lunes, enero 18, 2016

Un trotskista en Corea del Norte



El autor visitó la República Popular Democrática de Corea como turista. Sus preguntas: ¿cómo funciona la sociedad? ¿Es la Edad de Piedra? ¿Un culto? ¿Arte dadaísta? Un viaje de búsqueda desde el materialismo histórico.

En el 70° aniversario de la fundación del Partido de los Trabajadores de Corea se realizó un desfile militar en Pyongyang. Las imágenes recorrieron el mundo: (supuestos) misiles nucleares se presentaron ante la tribuna. El joven dictador, en un traje Mao negro, encabezó su primer discurso público en dos años. Miles de espectadores agitaron, en perfecta sincronía, coloridos arreglos de flores plásticas. En la multitud estaban presentes también, sorprendentemente, turistas occidentales.
Sé esto porque yo estuve también como turista en Pyongyang en la primavera. Puedo imaginar la escena con exactitud: un grupo que incluye muchos estudiantes universitarios norteamericanos. Le dijeron que se vistan respetuosamente, pero al menos uno de ellos viste un jean roto y una corbata prestada sobre una remera. Intentan mantener una cara seria mientras marchan los soldados, pero a veces estallan en carcajadas.
¿Cómo es posible esto? Cada año, cerca de cinco mil turistas, por fuera de los turistas chinos, visitan la República Popular Democrática de Corea (RPDC). Las impresiones de primera mano son prácticamente imposibles de conseguir. Finalmente, ¡las fotografías de vacaciones que todos quieren ver!
Nuestro grupo de tour fue conducido por una larga y apasionada búsqueda de una teoría para entender este país: ¿Estas personas en las calles serán solo actores? ¿Por qué el guía oficial no nos cuenta sobre los campos de prisioneros? Bueno, en un tour oficial en Washington tampoco te contarían sobre cómo la población negra es arrojada en prisión y asesinada por la policía. No, todos los países quieren mostrar su lado amable primero. Pero todavía necesitamos una explicación. ¿Qué es este país, en uno de los últimos rincones de la tierra, que no está sujeto a las leyes de hierro de la economía de mercado?

¿En la Edad de Piedra?

“Comunismo de la Edad de Piedra”, esta es la frase favorita de la prensa burguesa para definir a la RPDC. Pero, ¿qué se supone que significa esto? Entre los cazadores y los recolectores de la Edad de Piedra, no había diferencias materiales entre las personas. Bajo este “comunismo primitivo”, todos eran pobres pero todos eran iguales.
En el campo de Corea del Norte uno se encuentra con medios de producción muy primitivos. Sin embargo, incluso el agricultor que trabaja con un burro y un arado de madera seguirá usando botas de goma y se comunicará por teléfono celular. En la capital, muchos también tienen un smartphone.
En la Edad de Piedra, el jefe gentil gozaba de un “respeto espontaneo y universal” (en palabras de Friedrich Engels). En contraste, el respeto por Kim –o en palabras de nuestro guía, “la deificación”– requiere un poco de coerción.
Así que esto no es la “Edad de Piedra”. Entonces, ¿qué tipo de sistema es?

¿Socialismo?

Un martillo, una hoz y un lápiz, esta es la auto representación del “Partido de los Trabajadores de Corea” en la forma de un gigante monumento. El régimen se ve a sí mismo como socialista, pero desde la década de los 90 todas las imágenes de Marx y Lenin han desaparecido.
El fundador del Estado Kim Il Sung, abuelo del actual gobernante Kim Jong-un, fue capaz de reemplazar el marxismo-leninismo con su propia ideología. “Juche” significa algo así como “autosuficiencia” y estipula que la mitad de mitad montañosa al norte de la península de Corea debe ser autárquica.
Su hijo, Kim Jong-il, amplió esta teoría con la idea “Sungun”: en todo, el ejército tenía la prioridad máxima. En los diez principios por los que todos los ciudadanos supuestamente deben vivir, no hay uno solo que no implique obediencia a los gobernantes.
Esto está casi tan alejado del socialismo como lo entendía Marx –es decir, la auto emancipación de la clase obrera– como alejado de la Edad de Piedra.

¿Un culto?

A veces la gente habla de una “monarquía hereditaria”. Y los Kim han gobernado la península casi tanto como la dinastía Saud en Arabia. Algunas comparaciones con el absolutismo vienen a la mente, como las imágenes omnipresentes de los gobernantes que supuestamente tienen habilidades mágicas. Pero la RPDC es estrictamente atea y todos entienden que el “presidente eterno” (que murió en 1994) no los está mirando desde el cielo, sino que yace muerto en su ataúd de cristal.
El país tiende a recordarle a uno un culto religioso –me recuerda constantemente a la Cienciología. La imponente alegría de los guías turísticos parece provenir de videos promocionales para una iglesia particularmente agresiva. En Pyongyang todo el mundo lleva una sonrisa de acero junto a la convicción de que sus miserables condiciones de vida se encuentran entre las mejores del mundo.
¿O es algo más? Es probable que Kim Jong-un haya pasado parte de su juventud en un internado en Suiza. Este verano, la provocadora banda eslovena Laibach, que gusta jugar con la estética nazi, viajó a Corea del Norte para un concierto. La mitad del mundo especulaba con esta extraña gira musical. ¿Tal vez los norcoreanos simplemente no entienden el humor de Laibach? Después de todo, sólo unos pocos cientos de personas en el país tienen acceso a Wikipedia. Pero, ¿y si el joven dictador fuese un fan del arte dadaísta? ¿Podría Corea del Norte ser una gesamtjunstwerk dadaísta?
No. Probablemente necesitamos otra teoría.

Economía planificada

Empecemos, en el espíritu del materialismo histórico, con las relaciones de producción.
La República Popular has, a lo largo y a lo ancho, una economía planificada. La mayoría de las personas trabajan para el Estado, y la mayoría de los productos no se comercializan en el mercado sino que son distribuidos por las autoridades gubernamentales. Esta planificación permitió el “milagro económico coreano” luego de la guerra –este término se refiere a la industrialización del Norte. Solo en 1975 el sur rural superó económicamente al norte industrial.
Sin embargo, la planificación económica no funciona según lo previsto por Marx o Engels, es decir, mediante la toma democrática de decisiones por parte de los productores. “Kim Jong-un mirando cosas” es el título de una popular página de internet con imágenes constantes del joven gobernante visitando fábricas y sitios en construcción. Estas “ordenes in situ” ya eran parte de la agenda diario de su abuelo y su padre. Un Kim podía impartir una orden que ponía de cabeza a la producción de un momento a otro. Ninguna negativa era permitida.
Por ejemplo, cuando Kim Jong-un decide que la capital necesita un parque acuático de primera clase, el poder de toda la economía puede centrarse en este único proyecto. Esto alcanzó dimensiones absurdas cuando su padre Kim Jong-il ordenó a cientos de miles de personas ir a sus eventos de baile masivo que duraban semanas enteras.
El “mariscal” sin duda vive una vida agradable, pero no es el único que disfruta de beneficios materiales. En la llegada al aeropuerto, uno tiene otro ejemplo: muchos de los funcionarios norcoreanos que regresan del extranjero recogen sus palos de golf de la línea de equipajes. La desigualdad social aquí no esta tan grave como en el capitalismo, sin embargo funcionarios del partido todavía pueden conducir autos y visitar restaurantes, algo inconcebible para la mayoría de la gente.

Restauración capitalista

La planificación económica en Corea ha durado más tiempo que en Rusia o China. Sin embargo, al igual que en los años 90 en Cuba, los primeros nichos del mercado se están abriendo. Los agricultores de granjas estatales o colectivizadas ya pueden sembrar algunos campos propios y vender lo producido en los mercados. Gracias a las importaciones Chinas, muchos departamentos tienen paneles solares, mientras que los niños también usan ropa de Mickey Mouse.
Se supone que el turismo debe traer divisas extranjeras al país, pero el interés es notablemente limitado en comparación con las playas del Caribe. El joven Kim abrió un gran lugar para el esquí en 2014 y sueña con dos millones de turistas por año.
Como en China de los 90, hay zonas económicas especiales para la inversión de empresas extranjeras. Los salarios van para el Estado, que da una pequeña parte a los trabajadores. Una de estas zonas es Rason, cerca de la frontera con Rusia; otra es Kaesong, cerca de la zona desmilitarizada. Los turistas pueden visitar las instalaciones en Rason con una condición: ¡no tomar fotografías de las marcas! Varias empresas multinacionales son reacios a admitir que tienen sus productos textiles fabricados en la República Popular. Del mismo modo, el Estado exporta 50.000 o más trabajadores a China, Rusia e incluso Qatar; la mayoría de sus salarios también van directamente al Estado.
Pero hay una falta generalizada de inversores capitalistas que quieran financiar la restauración del capitalismo en el Norte. Por lo que el régimen de Kim depende de ciertos nichos del mercado que son evitados por otros productores. Según rumores no confirmados, la industria química altamente desarrollada, que no encuentra compradores para sus productos, ahora se especializa en anfetaminas. Todo el mercado de anfetaminas de China supuestamente sería abastecido desde Corea –un poco como la serie Breaking Bad pero al nivel de todo un país. De la misma manera, los dólares americanos falsificados con alta calidad que circulan en la región, probablemente también provienen de la RPDC.

Degeneración

Dentro del grupo de turistas la pregunta sigue sin responder: ¿qué es Corea del Norte? Es una economía planificada sin democracia; todas las decisiones son tomadas por una casta privilegiada; en el trono de esta casta se sienta un líder infalible. Así que podría decir: Corea del Norte es el estalinismo.
Sí, pero eso plantea otra pregunta: ¿qué es el estalinismo?
Una economía planificada democráticamente requiere un cierto nivel de productividad: sólo los trabajadores que no estén al borde de la inanición pueden participar activamente en la gestión de la sociedad en forma de consejos. Pero en Corea, devastada por la guerra, la pobreza era norma (al igual que en la URSS luego de la Guerra Civil). En esta situación emergió una burocracia privilegiada. Marx ya había adelantado esto indirectamente en 1845: una revolución sin el desarrollo de las fuerzas productivas no podía prevalecer porque “con la pobreza, comenzaría de nuevo, a la par, la lucha por lo indispensable y se recaería necesariamente en toda la porquería anterior”.
El revolucionario ruso León Trotsky, quien fue una figurada destacada de la Revolución de Octubre antes de convertirse en un crítico de la burocracia, describió la situación con una analogía: “La autoridad burocrática tiene como base la pobreza de artículos de consumo y la lucha de todos contra todos que de allí resulta. Cuando hay bastantes mercancías en el almacén, los parroquianos pueden llegar en cualquier momento; cuando hay pocas mercancías, tienen que hacer fila en la puerta. Tan pronto como la fila es demasiado larga se impone la presencia de un agente de policía que mantenga el orden. Tal es el punto de partida de la burocracia soviética. ‘Sabe’ a quién hay que dar y quién debe esperar.”
Se podría añadir: si la fila es demasiada larga, necesitas a Kim.
Trotsky llamó a este sistema como “estado obrero degenerado”. Su programa contra este fue la “revolución política”: se debe defender la propiedad nacionalizada de los medios de producción pero derrocar a la casta dirigente.
Con la pobreza del pueblo de Corea del Norte hoy en día, no se puede decir que su situación mejorará necesariamente con el establecimiento de un régimen aliado a los Estados Unidos. Los mercados capitalistas y los derechos democráticos no siempre van de la mano. Hasta hoy, la relativamente rica Corea del Sur tiene leyes dictatoriales. La hija del último dictador militar se sienta en el palacio presidencial, y una persona que alabe la cerveza de Corea del Norte en los medios puede ser arrestada.
Los turistas en Corea del Norte tienen permitido llevar libros, con una excepción: la Biblia y otros textos religiosos. Esto se debe a que los misionarios de sectas cristianas constantemente intentan avanzar en el país. Así que los escritos de Trotsky, en los que llama al derrocamiento de la burocracia, serían técnicamente regalos legales para nuestros anfitriones coreanos. Después de este viaje estoy ansioso por viajar nuevamente a la RPDC. A veces parece un programa televisivo de los años 50 pero puede cambiar rápidamente. La próxima vez tendré a Trotsky en mi equipaje.

Wladek Flakin
Berlín

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