jueves, enero 09, 2020

Francia: se preparan importantes movilizaciones



Jornadas claves de un largo conflicto

El jueves 9 y el sábado 11 serán jornadas de manifestación y lucha en un largo conflicto entre el movimiento obrero y el gobierno burgués, que pueden ser determinantes para el curso de la huelga general y del desenvolvimiento de la crisis política.

Las jornadas han sido llamadas por la intersindical CGT-FO-FSU-SUD. Hasta ahora, los obreros ferroviarios y del subte parisino son los que mantienen una huelga indefinida desde hace más de un mes. Los maestros y profesores terminaron sus vacaciones de invierno el lunes 6 y están votando nuevamente la huelga. Las fábricas y los establecimientos del sector privado no han acompañado la huelga. El movimiento juvenil y estudiantil no se ha puesto en movimiento, salvo en sectores minoritarios. Las burocracias sindicales se acomodaron a la tregua y poco y nada hacen para extender el conflicto y enfrentar claramente al gobierno, con un plan de batalla y de organización. La CGT, por ejemplo, anuncia como gran paso una huelga de algunos días en las refinerías de petróleo.
El peso social y político de la clase obrera es sostenido por la minoría de huelguistas y por la intervención de los centenares de núcleos de activistas. Los obreros de base del subte convocaron una conferencia de prensa -sin que ningún representante sindical esté presente- para explicar valientemente que “Nosotros no podemos soportar solos este conflicto con nuestros colegas ferroviarios...Nos dirigimos a las organizaciones sindicales que hablan en nuestro nombre: no vayan más a las negociaciones, llamad claramente a la huelga indefinida en todos lado, utilicen ya vuestros recursos financieros para ayudarnos, lo necesitamos ahora.”
Este planteo expresa una perspectiva para todo el movimiento obrero, que desencadenará una fuerza enorme si lo asume. Para eso es necesaria una acción común del activísimo a escala nacional, sistemática, independiente de la conciliación burocrática.
Todo indica que el jueves 9 y el sábado 11 habrá centenares de miles de manifestantes huelguistas, con el apoyo de los chalecos amarillos. Una participación masiva será un punto de apoyo para a huelga.
Pero, la clave para los días y semanas que siguen se juega en la extensión al sector privado, en las decisiones de huelga de las asambleas generales, en la organización de coordinadoras de los huelguistas, en la intervención activa de los profesores, en resumen: en el desarrollo de una intervención independiente estructurada por los núcleos militantes, que se eleven de un esfuerzo artesanal y local a un cuadro nacional.
La huelga sigue siendo popular, apoyada por una mayoría de la población. La reforma de las jubilaciones es una clave para el gobierno y su fracaso le daría un impulso enorme al “Fuera Macron”. Esta misma razón empuja al gobierno a la intransigencia, sin disponer de los medios políticos para imponerse. Esa es su dificultad. Como dicen abiertamente un sector de los diputados de la mayoría presidencial: “No podemos tener razón contra todo el mundo ; hay que negociar y conceder.” La concesión sería eliminar la edad mínima de 64 años para obtener una jubilación completa, como lo pide la confederación amarilla de la CFDT, que apoya el nuevo sistema de jubilaciones por puntos. Es más una cuestión de presentación que de fondo; sin embargo, ceder sería abrir una compuerta que le costaría caro al gobierno y que pondría en juego su capacidad de llevar adelante la política burguesía en esta etapa de crisis, de reacción en toda la línea.
Las reuniones de “negociación” se suceden para tratar de ahogar la huelga y las direcciones sindicales se ven obligadas a endurecerse frente a un debate vaciado. El miércoles 8, apenas unas horas antes de la jornada del 9, la CGT, la CFE-CGC (la central de empleados jerárquicos) y la FSU (profesores y maestros) se retiraron de la reunión ministerial para discutir las condiciones de aplicación de la ley en la administración pública. FO y SUD habían decidido el martes su boicot a la reunión. El dirigente de la FSU declaró “No hay ninguna condición que permita dialogar”. Hasta la propia CFDT afirma que no tiene sentido una reunión programada para el viernes 10 si el gobierno no retira la cláusula de los 64 años. El Primer Ministro, por su lado, confirmó el calendario el proyecto ya está redactado y será presentado el 22 de enero, será examinado por el Parlamento bajo procedimiento de urgencia en el mes de febrero y aprobado antes de las elecciones municipales.
El gobierno reaccionario de Macron pretende encarnar el orden y sabe que sí retrocede empieza su cuenta regresiva. La policía acaba de cometer un tercer asesinato en un banal control de identidad en las calles parisinas; la víctima es uno de los miles de motociclistas, cuyo trabajo precario es entregar pedidos por encargo. Esta es la realidad de la Francia de este gobierno: leyes reaccionarias, represión, aparato policial, miseria. La fuerza del movimiento obrero y la capacidad de lucha de su vanguardia tienen que terminar con este régimen.

Roberto Gramar

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