domingo, julio 24, 2016

Homenaje a Orwell en Cataluña



A fines de 1936 George Orwell se suma a las brigadas internacionales que viajan a España a combatir al fascismo, su libro Homenaje a Cataluña relata esta intensa experiencia.

A fines de 1936, Eric Arthur Blair, más conocido con el seudónimo de George Orwell, decidió sumarse a las brigadas internacionales en defensa de la II República española, ante el levantamiento de una parte del Ejército Español en Melilla el 17 y 18 de Julio de 1936, hecho que dio comienzo al conflicto conocido como “Guerra Civil española”, “Guerra de España” o “Una guerra internacional en suelo español”.
Antes de partir de Inglaterra, Orwell visita a Harry Pollitt, secretario general del PC (Partido Comunista) Británico, tratando de buscar apoyo para su causa. Camino a Barcelona hace una breve escala en Paris para realizar un trámite en el consulado español, aprovechando esto se reúune con su amigo Henry Miller, quien trató de disuadirlo de seguir adelante en su viaje hacia el frente, diciéndole que era una estupidez viajar a España en ese momento, a lo que Orwell contestó, según relata años después el secretario de Miller: «Voy a matar fascistas porque alguien debe hacerlo».
El escritor de 33 años llegó justo después de Navidad a la Barcelona que sería la bisagra de su vida, que lo separaría de sus aventuras de joven en las colonias, de su privilegiada vida en el Colegio Eton de Berkshire y de sus múltiples trabajos, desde lavacopas en el barrio latino de Paris hasta reportero de las miserias de los mineros en el norte de Inglaterra.
Ya tenía varias novelas escritas al momento de presentarse en la oficina del ILP (Partido Laborista Independiente) de Barcelona, rápidamente se enroló en los Cuarteles Lenin vistiendo el saco de pana que le había regalado Miller. Puede verse una foto del gran fotógrafo Español Agustí Centelles, a un espigado miliciano que aparece por encima de la cabeza y los hombros de los muchachos del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) en los Cuarteles Lenin.
“… como estábamos en España, todo se hacía de manera fragmentaria”, cuenta Orwell al comienzo de su libro autobiográfico Homenaje a Cataluña, que se publicó cuando aun no se había terminado la guerra, y donde relata en primera persona todos los sucesos que vivió desde que llegó para sumarse a Las Brigadas Internacionales como soldado raso.

El frente de Aragón

Después de una breve estancia en los cuarteles, llegó el llamado al frente de Aragón. “Yo me encontraba en los Cuarteles Lenin con el objetivo, según manifestaban, de recibir una preparación militar. Al unirme a la milicia, me informaron de que sería enviado al frente al día siguiente.” Relata Orwell resignado en su libro y agrega que solo el olor de las letrinas y la abundancia de ratas pudieron destruir la emoción romántica que lo embargaba de luchar contra el fascismo.
Según testimonios de quienes convivieron con él en el frente, todos coinciden en que fue un soldado aplicado, que no le temía a las balas y que arriesgaba la vida hasta para no abandonar una bolsa de papas en el fuego cruzado de las trincheras.

El frente de Huesca

Un fragmento del libro relata sus vicisitudes en el frente de Huesca. “A medida que nos acercábamos a la línea de fuego, los muchachos que rodeaban la bandera roja en la vanguardia comenzaron a dar gritos de «¡Visca POUM!», «¡Fascistas maricones!» y otros por el estilo; gritos que tenían como fin dar una impresión agresiva y amenazadora pero que, al salir de esas gargantas infantiles, sonaban tan patéticos como el llanto de los gatitos. Parecía increíble que los defensores de la República fueran esa turba de chicos zaparrastrosos, armados con fusiles antiquísimos que no sabían usar.”
Cuando sus licencias en el frente se lo permitían, Orwell aprovechaba para recorrer la ciudad obrera de Barcelona, y aunque la describe en ruinas, mirándola entre los escombros siente que a pesar de los bombardeos y de las miserias de la guerra, la gente pugna por construirse un futuro mejor. “Por encima de todo, existía fe en la revolución y en el futuro, un sentimiento de haber entrado de pronto en una era de igualdad y libertad”. Relata en el libro.

El POUM

En Barcelona fue testigo también de “los sucesos de Mayo de 1937” donde el POUM dirigido por Andreu Nin pasaría a la clandestinidad luego de ser perseguidos, secuestrados y asesinados sus dirigentes más importantes. Orwell cuenta que se lo veían venir “Era fácil ver que el gobierno de Caballero caería y sería reemplazado por otro más derechista, sometido a una influencia comunista aún más fuerte…” . Y esto sucedió en la primavera del 37. Largo Caballero, a quien se lo acusaba de condescendencia hacia las fuerzas de la izquierda republicana (anarquistas, caballeristas y trotskistas del POUM) dimite y nombran a Juan Negrín como presidente de la república.

George Orwell

Orwell no se destacó por sus disparos al enemigo e incluso se llevó una bala fascista en la garganta que complicaría su salud y lo llevaría a la muerte años más tarde. Pero nos dejó una bella obra literaria que nos traslada como ninguna otra a la aventura, a la poesía, pero sobre todo a la tragedia de la II República Española y otros dos clásicos más que son Rebelión en la granja y la tremenda 1984, donde abundan ratas horribles que venían de comerle el cinturón a los milicianos de Homenaje a Cataluña, libro que fue base del famoso film de Ken Loach Tierra y Libertad.
En los años posteriores George Orwell tuvo distintas posturas controvertidas y criticadas desde la izquierda, pero la experiencia de España dejó en él una profunda huella. En 1946 lo expresó de esta manera, «La guerra de España y otros acontecimientos ocurridos en 1936-1937 cambiaron las cosas, y desde entonces supe dónde me encontraba. Cada línea en serio que he escrito desde 1936 ha sido escrita, directa o indirectamente, contra el totalitarismo y a favor del socialismo democrático como yo lo entiendo».

La guerra internacional en suelo español

La guerra internacional en suelo español tuvo varios conflictos, el militar, que desplaza a las salidas políticas y pone a las armas de fuego al frente. La guerra de clases, sobre cómo organizarse socialmente, un enfrentamiento entre la idea de Patria y la idea de Nación, una guerra de religión entre el anticlericalismo y el catolicismo. Todo esto sumado a las ideas en pugna en el contexto internacional, propietarios y trabajadores, iglesia y estado, oscurantismo y modernización, con las democracias en crisis, con el comunismo irrumpiendo y el fascismo perfilándose para asaltar el poder. Por esto dice Casanova que tantas personas diferentes, de tantos lugares lejanos, obreros, escritores e intelectuales se sintieron tan comprometidos con el conflicto.

Mario Frias Casado

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