miércoles, diciembre 09, 2015

Historia y presente del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK)



En estos días se cumplen 37 años del Congreso Fundador del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK). Una reunión secreta de 25 activistas de izquierda, qué tuvo lugar el 27 de noviembre del 1978 en un pueblo llamado Fîs, cerca de la ciudad kurda de Amed.

La coyuntura política de Turquía en los años ´70 estuvo marcada por profundas tensiones y movilizaciones de masas. Después de varias insurrecciones fallidas, el pueblo kurdo manifestó de nuevo su descontento ante la colonización. Por otra parte, la izquierda radical turca estaba marcada por el movimiento estudiantil del ´68 y perseguía una estrategia guerrillera de carácter pequeñoburgués. Entre ellos predominaba la idea de que el norte de Kurdistán no era una colonia interna. Además, muchos opinaban que los kurdos no eran oprimidos étnicamente. La conciliación con el Kemalismo, un bonapartismo nacionalista y de derecha, trajo consigo un alejamiento de la izquierda turca respecto al pueblo kurdo oprimido. El PKK, en cambio, defendía la idea de un Kurdistán independiente, unitario y socialista.
¿Cuál fue el programa del PKK en sus primeros años? La carta fundacional dice lo siguiente:
"El PKK tiene como meta liberar al pueblo de Kurdistán, en la época del hundimiento del imperialismo y el nacimiento de las revoluciones proletarias, del sistema imperialista y colonialista y fundar en un Kurdistán independiente y unitario una dictadura popular. […] El PKK opina que el imperialismo está detrás del colonialismo, racismo y cualquier forma de discriminación. Por eso la liberación del sistema imperialista es una tarea urgente. El imperialismo, los Estados coloniales y sus colaboradores tienen la responsabilidad de que Kurdistán, por su división en cuatro partes, se haya convertido en una colonia y cualquier valor nacional del pueblo kurdo haya sido destruido. […]
Los tratados que dividieron Kurdistán entre la burguesía turca y los imperialismos ingleses y franceses después de la primera guerra imperialista divisional no fueron aprobados por el pueblo kurdo. Por ende son ilegítimos. El PKK denuncia todas las fuerzas chauvinistas turcas y las marionetas reformistas bajo los kurdos que reconocen este estado y atosigan al pueblo kurdo a encontrar soluciones dentro de éste. [resaltado por los autores]. El PKK ve su razón de ser entre otras en la lucha contra fuerzas como éstas. […] El imperialismo estadounidense es el principal enemigo de los pueblos del Medio Oriente. […] ¡Viva la independencia y el internacionalismo proletario!"
Esta declaración proviene de aquel partido que hoy en día intenta “democratizar” el Estado turco. Un partido que desistió de un Kurdistán unitario, independiente y socialista; y que en Siria forma parte de una alianza liderada por el imperialismo estadounidense. Si fuera por sus propias declaraciones, el PKK de 1978 debería denunciar al PKK del 2015 y luchar contra él. Sin embargo, este abandono del programa no sucedió sin más y de repente. Más bien es el resultado de un giro a la derecha, que encuentra bases en la política de conciliación clase que el PKK tiene desde sus inicios.
La afiliación e incorporación de trabajadores y la cuestión esencial de la expropiación de los medios de producción en servicio del movimiento de liberación nunca fue algo central para el PKK. Desde sus inicios subordinó la lucha de clases a la lucha de liberación nacional. Seguía una lógica etapista, la cual priorizaba una “democracia popular” a una dictadura del proletariado en alianza con el campesinado. El PKK era un frente popular. Aunque reclutaba a los kurdos empobrecidos y sin tierra como base social, mantenía alianzas con terratenientes kurdos. Tampoco seguía una política proletaria, porque nunca buscó consolidarse en el movimiento obrero.
Algunos pocos pequeñoburgueses pudieron desarrollarse hacia una burguesía en las metrópolis turcas. El PKK defiende desde siempre que la formación de una burguesía kurda era necesaria para una coalición nacional, y es por eso que busca apoyar los intereses de la burguesía a costa de la mayoría de su propia base. El resultado es una posición endeble y explica por qué el PKK, después de 37 años de existencia, se opone a principios fundamentales de su carta fundacional.

La Guerrilla y el golpe militar

El golpe militar en 1980 fue un momento crucial en la situación política en Turquía. Muchos cuadros profesionales del PKK fueron asesinados en las cárceles de la Junta militar, la cual tenía como meta la aniquilación del movimiento obrero, la izquierda turca y el pueblo kurdo.
Mientras que la izquierda turca fue derrotada con arrestos, desalojos, asesinatos y torturas, el PKK pudo fortalecerse con actos de militancia en las prisiones. En 1984 inició la guerrilla en el campo. Hasta 1990 hubo muchas confrontaciones y en ese año Kurdistán vivió un levantamiento popular, “Serhildan”, parecido a la Intifada palestina.
En 1991, el partido kurdo logró entrar al parlamento turco colaborando con el partido socialdemócrata, el SHP. Pero en la jura de cargo los parlamentarios kurdos fueron agredidos de forma racista, y un año después fue prohibido su partido. Cuatro parlamentarios fueron arrestados después de que su inmunidad fuera derogada.
Entre 1989 y 1991, en la época de los hundimientos de la unión soviética y otros Estados obreros burocráticos, el PKK comenzó a apartarse de sus principios. Este proceso pudo completarse sin resistencia de las masas, que estaban decepcionadas por el estalinismo. La orientación política de la “coalición nacional” del movimiento kurdo estaba basada en los intereses de la burguesía kurda. El PKK tomó un rumbo hacia la derecha, acercándose a los clanes kurdos. Pero en vez de debilitar las estructuras de los mismos clanes mediante reformas agrarias (las cuales eran demandas del PKK), algunos pudieron consolidarse con su colaboración con el partido.
En 1993 el PKK comenzó a distanciarse ideológicamente de un “Kurdistán independiente, unitario y socialista” y a declarar treguas con el Estado turco. Esperaban encontrar una solución colaborando con el presidente conservador-liberal, Turgut Özal. Después del fracaso de estas negociaciones subió el número de asesinatos “secretos” de parte del Estado y las pandillas apoyadas por el mismo.
La única política del Estado turco era la opresión. Inspirado por las tácticas barbáricas estadounidenses usadas en Vietnam, el Estado incendiaba pueblos kurdos y desterró, encerró y mató a miles de kurdos, para detener el apoyo que el pueblo kurdo otorgó al PKK. Hasta a nivel internacional repercutió la represión: en noviembre del 1993 se prohibió al PKK en Alemania y se criminalizaron a los activistas kurdos.

El encarcelamiento de Öcalan y la nueva etapa

El 15 de febrero del 1999 se inició una nueva en el PKK: el encarcelamiento de su líder Abdullah Öcalan (Apo). Previamente, él se había fugado y estuvo en varios países por mucho tiempo. Pero en colaboración con los EEUU, el Estado turco logró capturar a “Apo”. Decenas de jóvenes kurdos se incendiaron públicamente para protestar contra el arresto de Öcalan.
En esta fase, Öcalan comenzó a rechazar al marxismo y la fundación de un Estado kurdo fue reemplazada por el “Confederalismo Democrático”, es decir una administración política no estatal. En el séptimo congreso del partido en el año 2000, el PKK eliminó al marxismo definitivamente de su programa. La nueva estrategia se basaba en una autonomía democrática en el marco de una república turca democrática. Las decisiones sobre el pueblo oprimido de los kurdos no las debería tomar el “socialismo”, sino una Turquía “democrática”, pero capitalista. En las otras partes de Kurdistán, en Irán, Irak y Siria, el PKK también anhelaba la autonomía democrática. Opinaba que las fronteras, trazadas por los imperialismos, ya no eran ilegítimas.
Los ataques militares contra el PKK han tenido costos muy altos para el Estado Turco. El Estado sobreexigió al aparato militar después de décadas de guerra civil. Cuando el AKP llegó al gobierno en 2002, Turquía estaba sumergida en una crisis económica grave. La burguesía turca comenzó con una reestructuración económica de modelo neoliberal y prometía una democratización interna, supuestamente para privar al ejército de su poder. Sin embargo, no hace falta mencionar que cualquier intento parlamentario de la nación kurda era liquidado con represión y exclusión por la parte turca.

El Proceso de Paz con Erdoğan, el sangriento del Bósforo

Después de mucho tiempo comenzaron los diálogos “no oficiales” entre el PKK y el Estado turco, en Oslo, Noruega. Las dos partes tenían expectativas diferentes: el PKK exigía una amnistía, autonomía democrática y el reconocimiento de las diferentes identidades culturales. El Estado turco en cambio aspiraba disolver cualquier estructura del PKK y usar el norte de Kurdistán como puente hacia otras partes de Kurdistán y el Medio Oriente. Esta fase estuvo marcada por negociaciones secretas con promesas vacías y la continua opresión del pueblo kurdo.
Recién en 2009 se inició el proceso parlamentario, el cual terminó con la prohibición del partido kurdo DTP. La reacción de los kurdos fue fundar otro partido, el BDP. Este se juntó con otros movimientos reformistas y liberales turcos para formar el HDP.
Los sucesos en Rojava, la parte occidental de Kurdistán en Siria, tuvieron importante influencia en el rumbo político del PKK. El PYD, la organización hermana del PKK, formó estructuras autónomas durante la guerra civil en Siria. Pero luego se sumó a una alianza liderada por los EEUU, porque supuestamente permite combatir al Estado Islámico “eficazmente”. La lucha de Rojava fue un hito histórico para el movimiento kurdo y logró un gran reconocimiento a nivel internacional. Pero el compromiso con Estados Unidos crea propensiones pro-imperialistas entre los kurdos, porque no se denuncia el rol del imperialismo en este conflicto. Aunque existen aspectos muy progresivos en Rojava y sus elementos de autogestión, el movimiento sigue manteniendo el principio de la defensa de la propiedad privada de los medios de producción. En Rojava está protegido legalmente este aspecto.
Después de la derrota electoral del AKP el 7 de junio de 2015, que obstaculizó que gobernara únicamente el AKP, los asaltos al pueblo kurdo volvieron a profundizarse. El período hasta las nuevas elecciones el 1 de noviembre estuvo marcado por arrestos masivos y masacres.
Las contradicciones entre HDP y PKK se hicieron visibles en este período, porque el HDP intenta ser un partido de masas y busca apoyo en sectores que históricamente están vinculados con el Estado turco, como la burguesía kurda y los liberales turcos.
Un engaño radical: Entre guerrilla y negociaciones
El PKK aún aspira a “democratizar a Turquía”, pero siempre respetando la intangibilidad de los medios de producción. Para intentar convencer a sectores de la burguesía de su programa democrático, descarta la opción de apoderarse de las fábricas y ponerlas bajo gestión obrera. Sin embargo, esto sería necesario, por ejemplo para brindar un apoyo logístico a la construcción de Rojava.
El HDP también ignoró la huelga de los trabajadores metalúrgicos esta primavera para obtener votos de sectores burgueses y pequeñoburgueses. Estos trabajadores no fueron convencidos por el programa del HDP, porque no defendía los intereses obreros.
El marxismo tiene como principio la defensa del derecho a la autodeterminación de un pueblo, el kurdo en este caso, contra el Estado turco, aunque el movimiento esté bajo liderazgo pequeñoburgués (o también burgués). El estalinismo y el centrismo transformaron este principio en un modelo en el cual la clase trabajadora desiste de su lucha por ejercer la hegemonía en el movimiento, y se somete a las fuerzas pequeño burguesas.
Sin embargo, el axioma fundamental de defender el derecho a la autodeterminación de las naciones oprimidas no implica que los marxistas revolucionarios se subordinen a los otros jugadores políticos en este proceso. El chauvinismo de la izquierda de hoy en día consiste en no considerar los reclamos de la clase trabajadora kurda, al mismo tiempo que descartan la posibilidad de un proceso de revolución permanente en Kurdistán.
En la historia del pueblo kurdo existen varias insurrecciones heroicas y la lucha del PKK posiblemente es una de las más importantes. Aun así, la tragedia del pueblo kurdo se explica en parte por la política conciliadora de sus direcciones, que contienen las energías de los trabajadores y las masas para poder negociar “pacíficamente” con el Estado turco. Intentan presionar para que éste se transforme en un Estado burgués “democrático”.
Sin embargo, como se ha mostrado una y otra vez en la historia de los últimos 50 años, no es posible reformarlo, la única solución es luchar por construir algo completamente diferente sobre sus ruinas.

Suphi Toprak
Munich
Baran Serhad
Munich | @El_Comandante

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