La persecución contra Loujain data desde el 2014 donde fue detenida por conducir desde Emiratos Árabes. En el año 2015 se colocó a la cabeza del movimiento Women to Drive, en contra de la prohibición de las mujeres a conducir que rigió en el país hasta 2018. Se intentó postular como candidata a las primeras elecciones con voto femenino, pero por diversas maniobras burocráticas, su candidatura fue rechazada. En el año 2018 volvió a ser detenida junto a otras trece mujeres que se movilizaban en contra de la tutela masculina. Durante los meses bajo custodia fue víctima de torturas y sometida a abusos sexuales, mientras seguía recluida con varias activistas bajo un régimen de aislamiento e incomunicación total.
El régimen saudí buscó una condena ejemplificadora contra la activista. Después de ser juzgada en un tribunal penal de Riad, capital del país, por cargos falsos como la desestabilización de la seguridad nacional y cooperar con entidades extranjeras en contra del Estado. Su caso fue transferido en noviembre a un tribunal especializado en crímenes de terrorismo.
“Mi hermana debe ser liberada…Todo lo que ha hecho es pedir que las mujeres sean tratadas con la dignidad y la libertad que les corresponde. Por eso las autoridades sauditas están buscando la pena máxima disponible bajo la ley: 20 años de prisión” expresó la hermana de Loujain (The Guardian, 16/12)
Amnistía Internacional y otros organismos de derechos humanos también han emitido comunicados en defensa de Loujani y condenando las irregularidades del proceso judicial.
La condena a Loujani muestra la brutal opresión que sufren las mujeres bajo el régimen saudí, uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región. Pero advertimos también que hay un intento de una facción de la burguesía imperialista, en especial en su vertiente europeísta, de servirse de su causa -con la cual simpatizan miles de activistas en todo el mundo- para apuntalar a aquellos sectores capitalistas “democráticos” que se han desarrollado con fuerza en los últimos años, conviviendo en las sombras con la monarquía.
El movimiento combativo de mujeres de Arabia Saudita tiene que unirse a un programa en común de la clase obrera para combatir el régimen y con ello, todo tipo de opresión. ¡Libertad para Loujain al Hathloul y todas las presas y los presos por razones políticas!
Milagros Romero
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