sábado, noviembre 09, 2019

Lula da Silva ya fue liberado en Brasil



El expresidente brasileño es liberado este viernes tras el cambio de jurisprudencia sobre la prisión preventiva en segunda instancia, votada por mayoría en la Corte Suprema el jueves.

La defensa de Luiz Inácio Lula da Silva había presentado ante la Justicia este viernes el pedido para la excarcelación inmediata del expresidente brasileño, con base en la decisión adoptada la víspera por el Tribunal Supremo de Brasil (STF).
Lula es finalmente liberado este viernes 8 de noviembre tras haber pasado 1 año y 7 meses en prisión por causas de corrupción y blanqueo de capitales, en el marco de la megainvestigación de Lava Jato, que se demostró completamente viciada con la publicación de las conversaciones entre el exjuez Sergio Moro, actual ministro de Justicia, y el fiscal que llevaba el caso.
La Suprema Corte resolvió el jueves por 6 votos contra 5 un cambio en la jurisprudencia para rechazar la prisión preventiva en los casos de sentencia en un tribunal de segunda instancia. Ese era el caso de unos 5.000 encarcelados, de los cuales el caso más emblemático era el de Lula, que ahora podrá mantener su libertad hasta que se agoten todos los recursos e instancias judiciales.
A pesar de la decisión del Tribunal Supremo, la puesta en libertad de Lula no era automática y, le correspondía a la jueza federal Carolina Lebbos, responsable por la ejecución penal, analizar el pedido realizado por los abogados del exmandatario antes de dictar su liberación.
Aún consiguiendo la libertad, los abogados señalaron que la "batalla jurídica" continúa y esperan que el Tribunal Supremo analice un hábeas corpus que pone en duda su condena y que podría anular el proceso.
"Nuestro objetivo realmente es la declaración de nulidad de todo el proceso, porque el proceso que llevó a la condena de Lula está marcado por fuertes violaciones a garantías fundamentales, repletos de ilegalidades y esperamos que la Suprema Corte juzgue con rapidez el hábeas corpus", recalcó el letrado.
Sin embargo el recurso de la defensa de Lula se centra solo en ese vericueto legal en lugar de cuestionar el conjunto de la operación Lava Jato que tuvo como objetivo beneficiar a las transnacionales de la construcción y los hidrocarburos, mientras en el plano político sirvió para darle una hegemonía inaudita a la corporación judicial, que terminó siendo pieza fundamental en el golpe a Dilma Rousseff, el encarcelamiento de Lula y el triunfo de ultraderechista Jair Bolsonaro.

Un condicionamiento a la libertad de Lula

Si bien la resolución del Supremo Tribunal significó un duro golpe a la operación Lava Jato, no significa su desmantelamiento ni desarticulación inmediata. La corporación judicial seguirá haciendo uso de las herramientas de esa operación viciada en el proceso de Lula para condicionar sus derechos tras su liberación.
Por eso no alcanza con un habeas corpus, sino que es necesario que se anulen todos los ataques realizados por la operación, que jugó a favor del golpe institucional, dirigida por el exjuez Sergio Moro y el fiscal Dallaganol. Esa es la única forma de acabar con el proceso y conseguir una efectiva libertad política del expresidente.
Esto es crucial porque la liberación de Lula plantea una serie de cuestiones en la política nacional e internacional, tanto en el momento actual como hacia las elecciones de 2020.
Con esta sentencia, la Corte Suprema, una institución que jugó un papel central en el golpe institucional y el arresto arbitrario de Lula, se fortalece como un factor de tutela en el marco del Gobierno de Bolsonaro (debilitado por sus propios exabruptos reaccionarios) y subordina más al presidente a los designios del Congreso, además de dar un fuerte golpe que podría derrumbar la causa Lava Jato, aunque sigue haciendo uso de sus herramientas para condicional a Lula.
Los que fueron aliados en el golpe institucional, el encarcelamiento de Lula y las elecciones manipuladas que llevaron a la presidencia a Bolsonaro, ahora compiten por posiciones de poder. El desgaste que viene sufriendo el exjuez Sergio Moro y la operación Lava Jato por la filtración de chats incriminatorios, como los conflictos dentro del propio partido oficialista, el PSL, actuaron permitiendo que otras fuerzas aprovechen el momento político. Fue así que la Corte Suprema y sus aliados, como el líder en la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, y una parte importante del "centrão" (los partidos del centro político determinantes en el Congreso) y otros agentes, han sabido aprovechar el momento de fragilidad del Gobierno, para condicionarlo.
Aún queda un problema que todas estas fuerzas tienen que ver como solucionar: la contradicción entre avanzar en la derrota de Lava Jato sin que eso implique una habilitación política completa para Lula de cara a las elecciones municipales del 2020. Esto puede ser tanto un problema para los golpistas, como una medida de emergencia para calmar el estado de ánimo y dar más legitimidad al carcomido régimen político.

La Izquierda Diario

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