Los trabajadores automotrices de Estados Unidos iniciaron este viernes 15 una importante huelga en demanda de un aumento salarial, la reducción de la jornada laboral, mejoras jubilatorias y el fin del sistema de dos niveles salariales por el cual los nuevos empleados reciben menos ingresos, a pesar de hacer la misma tarea. La decisión de ir a esta medida de fuerza había sido aprobada a fines de agosto por el 97% de los obreros que participaron de la consulta lanzada por el sindicato del sector, la UAW (United Auto Workers).
La modalidad de la huelga es rotativa. Empezó en tres plantas, una por cada una de las tres grandes compañías automotrices (la Ford de Wayne, en Michigan; la General Motors de Wentzville, Missouri; y la Stellantis – fusión de Fiat y Peugeot- de Toledo, Ohio), y se irá trasladando a otras instalaciones, con la posibilidad de avanzar hacia una paralización total. En estos momentos, son alrededor de 10 mil los huelguistas, sobre un total de casi 150 mil afiliados.
En el comienzo de las negociaciones salariales, la UAW reclamó un aumento salarial del 36% para los próximos cuatro años y la reimplantación de una cláusula de indexación por inflación. En cambio, las patronales ofertan entre un 17,5% y 20%. Y se niegan a modificar el sistema de dos niveles salariales que implica, para los nuevos empleados, sueldos más bajos, no acceso a primas salariales y participación en las ganancias, por lo menos hasta contar con ocho años de antigüedad. La importancia de la medida de lucha deriva de que abarca simultáneamente a los tres gigantes del mundo automotriz. Los trabajadores también demandan que la transición ecológica hacia los coches eléctricos no se haga a expensas de los derechos de los trabajadores. Vale señalar que en Tesla, la compañía del hombre más rico del mundo, Elon Musk, los obreros ni siquiera se encuentran sindicalizados.
La última huelga en el sector automotriz norteamericano se produjo en 2019 en la General Motors. Involucró a casi 50 mil empleados y duró cinco semanas, pero no quebró el sistema salarial de dos niveles, ni los despidos, y obtuvo un magro incremento de los sueldos. Entre 2007 y 2009, la UAW entregó muchas de las conquistas de los obreros automotrices, durante la crisis del sector, con el pretexto de defender los puestos de trabajo. Aun así, fuentes sindicales aseguran que en lo que va del siglo se han cerrado 65 plantas (CNN en Español, 15/9).
En marzo de este año, en unas elecciones reñidas, se impuso en la UAW una nueva conducción (Unite All Workers for Democracy, UAWD), explotando el desprestigio de la dirección burocrática anterior, envuelta en escándalos de corrupción y rechazada por sus vínculos con las patronales. El nuevo presidente del sindicato se llama Shawn Fain.
El conflicto en el sector automotriz empalma con un ascenso huelguístico en Estados Unidos. Durante los primeros ocho meses de 2023, más de 323.000 trabajadores participaron en medidas de fuerza, un número superior al de todo 2022, año en que, a su vez, hubo un 50% más de huelguistas que en 2021. Los guionistas y actores, en conflicto desde mayo y julio, respectivamente, son la punta de lanza de la nueva oleada.
Que viva este despertar del movimiento obrero norteamericano.
Gustavo Montenegro
No hay comentarios.:
Publicar un comentario