con toda clase de material incluidas las provisiones.
Al controlar las tropas colonialistas todas las carreteras de acceso a la zona y contando con dos aeropuertos que aseguraban los suministros necesarios, además de disponer de fuerzas paracaidistas, la base parecía inexpugnable. Pero de improviso de las colinas circundantes surgieron las piezas de artillería del ejército popular que estaban escondidas en tierra y que habían sido trasladadas en piezas a través de senderos de montaña. Camioneros a través de rutas recién abiertas, miles de porteadores y ciclistas, navegantes fluviales en sampanes y balsas de bambú, jinetes a caballo, hicieron llegar día y noche los alimentos, las municiones y el armamento que necesitaban los soldados que defendían heroicamente su tierra. En una planificada táctica, las tropas vietnamitas machacaron la base una y otra vez desde las colinas con piezas de artillería. Después, emplearon el armamento antiaéreo para derribar los aviones e impedir la llegada de los paracaidistas. Por último, tras inutilizar los aeropuertos y estrechar el círculo sobre la base, sucesivas oleadas de soldados de infantería asaltaron las trincheras y atacaron la base aniquilando al enemigo en la primera semana de mayo de 1954. “En Dien Bien Phu pusimos fuera de combate a 16.200 combatientes enemigos incluyendo todo el estado mayor del campamento, 1 general, 16 coroneles, 1.749 oficiales y suboficiales, derribamos o destruimos 62 aeronaves de todo tipo, y capturamos todo el armamento, munición y equipos del enemigo, así como más de 30.000 paracaídas” iv. Dien Bien Phu fue la tumba del imperialismo francés en Asia. La Conferencia de Ginebra ratificó la liberación de Vietnam del Norte y la independencia de Camboya y Laos. Pronto, sin embargo, los Estados Unidos irían aumentando su presencia militar en el Sur hasta bloquear la reunificación pacífica del país y provocar una nueva y espantosa guerra, la llamada Guerra de Vietnam.
Triple logro estratégico: liberación del Sur, reunificación del país y socialismo
Primero, de una manera encubierta, mediante el envío de varias decenas de miles de “asesores”, y más tarde con todo descaro, mediante una invasión en toda regla con más de medio millón de soldados, miles de aeronaves y decenas de bases militares, Estados Unidos ocupó Vietnam del Sur con la intención de crear allí un estado neocolonial desde el que atacar y destruir, si fuera posible, a la República Democrática de Vietnam (Vietnam del Norte). La Guerra de Vietnam duró diez años: el 30 de abril de 1975 la capital Saigón (después llamada ciudad Ho Chi Minh) fue liberada. Terminaba así la terrible destrucción por tierra, mar y aire del país asiático. La desbandada del ejército títere y la huida de las tropas yanquis fue tan desastrosa que hasta el embajador norteamericano fue rescatado de la terraza de la legación diplomática por un helicóptero … en calzoncillos.
Para dar una idea del descomunal ataque a ese pequeño país baste decir que las bombas arrojadas allí por el ejército estadounidense superaron el total de las que habían sido lanzadas durante la II Guerra Mundial. Una fuente nada sospechosa, The Wall Street Journal, diario financiero con sede en Nueva York, resumía así esta criminal agresión: Estados Unidos arrojó 338.000 toneladas de napalm sobre Vietnam que, según se calcula, mató a más de 2 millones de vietnamitas durante los años de guerra. Así como también cerca de 100.000 toneladas de herbicidas (agentes azul, naranja, y blanco) fueron arrojados en el intento de acabar con las fuentes de alimento y refugio del Viet Cong. Además de la enorme cantidad de muertos y heridos, el legado que dejó esta guerra química estadounidense fue de casi medio millón de niños vietnamitas que sufrieron serios defectos de nacimiento.
De especial peligrosidad en esta guerra química fue el Agente Naranja, fabricado por Monsanto y Dow Chemical para al Departamento de Defensa de EEUU. “Vietnam estima que 400.000 personas fueron asesinadas o mutiladas, y 500.000 niños nacieron con defectos de nacimiento como resultado de su uso. La Cruz Roja de Vietnam calcula que hasta un millón de personas son discapacitadas o tienen problemas de salud debido al Agente Naranja” v. En este contexto, y gracias a las denuncias de algunos científicos norteamericanos, nació el neologismo “ecocidio” , es decir, el exterminio del medio ambiente y de la vida en él inserta, incluida la humanavi . En contra de las mentiras del gobierno norteamericano acerca de la no peligrosidad para el medio ambiente y para la salud humana del empleo del Agente Naranja, un estudio de la prestigiosa NAS (Academia Nacional de Ciencias de EEUU) difundido en 1974 concluía que tendría que pasar un siglo para una completa recuperación ecológica vii. (Es un sarcasmo ver ahora cómo los EEUU, país que más ha usado las armas químicas, pretende encubrir la agresión a Siria usando como excusa precisamente un ataque de origen no identificado con ese armamento prohibido).
He traido a la memoria los datos anteriores no sólo para recordar en toda su crudeza a los atlantistas de variado pelaje (desde conservadores a socialdemócratas pasando por neoliberales) las “hazañas bélicas” del imperio norteamericano, sino especialmente para que nosotros mismos, desde nuestra lejanía, sepamos valorar el heroísmo del pueblo vietnamita en su lucha por la libertad y el socialismo. Gracias a la correcta estrategia trazada por el Partido Comunista de Vietnam bajo la dirección de Ho Chi Minh y a la acertada aplicación militar llevada al terreno bajo el mando del general Giap, se lograron los tres objetivos últimos que parecían inalcanzables para un observador imparcial: liberar el Sur, reunificar el país y mantener el socialismo. Para lograrlos había que derrotar antes al ejército norteamericano, ¿y quién le ponía el cascabel al gato? Bertrand Russell ya advirtió en 1962 que “ésta es una guerra de exterminio”. Y a ella respondió un pueblo en armas, no un ejército profesional y de mercenarios. La infernal maquinaria de guerra de la primera potencia mundial no pudo con el talento y el valor de cientos de miles de combatientes vietnamitas. Como anotó Eric Hobsbawm, no sin ironía, “no había ocurrido un desastre semejante desde que David derribó a Goliat de una pedrada”.
¿Cuál fue el secreto de las Fuerzas Armadas de la República Democrática de Vietnam y del Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur? ¿Por qué la estrategia del general Giap acabó derrotando al casi omnipotente Pentágono? En una entrevista de 1969 él mismo explicó la clave de su histórico triunfo: “Los Estados Unidos tienen una estrategia basada en la aritmética. (…) Pero la estrategia aritmética no funciona aquí. Si lo hubiera hecho, ya nos habrían exterminado. Ellos no cuentan con el espíritu del pueblo que lucha por lo que saben que es justo, salvar al país de los invasores. (…) Cuando un país entero se levanta, nada en contra se puede hacer. Ningún dinero puede derrotarlos. Ésta es la base de nuestra estrategia y de nuestra táctica, que los norteamericanos no han llegado a entender” viii .
Andrés Martínez Lorca
Notas:
i http://www.lavanguardia.com/internacional/20131004/54388421805/muere-el-general-vietnamita-que-gano-a-las-tropas-francesas.html
ii The Military Art of People’s War. Selected Writings of General Vo Nguyen Giap, edición e introducción de Russell Stetler, New York and London, Monthly Review Press, 1970, pp. 117-160.
iii O. cit. p. 130.
iv O. cit., p. 139.
v http://es.wikipedia.org/wiki/Agente_Naranja
vi Véase el documentado estudio de David Zierler, The invention of Ecocide. Agent Orange, Vietnam and the scientists who changed the way we think about the environment, Athens (Georgia) and London, The University of Georgia Press, 2011.
vii David Zierler, o. cit., p.160.
viii The Military Art of People’s War , cit. pp. 329-330.
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