Dos delegaciones, una sola verdad
La Cumbre de los Pueblos comenzó en Lima, Perú y con ella la campaña mediática de rigor. La prensa corporativa muestra a los representantes cubanos como hordas desenfrenadas enviadas por el gobierno cubano para imponer la violencia por aquellos lugares por donde pasen. De otro lado, está la representación del “exilio” cubano, que va desde Miami para llevar al mundo los deseos de una Cuba libre y democrática, la lucha por los derechos humanos de los cubanos, etc.
Eso dicen los medios, pero la realidad es otra. Desde Cuba van decenas de personas, la mayoría jóvenes, en representación de las diferentes esferas de la sociedad cubana. Nos representan músicos, deportistas, científicos, estudiantes… y su único objetivo es llevar la verdad de Cuba al mundo, la Cuba real, la que esconden los medios.
Los que van desde la isla son parte del pueblo, los que van desde Miami se presentan como representantes de la emigración cubana, pero nada más lejos de ello. Desde Miami va el odio contra todo lo que pueda representar una mejoría en la relación entre Cuba y los Estados Unidos. Muchos de ellos forman parte de organizaciones que reciben dinero del gobierno federal con el único objetivo de manipular la realidad cubana.
Es irónica la presencia en la delegación de un mexicano que supuestamente montó un grupo para exigir a Cuba el respeto de los derechos humanos. Debería ocuparse de exigir al gobierno de su país que lleve a la justicia a los asesinos de los 43 de Ayotzinapa o a los que cubren los campos mexicanos de fosas comunes. Debería, pero no lo hace porque es más conveniente montarse en el tren de la lucha “por la libertad de Cuba” porque para esa hay destinados millones de dólares.
Recientemente uno de esos representantes –que vive en Cuba- pidió que se le diera al problema cubano la misma solución que utilizó la OTAN allá en Yugoslavia. Debemos recordar que la solución a la que hace alusión fueron más de 70 días de bombardeos, la destrucción de la infraestructura y la muerte de miles de civiles.
Desde fuera atacarán siempre a cualquiera que piense diferente a ellos. Desde dentro algunos criticarán la delegación cubana porque se cuestionarán la forma de selección o algo así. Quizás, si hubiesen sido elegidos no criticarían.
No es momento de mezquindades. Los que están allá son parte de nuestra sociedad y deben tener nuestro apoyo. No nos dejemos confundir por los medios porque los que van desde Miami, ni nos representan a nosotros, ni a la inmensa mayoría de la emigración cubana que desea normalizar las relaciones entre los dos países y eliminar cualquier obstáculo entre las familias cubanas.
Osmany Sánchez
La Joven Cuba
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