Continúa la novela persecutoria contra el periodista Julián Assange, creador del sitio Wikileaks en 2006. En un nuevo capítulo, la justicia británica rechazó el pedido de extradición hacia los Estados Unidos. Si Assange pone un pie en Norteamérica, quedaría automáticamente encarcelado por 175 años. Detrás de su condena por “delitos informáticos” en 2012, aparece la difusión de aproximadamente 750.000 documentos que evidencian las alianzas mafiosas globales y los crímenes cometidos por tropas estadounidenses en Irak y Afganistán, desde torturas y violaciones sexuales hasta masacres de civiles.
Las sistemáticas persecuciones y amenazas impactaron de lleno en su psiquis. Según la justicia, hay un potencial riesgo de que Assange se suicide estando encarcelado en EEUU. «La impresión general es de un hombre deprimido y algunas veces desesperado, que teme de su futuro […] estoy convencida que los procedimientos descritos por EE.UU. no evitarán que el señor Assange encuentre una manera de suicidarse y por esa razón he decidido que la extradición sería opresiva por causa de daño mental», informó la jueza Vanessa Baraitser.
Sin embargo, al mismo tiempo, la justicia británica rechazó su pedido de libertad condicional (Clarín, 6/1). Sucede que Gran Bretaña quiere preservar su relación amistosa con EEUU. De manera indirecta, apoyan la censura y criminalización del periodista; alegando que dispondría de todos los elementos para evadir la prisión domiciliaria y fugarse hacia México, donde el presidente, Andrés Manuel López Obrador, le ofreció asilo político (La Política Online, 4/1). El Departamento de Justicia yanqui se mostró conforme con la decisión.
La persecución, recordemos, se remonta a 2012, cuando Assange se refugió hasta 2019 en la embajada ecuatoriana de Gran Bretaña. Fue Donald Trump quien le exigió a Lenín Moreno quitarle el asilo político. Desde entonces, está encarcelado en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh. El caso está vinculado también con el de Edward Snowden, otro agente de inteligencia norteamericano que reveló crímenes cometidos por las fuerzas militares de su país. Perseguido por los Estados Unidos y por Interpol, Snowden está ahora exiliado en Rusia.
Basta de persecución a Assange y los periodistas críticos. Libertad inmediata y resguardo de su integridad física.
Álvaro Chust
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