El Acuerdo del Tratado Transpacífico se firmó el pasado 5 de Octubre por los presidentes de México, Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia, Perú, Chile, Singapur, Malasia, Vietnam, Brunei y Nueva Zelanda. Los trabajadores de estos países no tenemos que esperar más que mayor explotación y despojo de él.
El TPP (por sus siglas en inglés) nace como el proyecto de apertura de mercado más ambicioso para el área del pacífico, en el cual se encontrará presente el 40% de la economía mundial. Con esto se impulsa la apertura de los mercados de extremo oriente y parte de la Indochina, buscando consolidar la presencia y hegemonía de EE.UU. en la zona.
La presencia de los Estados Unidos en esas regiones ampliará su zona de influencia en áreas donde los productos estadounidenses no tenían presencia, además permite garantizar la entrada de capitales en países que ofrecen mano de obra barata, con grados de explotación y precarización que superan los índices mundiales.
La firma por parte de 12 países que confluyen en la zona del pacífico, va en miras del debilitamiento de la presencia de China dentro del mercado asiático y latinoamericano, tratando de aminorar el peso que juega dicha economía para socios estratégicos de Estados Unidos como lo son Chile, Colombia, Perú y el Ecuador.
Gane quien gane, los trabajadores perdemos
Ante la firma del Acuerdo del Tratado Transpacífico, China ha empezado a mover sus piezas dentro del juego de influencias, anunciando que no está en contra de la firma de este Tratado, aunque varias veces habían anunciado que era una clara medida de contener la presencia de sus mercancías dentro de los mercados de las economías del pacífico.
Con este acuerdo se profundiza la subordinación de los países periféricos a los intereses económicos de las grandes potencias de la región del Pacífico. Tanto el imperialismo estadounidense como chino están dados pasos acelerados para la ampliación del dominio de mercados en dicha región, mientras China trata de consolidarse como potencia emergente Estados Unidos se encuentra tratando de mantener el dominio.
¿Cómo esto perjudica a los sectores más desprotegidos de estas regiones?
A partir de una serie de informes por parte de la ONU, se ha visibilizado a la región del sudoeste asiático como una de las más desfavorecidas del orbe. En países como Singapur, Malasia y Vietnam hay una fuerte presencia de explotación infantil, así como el abaratamiento de la mano de obra para poder competir con China como espacios de manufactura de productos.
La imposición de estándares comerciales con los tratados regionales, unifican los criterios de productividad a los niveles de las grandes potencias, sin los salarios que se ofrecen en esos países. Se unifican los criterios de evaluación del trabajo pero no se implementan las mejoras salariales de forma directa e indirecta a los trabajadores de las zonas más marginadas.
El TPP prevé una colocación de 7 trillones de dólares en capital para el año 2017 para los países de la Indochina así como para Chile y México, con esto, según los planes del TPP, se pretende que estos países sigan en la vía del desarrollo y que las economías de los mismos tengan alcance mundial. La intención real es seguir supeditando la producción a los intereses de los capitales estadounidenses y japoneses, asegurando el abaratamiento de la mano de obra para contrarrestar el peso de la economía china en la zona.
Por su parte el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) ha cerrado filas en torno a la colocación de sus productos. China y Tailandia han empezado procesos de devaluación de sus monedas como medidas proteccionistas de sus mercancías en la orbe y a garantizar la producción manufacturera con el alza inflacionaria y el estancamiento de salarios en las zonas de influencia del mercado chino.
Sin embargo, los capitales japoneses y sobre todo estadounidenses dan pasos para la centralización y concentración de capitales, subordinando a las economías más débiles y asegurando su presencia en mercados donde era poca es decir, acrecentando su área de expansión aumentando su vez los grados de explotación, precarización, despojo de recursos naturales y pobreza en el área del Pacífico. Sólo la lucha de los trabajadores y demás sectores afectados de estos países van a impedir que este tratado, hecho a la medida de los intereses del mayor gigante imperialista, sea aplicado.
Ettiene Liez
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