miércoles, julio 26, 2023

Patricia Bullrich propone salir del cepo con otro “blindaje” del FMI


Una reedición del camino que nos llevó al default en el 2001. 

 Patricia Bullrich, precandidata presidencial por Juntos por el Cambio, presentó sus propuestas de gobierno para el campo en la Sociedad Rural Argentina. Allí prometió que levantará el cepo desde el primer día mediante un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que “blindaría de dólares” a la economía argentina. Es el mismo operativo “blindaje” que utilizó De La Rúa y que hizo explotar la economía del país.
 Esto lo propuso para endulzarle el oído a las patronales agrarias, las cuales pugnan por una devaluación. Levantar el cepo, cuando las reservas del Central se encuentran en rojo, implicaría una devaluación brutal del tipo de cambio que haría estallar una hiperinflación. Esto lo confesó el mismo Larreta, que se diferenció de Bullrich aduciendo que la medida llevaría el dólar a $5.000, aunque postula la misma orientación prosojera a costa del pueblo, solo que “gradualmente”. 
 En medio de una enorme crisis económica y social, producto sobre todo del yugo del FMI sobre la política nacional y las cuentas públicas, y con un país sobre endeudado, Bullrich propone profundizar el mismo camino para hacerse con los dólares, lo cual agravaría la situación actual y ni siquiera tendría el efecto esperado puesto que, mediante la liberación del cepo, se agravaría la fuga de capitales que ya se llevó todas las divisas que ingresaron al país. 
 Además, el nuevo préstamo del FMI estaría fuertemente condicionado a la aplicación de un ajuste mucho mayor, cuando ya ahora el gobierno, desesperado por divisas, tiene dificultades para cumplir con las metas sin evitar un estallido. La propuesta de Bullrich es la confesión de que está dispuesta a avanzar en un ataque en regla contra los laburantes para garantizarles enormes dividendos a estos capitalistas a costa de los recursos nacionales, y por eso sostiene que hay que aplicarla a la fuerza. 
 Un plan muy similar fue el que aplicó Fernando De La Rúa en el 2000, del cual Patricia Bullrich fue Ministra de Trabajo, el famoso “blindaje” financiero de 39.200 millones de dólares, con que se pretendía cubrir los enormes vencimientos de deuda en 2001 y 2002 gracias a giros del FMI, el Banco Mundial, el BID, entre otros, el cual fue presentado como “el acuerdo que nos saca del riesgo y crea una plataforma extraordinaria para el crecimiento”. 
 Sin embargo fue el principio del fin, como dijimos en Prensa Obrera: “la condición de reducir el déficit fiscal no se logró a pesar del ajuste, porque la caída de la actividad económica deprimía la recaudación tributaria. El riesgo país se disparó igual, y los refinanciamientos de la deuda en pesos se hicieron cada vez más usurarios, y por ende agravaban el rojo de las finanzas públicas”. A principios de marzo de 2001 comenzaron a circular evidencias de que Argentina no lograría cumplir con las metas de gasto público y déficit fiscal comprometidas con el FMI, con lo cual peligraban los futuros desembolsos. La salida de capitales se aceleró y sentó las bases del camino que nos llevaría a la crisis del 2001. 
 El gobierno de Macri, del cual Patricia Bullrich fue Ministra de Seguridad, fue otro fracaso en el levantamiento del cepo cambiario, bajo la bandera de la libre movilidad de los capitales y la vuelta a los mercados internacionales de deuda, que supuestamente iba a sacar al país adelante. Sin embargo, después de haber incurrido en enorme endeudamiento del país, Macri terminó su mandato reponiendo el control de capitales en medio de una corrida contra el peso y una crisis de pagos. Para entonces, todo el crédito del FMI se había utilizado para financiar la fuga de capitales.
El problema del cepo radica en que pretende acopiar las divisas, pero con el objetivo de cumplir con el pago de la deuda externa. Esa fue su razón de ser desde que lo instaurara Cristina Kirchner. La oposición presenta la discusión como si fuera de carácter ideológico cuando, como tuvo que reconocer Massa ante la propia Sociedad Rural, es una cuestión de pragmatismo. Las mencionadas experiencias de Macri y De La Rúa, cuyos gabinetes Bullrich integró, confirman que detrás de estos controles cambiarios está el fracaso de los políticos capitalistas en abrir una senda de desarrollo sostenido del país. Es un resultado de su rol como socio menor del capital imperialista. Para terminar con las distorsiones y devaluaciones sucesivas, hay que dejar de votar a los mismos que nos gobernaron los últimos 40 años.
 Es por eso que el Frente de Izquierda, con Gabriel Solano como precandidato a presidente, insiste en que es fundamental nacionalizar la banca y el comercio exterior bajo control de un gobierno de trabajadores, porque es la única forma de reorientar los recursos y ponerlos a disposición de las necesidades de las mayorías. 

 Camila García

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