martes, enero 24, 2023

Ucrania: comienza la campaña de invierno


La guerra en Ucrania se encuentra a mitad de la campaña invernal. 

Desde hace unos días las temperaturas se elevaron y el suelo se descongeló. Hasta que estas bajen y el suelo se vuelva a congelar, nos encontraremos en una suerte de pausa operacional. Tanto para Ucrania como para Rusia, la temporada de invierno da una oportunidad de emprender operaciones ofensivas limitadas, con el objetivo para cada uno de mejorar sus posiciones tácticas de cara a la próxima primavera, cuando el suelo presentará condiciones ideales para grandes movimientos durante varios meses. Ambos bandos especulan con poder realizar grandes operaciones decisivas, pero lograr o no los objetivos tácticos del invierno puede facilitar o dificultar sus posibilidades de ello. 
 Desde que el Gral. Surovikin asumió el mando de la totalidad de las fuerzas actuando en Ucrania, efectivamente logró estabilizar todos los frentes donde los ucranianos estaban llevando a cabo ofensivas el año pasado. Puso la cara para una retirada de la ribera occidental del río Dnieper, cediendo la ciudad de Jersón, pero como era ampliamente previsible, los ucranianos no fueron capaces de proseguir esa operación a través del río. 
 En el norte de la región de Lugansk (esto es, al norte del río Donetsk), los ucranianos estaban continuando la ofensiva que comenzaron en Járkov, lograron hacerse de las ciudades de Izium y Liman (garantizando el flanco norte de las aún más importantes Slaviansk-Kramatorsk), pero los rusos se compactaron en una línea defensiva que corre de norte a sur, sobre la ruta que conecta las ciudades de Troitske, Svatove y Kremminna. La ´línea Svatove´ protege las rutas logísticas y el flanco norte de la ciudad capital de Lugansk; si los ucranianos hubiesen podido atravesar esta línea, de cara a la primavera se estarían encontrando con chances reales de sitiar la ciudad y avanzar por el sector norte del Donbass. No obstante, después de varios meses de intentos y muchas bajas, los rusos le quitaron a los ucranianos la iniciativa en este frente y son ellos los que contraatacan y se hacen de poblados, empujando a los segundos hacia el oeste. El empuje ruso bien puede tener el objetivo de recuperar las ciudades de Liman, Krupianks y en última instancia, Izyum, revirtiendo los avances ucranianos de finales del año pasado.
 En el óblast de Zaporiyia, los ucranianos evidentemente tuvieron que abortar por el momento la ofensiva en dirección del Mar de Azov, hacia ciudades costeras como Melitopol y Berdyansk. Ya habíamos escrito que esta ofensiva era la que más peligros presentaba para los rusos y de allí que priorizaron la defensa de este frente por sobre Jersón o Járkov. De haber tenido éxito, los ucranianos habrían podido cortar el puente terrestre a Crimea y aislar a las fuerzas rusas en Jersón y la península. La concentración de unidades rusas disuadió a los ucranianos y desde entonces los rusos han reforzado a sus unidades con reservistas movilizados y construido grandes líneas de fortificaciones y trincheras en profundidad, haciendo las chances de éxito ucranianas aún más pequeñas. La construcción de líneas defensivas es algo que los rusos continuaron y conectaron prácticamente en todos los frentes, estas incluso continúan hacia el óblast ruso de Belgorod. Evidentemente, no quieren correr ningún riesgo. 
 Por último, en el frente del Donbass (esto es, la mayor parte de la región de Lugansk y Donetsk), los ucranianos no lograron detener el avance lento pero metódico de los rusos. Están a la ofensiva en todos los sectores del frente, desde Vugledar hasta Siversk. Particularmente en este frente, en las últimas semanas destacan los avances en el asalto hacia la ciudad de Bajmut. La importancia de esta ciudad y las implicancias operacionales de una toma rusa no pueden ser exageradas. Por su posición con respecto a las rutas que conectan con otras ciudades del frente y la retaguardia, Bahamut es considerada como la ´llave del Donbass´, su captura por parte de los rusos prácticamente condena a la actual línea defensiva ucraniana a un colapso. Los rusos llevan varios meses asaltando Bahamut, son las fuerzas de mercenarios del Wagner Group las encargadas de la tarea, para lo cual están utilizando de manera extensa los prisioneros reclutados hace unos meses. Se estima que el Wagner Group tiene una fuerza total de hasta 50.000 combatientes. 
Los rusos, al mismo tiempo que aplican presión frontal sobre la ciudad (lo cual acarrea grandes pérdidas de personal), todas estas semanas estuvieron tomando otros poblados que rodean a la misma, con la finalidad de cortar todas las vías de suministro y abrir más ángulos de ataque. Los propios ucranianos admiten estar sufriendo más pérdidas que los atacantes en la ciudad y sus alrededores. El valor de la ciudad y el empeoramiento de la situación a diario han forzado al mando ucraniano a rotar varias veces en poco tiempo las unidades apostadas en la zona y aumentar el número total. Para ello tuvieron que desviar unidades y equipo que habían concentrado para atacar en Zaporiyia y en la línea Svatove, lo cual explica la pérdida de iniciativa en ambos frentes. 
 Un hito reciente en el ataque ruso contra Bajmut ha sido la toma de la ciudad minera de Soledar. Esta ciudad se encuentra a medio camino entre Bajmut (al sur) y SIversk (al norte). Esta línea defensiva era la mejor posición que tenían los ucranianos para detener la marcha de los rusos hacia la zona de Slaviansk-Kramatorsk y el último circuito urbano del Donbass. La línea Siversk-Bajmut ha sido cortada y es posible que los rusos tomen Siversk antes que Bajmut y procedan hacia el último rincón urbano importante del Donbass. No obstante, a pesar del significado político, este triunfo tiene implicancias limitadas con respecto a la marcha general de la guerra. Los ucranianos siguen movilizando población y la OTAN la sigue aprovisionando. Para terminar la guerra los rusos necesariamente tendrán que ampliar aún más sus operaciones y la dirigencia política y el mando militar han estado dando señales en ese sentido. 
 Los rusos, en un movimiento un tanto sorpresivo, volvieron a realizar cambios en el comando de sus operaciones militares en Ucrania. Recordemos que recién en septiembre del año pasado los rusos formaron un comando unificado para sus fuerzas en la guerra, encabezado por el “General Armagedón” Surovikin. La novedad es que este último ha sido reemplazado en sus funciones en Ucrania por el Gral. Valeri Gerasimov, quien ya era Jefe del Estado Mayor ruso y Viceministro de Defensa, o sea, el único militar que supera en rango al propio Surovikin. A Gerasimov se le atribuye la responsabilidad por las reformas militares durante la última década y es considerado en gran estima. Su análogo ucraniano (y discípulo en épocas soviéticas), el Gral. Zaluzhny, lo ha elogiado públicamente en más de una ocasión además de asegurar haber estudiado detenidamente todo su trabajo teórico. Surovikin no ha sido despedido ni degradado, continuará como máximo responsable de las operaciones aéreas en el país invadido mientras que el Gral. Oleg Salyukov asume el mando superior de las unidades terrestres. Fuera del comando formado para las fuerzas en Ucrania, los mismos tres generales (entre otros) ya trabajan juntos en las mismas funciones análogas dentro del Estado Mayor ruso desde hace años. Esta reorganización del mando operacional sugiere que los rusos se preparan para volver a conducir grandes maniobras ofensivas, probablemente pasada la ´temporada del barro´, ya entrada la primavera en marzo o abril.
 Paralelamente, hasta el propio mando militar norteamericano reconoce que los rusos han movilizado efectivamente una cantidad cercana a la declarada (New York Post, 20/1). Estamos hablando de alrededor de 300.000 reservistas. Para equipar tal cantidad y reemplazar los equipos perdidos en combate, los rusos han movilizado a su industria militar y ampliado el output productivo entre un 30 y un 50 %, las metas para este año son superiores. En una reciente conferencia en el Ministerio de Defensa en diciembre, tanto Putin como Shoigu han expuesto públicamente los problemas organizacionales que encontraron a la hora de motorizar la movilización de reservistas, llamando a la necesidad de solucionarlos lo antes posible. La urgencia demostrada no tiene sentido a menos que estén planificando oleadas adicionales de movilizaciones. 
 Los ucranianos mientras tanto retrasan en la medida de lo posible a los rusos en las líneas del Donbass, al mismo tiempo que intentan reconstituir el potencial ofensivo de sus fuerzas armadas. Han anunciado que durante los próximos meses hasta el comienzo de la primavera (cuando las condiciones del suelo vuelvan a ser propicias para operaciones ofensivas) estarán formando dos Cuerpos de Ejército a partir de brigadas existentes pero desgastadas, fusionadas en brigadas nuevas. Estos dos Cuerpos pueden tener una fuerza combinada aproximada de entre treinta mil a sesenta mil hombres, comparable a las fuerzas de ataque que Ucrania formó el año pasado para las ofensivas en Jersón y Járkov. El problema que tiene Ucrania por delante no es solamente cómo balancear las necesidades urgentes de frenar a los rusos con el objetivo de retomar la iniciativa, sino que estas nuevas unidades, además de entrenadas, tienen que ser equipadas. Los estadounidenses de manera pública llaman a los ucranianos a abandonar Bahamut (y la línea defensiva entera), ya que la cantidad de pérdidas que sufren ahí les impide acumular fuerzas para la próxima ofensiva (France 24, 20/1). 
 La OTAN ha anunciado otra oleada de transferencias de armas para Ucrania. Como sucedió en otras ocasiones, esta nueva oleada agrega nuevos tipos de armamento que antes no estaban dispuestos a donar. En concreto, las grandes novedades son los tanques y demás vehículos blindados de diseño occidental. La decisión de comenzar a dar a Ucrania tanques occidentales no se explica por una ventaja de este tipo, sino que estos diseños tienen varias desventajas prácticas para el contexto de la guerra actual. Su peso promedio muy superior es inconveniente en el suelo barroso, Ucrania no tiene infraestructura de trenes capaz de transportarlos por el país, no tienen munición o repuestos en común con los sistemas que usan, ni tiene las instalaciones ni el know how para mantenerlos. Cada vez que uno de estos tanques se averíe o dañe, tendrán que arrastrarlo todo el camino hasta la frontera con Polonia. Esta decisión se debe a que la OTAN ya prácticamente agotó los stocks de tanques y blindados de diseño soviético de los países donantes y todo ese equipo ya ha sido destruido o deteriorado en combate. 
 En términos de capacidades, son sistemas más anticuados que los análogos que los rusos están produciendo en masa. Por el momento, la cantidad de tanques prometida a los ucranianos es puramente simbólica y tiene el objetivo de forzar al país fabricante, Alemania, a dar luz verde al suministro de estos tanques (Leopard 2) por parte de otros países europeos en cantidades relevantes y, a la vez, asumir la totalidad de los costos de mantenimiento y reemplazo de los tanques donados. El Leopard 2 es el único tanque del cual se mantiene una línea de producción en funcionamiento en toda la UE. No obstante, la producción alemana no está a la altura de reemplazar los equipos donados en el corto plazo y ningún donante se quiere quedar sin flota de tanques. La presión a Alemania viene fundamentalmente de Polonia, los países bálticos, Gran Bretaña y Estados Unidos. El último lo hace con una finalidad oportunista, ve la chance de reemplazar los Leopard 2 donados por tanques norteamericanos Abrams. Los yanquis planean usar la guerra para desplazar a los rusos del mercado de energía europeo y a los alemanes del mercado de armas (Neue Zürcher Zeitung 22/1). Recordemos que los norteamericanos fueron partícipes necesarios y principales beneficiarios del operativo de voladura de los gasoductos que proveían gas ruso a Alemania, de esta manera terminaron obligando a esta última a comprar gas estadounidense, varias veces más caro. Con amigos así... 
 Todas las señales apuntan a que la guerra seguirá escalando sin perspectiva de encontrar un techo. Las próximas ofensivas se darán en una escala mayor y provocarán una destrucción mayor a todo lo visto hasta ahora.

 Leib Erlej 
 23/01/2023

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