lunes, septiembre 30, 2019

Los argentinos y el anticapitalismo



La coyuntura política está en una especie de impasse con un Gobierno en retirada que pega los últimos manotazos de ahogado y una virtual administración entrante que está muy preocupada por dar señales de gobernabilidad. Los próximos domingos tendrán lugar los debates de candidatos a presidente y, quizá, surjan discusiones para abordar. Mientras tanto, es una buena oportunidad para hablar de una cuestión más general.
El diario Ámbito Financiero publicó hace unos días un artículo titulado “La contradicción argentina”, firmado por Iván Carrino. Este hombre se quejaba de la mentalidad promedio de los argentinos que están entre los más “anticapitalistas” de la región. El autor de la nota es un economista, evidentemente, ultraneoliberal. Uno de sus últimos tuits de ayer tarde contiene la famosa sentencia de Nicolás Avellaneda que dijo: "La República puede estar dividida hondamente pero tiene un honor y un crédito... 2 millones de argentinos economizarán hasta sobre su hambre para responder a los compromisos de nuestra fe pública en los mercados extranjeros". A todas luces, muy de izquierda no es.
Para argumentar esta cuestión de la mentalidad de los argentinos cita una encuesta realizada por el profesor Carlos Newland de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas, una institución educativa de nuestro país.
- En ese estudio, Newland mide el apoyo al sistema de mercado tomando como referencia la “Encuesta Mundial de Valores” y extrayendo de allí tres afirmaciones clave que los encuestados tienen que valorar. Tienen que ponerle un puntaje que va de 1 a 10.
Las proposiciones son:
1) La riqueza genera crecimiento para todos.
2) La competencia empresarial es buena.
3) Debe incrementarse el rol del sector privado a costa del sector público.
Los encuestados en nuestro país le otorgaron puntajes muy bajos a esos principios o valores, el promedio dio 3.6.
Este trabajo es congruente con uno que realizaron en común hace un par de años Flacso e Ibarómetro y era sobre las orientaciones ideológicas de los argentinos: una mayoría se manifestaba a favor de una intervención activa del Estado en la economía (61,8 %), prefería las alianzas con los países de la región antes que con las potencias del primer mundo (53,6) y aseguraba que la búsqueda de la igualdad debe ser, más que de la libertad, el principal objetivo de un Gobierno.
Por esa misma época, se realizó también una encuesta de Management & Fit, donde se medía la imagen de los empresarios entre la población y quedaba constatado que, en tiempos de crisis, su imagen acompaña la caída en la consideración popular que sufre la casta política. Eso llevó al editorialista del diario La Nación, Carlos Pagni, a escribir un pequeño artículo cuyo título era “Los argentinos versus el capitalismo”.
Estos índices muestran una crisis de la ideología neoliberal, luego de décadas en las que ese paradigma provocó desastres económicos y sociales en el mundo. Y es muy probable que se haya reforzado en nuestro país luego de cuatro años de una administración claramente pro-empresaria contra la que se pronunció con fuerza gran parte de la sociedad en las últimas elecciones.
Seguramente, es un poco exagerado catalogar a esa ideología promedio como radicalmente “anticapitalista”, eso debe responder más al temor o la exageración liberal, pero algo de verdad encierra.
Con sus ambivalencias muestran que hay un fuerte rechazo a algunos principios básicos del capitalismo. También van en ese sentido los planteos que hacen los “Jóvenes por el Clima” que, a diferencia de otros movimientos ecologistas del pasado, tienden a unir y la lucha ambiental con la perspectiva anticapitalista.
Estos síntomas demuestran que es falaz el argumento que esgrimen aquellos que dicen que hay que moderarse porque hay una “hegemonía” neoliberal reinante, que la gente no quiere cuestionar el sistema de conjunto y que hay que resignarse a lo que hay. Evidentemente esas posiciones están motorizadas más por deseos o intereses propios antes que por un “reflejo” de lo que piensa la sociedad.
A veces la derecha percibe con más claridad cosas como que: pulsiones o reflejos -más o menos espontáneos (que no dejan de ser la forma embrionaria de lo consciente)- para cuestionar al capitalismo sobran, lo que falta es voluntad política para luchar contra él.

Fernando Rosso
@RossoFer
Domingo 29 de septiembre | 23:30

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