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domingo, mayo 28, 2017
El retorno de Víctor Jara
Luego de 42 años de muerto, Víctor Jara regresó a los afectos públicos gracias a un documental de dos horas que revela el compromiso resuelto del trovador chileno con la justicia social y exhibe la estela de admiración recia que dejó.
Realizada por los estadounidenses John Travers –fallecido el año pasado- y John Summa, La resurrección de Víctor Jara data de 2015, y ha recorrido una parte del camino a festivales internacionales, en el afán de sus directores y productores de rendir tributo al trovador que pagó con la vida su resolución de diseminar sentimientos de libertad y dignidad. Fue vista por primera vez en Cuba el año pasado, durante el festival de cine de La Habana.
Cargado de imágenes de Víctor Jara, la mayoría cantando, el documental presenta a una variada galería de músicos que hablan del legendario artista con admiración, incluidos algunos, como Bono, el cantante de U2, que pocos asocian con la música del trovador.
También aparece su viuda, Joan Jara, además de Osvaldo Torres, Peter Yarrow, León Gieco, Ana Reeves, Max Berru, Eduardo Carrasco, Horacio Salinas, (de Inti Illimani) y Ángel Parra, entre otros.
Juan Carlos Vallejo, un colombiano residente en Estados Unidos que fungió como productor asociado de la cinta, desvela en esta conversación algunas claves útiles para entender la esencia de La resurrección de Víctor Jara.
Durante una reciente visita a La Habana, donde se reunió con intelectuales y les proyectó el documental, Vallejo también habla del proceso para conseguir extraditar a Chile a uno de los presuntos asesinos de Víctor Jara durante la dictadura de Augusto Pinochet, en 1973.
¿Por qué tardaron 12 años para hacer la película?
Porque necesitábamos presupuesto. Como se ve en el filme, hay muchos entrevistados de distintas zonas del mundo, de manera que hay que viajar, hacer las entrevistas. No es el personaje que tiene que buscar al director o los productores, sino al revés. Y todo eso cuesta. Los derechos, la edición. Es un proceso muy largo. La película fue hecha prácticamente con las uñas. Y fue una producción independiente, no se recibió plata de corporaciones. Muchos de los que aparecen en el filme ya murieron, incluido John Travers, que falleció de forma extraña y repentina días antes de venir al festival de cine de La Habana, por lo que la cinta se convierte en un obituario.
¿La han proyectado en Chile?
Aún no. Estará en festivales hasta el mes de junio, y ya después comienza a presentarse en países que han mostrado interés. Por ejemplo, España, Suecia, Holanda, Venezuela, y Chile, por supuesto. También lo quieren ver en Vietnam, pues Víctor Jara compuso «El derecho de vivir en paz» para los vietnamitas, cuando la guerra con Estados Unidos. Hay prevista una presentación especial en Washington, organizada por la embajada chilena, que invitará al cuerpo diplomático acreditado. Estará presente John Summa.
¿No ha sido proyectada en Chile porque hay que pasarla primero por los festivales?
Exacto. Luego de los festivales se saca a distribución en dvd y se presenta en los cines. Un proceso esquematizado que tiene que cumplirse.
¿Qué expectativas tienen sobre la proyección en Chile?
Será una cosa grandiosa, nos imaginamos. El movimiento social allí está muy activo aún. Y el movimiento estudiantil, todavía más, que ha logrado colocar en el Congreso a dos de sus estudiantes. A pesar de que hay mucha resistencia por parte de la socialista, entre comillas, Michel Bachelet, hacia profundos y reales cambios en Chile, la presión estudiantil ha logrado algo. Y a nivel musical está vivo ese movimiento: todavía se presentan y cantan Inti Illimani, Quilapayún. La juventud chilena aún no ha caído en ese lava cerebros que es el reguetón. No quiero perderme la exhibición de la película en Chile.
¿Cómo va el proceso de extradición de Pedro Pablo Barrientos?
Pasaron 40 años para emitir una orden de captura contra uno de sus principales asesinos, autor intelectual y coautor del asesinato, Pedro Pablo Barrientos Núñez, que vive en Estados Unidos, donde se hizo ciudadano norteamericano mintiendo, pues negó que hubiera tenido vínculos con el ejército chileno. Se está adelantando un juicio civil en Estados Unidos para pedir una indemnización económica para su familia. Y la parte penal se está haciendo en Chile, tras el dictamen de la Corte Suprema de Justicia de la orden de captura.
¿Algún sector en Chile pudiera oponerse a la proyección del documental sobre Víctor Jara?
Uno está expuesto a cualquier cosa. A John Summa lo despidieron de la Universidad de Vermont, de cuyo departamento de economía era profesor, y coincide en extremo con la realización de la película sobre Jara, el viaje a Cuba, su participación en entrevistas en Radio Progreso y Radio Habana Cuba.
¿Faltó algún artista por ser entrevistado, quedó en el camino alguna entrevista que hubiera sido importante para esta película? ¿Por qué no aparecen Silvio Rodríguez y Pablo Milanés?
Muy oportuna pregunta. Sabemos lo que representó Cuba para Víctor Jara, y la amistad entre él y Silvio Rodríguez. Algo similar nos preguntaron cuando pasaron el documental en la UNEAC, y dije: no nos pregunten a nosotros, pregúntenles a ellos. Cuando tratábamos de contactar con ellos, estaban de gira.
¿Supieron entonces de su interés, ustedes se comunicaron con ellos?
Yo traté varias veces de contactar a Silvio a través de sus amigos, pues estábamos bajo la legislación de George Bush, que permitía viajar a Cuba cada tres años solo a los ciudadanos cubanos. Y cuando él estuvo en Nueva York, en el 2010, traté de contactarlo y me fue prácticamente imposible. Después supe que había dicho que se perdería un tiempo de los medios de comunicación, incluso me confirmaron hace poco que sigue alejado, que no quiere entrevistas. Con Pablo Milanés también fue difícil, no pudimos llegarle. Pero hay un punto interesante: cuando empezamos a buscar en los archivos de John Travers, encontramos una copia especial de la película que había dejado para Silvio Rodríguez. Por algo sería, ¿no?
Ahora, Juan Carlos Vallejo bosqueja posibles proyectos cinematográficos de temas cubanos, como Girón y la vida de Celina González, cuya dirección estaría a cargo quizás de John Summa, tal vez de otros directores. Pero son apenas planes que empiezan a tomar forma. Por ahora, La resurrección de Víctor Jara es la obra a la que hay que consagrarse, por respeto y lealtad al trovador chileno convertido en leyenda.
Mario Vizcaíno Serrat
El Caimán Barbudo
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