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El gobierno nacional acaba de “habilitar” por decreto la posibilidad de realizar canjes de deuda sin importar la moneda de origen y final, ni el cumplimiento de requisitos que planteen mejoras en los plazos, montos y tasas, y salteándose la aprobación del Congreso de la Nación: un camino libre para profundizar el endeudamiento impagable y el sometimiento de la economía nacional al capital financiero, al igual que con el megacanje de 2001 que no evitó el fracaso y el default.
Se trata de la publicación este lunes 23 del DNU 846 que da cuenta de las debilidades manifiestas de este gobierno, con el cual se buscaría efectuar canjes de deuda desventajosos para el país, pasando deuda en pesos a moneda extranjera y aceptando todo tipo de condiciones leoninas.
El decreto en cuestión es un llamado de atención respecto al fracaso de la política económica del gobierno, que no ha logrado reunir los dólares y las reservas necesarias para el pago de los vencimientos de deuda por venir, ni ha conseguido el arribo de inversiones importantes al país o que el blanqueo de capitales tenga alguna incidencia real, ni mucho menos bajar el riesgo país y ofrecer garantías de fiabilidad para poder acceder al mercado de capitales y seguir endeudando a la Nación por vías “legítimas”.
La medida del gobierno busca evitarse el control y aprobación del Congreso para un eventual canje de deuda, como lo estipula la ley, y habilitaría al Ejecutivo a evadir los requisitos de la Ley de Administración Financiera que establece que todo canje de deuda solo es realizable en la medida que asegure dos de tres posibles mejoras en términos de intereses, plazos o quita de capital.
Por esta vía, Milei se estaría habilitando emitir nueva deuda bajo cualquier tipo de condición, como han hecho los sucesivos gobiernos capitalistas, llevando la economía nacional al abismo y extendiendo la dependencia del capital financiero.
Esto tampoco fue recibido positivamente por el mercado financiero, manifestándose en una caída en la cotización de los bonos de deuda, debido a la convicción de que este camino puede llevar más temprano que tarde a un default.
Cabe señalar que en el mismo DNU que faculta al gobierno a este tipo de operaciones espurias se establecen cambios en el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses, extendiendo al 70% la posibilidad de tenencia en cartera de títulos públicos, cuando el límite anterior era del 50%. Es decir que Milei plantea seguir robándole a los jubilados, a los que acaba de vetarles un aumento de miseria y ahora les mete la mano directamente en los bolsillos.
El antecedente más similar a lo que ahora se estaría preparando es el megacanje de 2001, por el que fue procesado el actual ministro Federico Sturzenegger, y que culminó en la debacle económica y la salida prematura del gobierno de De la Rúa.
El objetivo de este gobierno, y sus predecesores, es volver al mercado financiero internacional, para bicicletear la crisis a partir de un mayor endeudamiento. Todos han sido incapaces de ofrecer una salida a la crisis económica del país, y los sucesivos intentos en esta dirección siempre se han practicado sobre las espaldas y el sacrificio de los trabajadores y jubilados, y con mayores indicadores de pobreza e indigencia.
Justamente, el gran problema del país es el sometimiento al pago de la ilegítima y fraudulenta deuda externa, lo que conduce a todas las gestiones capitalistas al fracaso inminente: una demostración más de que no existe rumbo posible de la mano de la legitimación de este robo histórico contra los trabajadores.
Mientras Milei más emprenda este camino de endeudamiento y sometimiento del país más hará pesar también el ajuste contra los trabajadores –como está planteado con el pedido a los gobernadores de que ajusten sus gastos en 60.000 millones de dólares-, lo que seguramente dará lugar a nuevas expresiones de lucha que habrá que organizar para derrotar definitivamente esta ofensiva antiobrera.
Marcelo Mache
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