Mientras Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich protagonizan una feroz disputa faccional en la interna de Juntos por el Cambio, sus equipos económicos (aglutinados en la Fundación Pensar) coinciden en reflotar un proyecto de reforma laboral que ataca los derechos de los trabajadores.
Según un detallado artículo de Nicolás Balinotti en La Nación (8/7), economistas de las dos alas de la coalición opositora quieren desempolvar un proyecto de la época macrista (negociado con la CGT), que nunca llegó a ser tratado por temor a que se produjera una conmoción social, semejante a la acaecida como consecuencia de la aprobación de la reforma jubilatoria, en diciembre de 2017.
El plan laboral que quieren exhumar contiene tres puntos principales: la extensión del periodo de prueba a seis meses y un régimen laboral “simplificado” en los doce meses subsiguientes; una modificación del cálculo de las indemnizaciones, o bien avanzar en un modelo semejante al fondo de cese laboral de la Uocra; y la exención de multas, más la extinción de la acción penal para empresarios que registren a sus trabajadores en el plazo de un año, a cuyo efecto se los favorece con los seis primeros meses a costo cero y los otros seis con descuentos del 70 por ciento.
El remanido argumento para estas concesiones y medidas flexibilizadoras es que de ese modo se generarán puestos de trabajo, y en blanco. Es decir que solo conciben a los trabajadores, o bien sometidos a la más brutal precarización, o bien directamente desempleados o en la informalidad.
Pero hay más: los economistas de Larreta y Bullrich quieren también restringir la elección de delegados sindicales y prohibir los bloqueos fabriles. Es que la represion, criminalización y desorganización del movimiento obrero que lucha es un aspecto fundamental para avanzar en esas reformas reaccionarias. Por eso mismo, Bullrich equipara en sus discursos la protesta social con la delincuencia y el narcotrafico. Simultáneamente, Larreta se rodea de apologistas de la represion como Espert, Pichetto, Gerardo Morales y Florencia Arietto.
Mientras las usinas de ideas de JxC trazan sus proyectos en materia laboral, la burocracia sindical hace su aporte a la flexibilización de las condiciones de trabajo. Según el ya citado artículo de La Nación, el titular de la Uocra, Gerardo Martínez, puso a consideración de la mesa chica de la CGT un proyecto para establecer un régimen laboral diferencial para las pymes.
Para enfrentar los ataques contra los derechos laborales, necesitamos una izquierda inserta en los sindicatos y los movimientos de lucha. En las listas de Unidad de Luchadores y la Izquierda, que tiene a Gabriel Solano como candidato presidencial, están algunos de los compañeros del Sutna que defienden el salario y las condiciones de trabajo frente a Massa y las patronales del neumático; residentes que enfrentan la precarización y el deterioro de la salud pública; compañerxs de la docencia universitaria y las escuelas que pelean por la educación; y otros destacados luchadores.
En lugar de la reforma laboral reaccionaria de Bullrich-Larreta, planteamos un salario equivalente a la canasta familiar y la anulación de todas las leyes flexibilizadoras.
Gustavo Montenegro
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