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jueves, enero 28, 2016
¿Quién paga la crisis petrolera?
En medio de la crisis económica internacional y la caída del precio del crudo, la crisis petrolera ya se siente en la Argentina. ¿Quién paga la crisis? El Gobierno se enfrenta ante la posibilidad de un conflicto social y sindical de dimensiones en sus primeras semanas.
Este lunes continuaron las negociaciones entre el gobierno nacional, la provincia de Chubut y las empresas que explotan los yacimientos en el Golfo San Jorge. En lo que los medios llamaron “la cumbre petrolera en la Casa Rosada”, estaban como puntos centrales la caída del precio del petróleo y la situación de miles de trabajadores petroleros de Chubut. Ninguno de los temas tuvo una resolución, y las partes pasaron a un nuevo cuarto intermedio para la semana que viene. Mientras tanto, continúan las amenazas de despidos de al menos 3 mil trabajadores en lo inmediato.
Al término de la reunión, el intendente de Comodoro Rivadavia, Carlos Linares, afirmó que "hay voluntad" para superar la conflictiva situación, e igual actitud optimista demostró el gobernador de su provincia, Mario Das Neves, quien sostuvo que "nos vamos más contentos que en otras reuniones y con la posibilidad concreta de una solución en el corto plazo".
Sin embargo, no hubo ninguna garantía de que la resolución del conflicto tenga en primer lugar la preservación de las conquistas obreras. Por el contrario, un complejo entramado de intereses entre las empresas, la Nación y la provincia se debaten los montos del subsidio público a las ganancias capitalistas, al compás de lo que parecería ser el primer coletazo más agudo la crisis internacional en el país.
De la reunión participaron los ministro de Energía, Juan José Aranguren, de Interior, Rogelio Frigerio y el ministro de Trabajo Jorge Triaca; el gobernador de Chubut, Mario Das Neves y el intendente de Comodoro Rivadavia; el presidente de YPF, Miguel Galuccio junto con representantes de Pan American Energy (PAE) y Tecpetrol. También los referentes del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Chubut y del sindicato de Jerárquicos.
Según se informó de manera oficial, de acá al lunes, el gobierno mantendrá reuniones privadas con las operadoras privadas para avanzar posiciones y luego definir con las autoridades provinciales y el sindicato de petroleros, en base a una propuesta para "todos los sectores aporten". Una delicada forma de chantajear a los trabajadores para que acepten alguna de las variantes del ajuste, sea en puestos de trabajo o en reducción de los acuerdos paritarios.
Precios en baja, viento de frente
El conflicto petrolero tiene su raíz principal en la crisis capitalista internacional, que se expresa en el derrumbe de los precios internacionales de los commodities, especialmente del crudo. Si bien hay respiros circunstanciales como los del viernes pasado que permiten hacer fortunas a grupos de especuladores que apuestan a las volatilidades, lo cierto es que el precio del petróleo se encuentra promedialmente en mínimos históricos y no parecería tener una recuperación a la vista.
Sin embargo, en Argentina estas tendencias tienen complejidades particulares. Chubut es uno de los principales implicados en las negociaciones por cuanto la provincia exporta el 40 % del petróleo que produce. ¿Qué sucede con las ventas al mercado interno? Ese no sería el foco del conflicto. Las petroleras pueden seguir respirando tranquilas, ya que el gobierno nacional continuará con la política de saqueo a favor de las corporaciones internacionales, la misma que marcó a la administración kirchnerista saliente. El ministro de Energía Aranguren, ex gerente de Shell y fanático enemigo de los trabajadores petroleros, está para garantizarlo.
El subsidio al precio interno del petróleo, que se inició años atrás con la caída del precio internacional, es una transferencia directa del consumidor a las empresas. Hoy, de 67 dólares que se pagan internamente por el crudo liviano y 55 por el pesado, entre 25 y 37 dólares según el caso estarían siendo subsidiados. Si bien el actual ministro de Energía bajó ligeramente el precio interno, decidió mantener dicho diferencial entre el precio interno y el internacional. El mayor grupo mediático del país que apoya al oficialismo macrista calculó ayer en el diario La Nación que este año se van a destinar entre 5 mil y 7 mil millones de dólares a subsidiar a las petroleras. Es decir, un quinto de las reservas actuales del Banco Central, y el 20 % de los dólares que entraron en 2015 por exportaciones agrícolas. Argentina es uno de los pocos países en el mundo que sostiene este esquema.
Por ello el problema no se radica en el mercado interno, sino que el conflicto es porque las empresas reclaman un subsidio a las exportaciones. En Chubut aducen que por la venta al exterior del crudo pesado que se produce en la provincia se obtienen menos de u$s 23 por barril, y se afirma que el costo de extracción ronda los u$s 35. Mientras se acusa a los trabajadores por realizar huelgas en defensa de sus puestos laborales, las petroleras ya vienen sosteniendo sus métodos de presión para obtener sus reclamos de ganancias extraordinarias. Las que operan en la zona (Pan American Energy, Tecpetrol, Sipetrol e YPF) están desactivando equipos desde el año pasado, y ahora hay anuncios de despidos.
Un saqueo “con el aporte de todos”
El gobernador Mario Das Neves no duda de qué lado posicionarse, reclamó al Gobierno un “auxilio” de u$s 500 millones anuales para subsidiar la exportación de modo que las petroleras obtengan en el mercado externo el mismo precio que en el local:u$s 54,90 por barril. El Gobierno nacional, de la mano de Aranguren, propone que el subsidio exista, pero que el monto no recaiga en Nación sino que se desembolse de las regalías provinciales y de los propios bolsillos obreros: que los sindicatos acepten una flexibilización laboral. Claro que la convocatoria es que “todas las partes hagan un aporte”, como si de partes iguales se tratara.
Cabe agregar que las mismas compañías que aducen pérdidas y reclaman el subsidio están percibiendo en dólares cada barril de crudo, que hace poco menos de un mes multiplicó su valor en pesos tras la devaluación del 40 %, mientras que los salarios siguen abonándose en pesos.
El gobierno de Macri, por su parte, tiene el riesgo de enfrentarse a un primer conflicto de alcance nacional que amenazaría el suministro del 30% del petróleo y del 13% del gas que se consumen en el país en sus primeros meses de gobierno y justo antes de las paritarias, y para ello confía en que tendrá colaboración de los Bulgueroni (que controlan PAE) para evitarlo.
En estas condiciones, los trabajadores petroleros de Chubut están transitando una dura pelea por mantener sus fuentes laborales y dar una pelea ejemplar de cara al ajuste en curso que tiene en vilo al conjunto de la clase obrera del país, para que la crisis no recaiga en sus espaldas sino que la paguen los responsables: los capitalistas y sus gobiernos. Frente al neoliberalismo energético, la única salida de fondo a la crisis es la nacionalización de la producción y distribución bajo gestión de los propios trabajadores. Para terminar con las crisis cíclicas del sector, en donde los platos rotos los pagan siempre los obreros.
Lucía Ruiz
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