martes, septiembre 24, 2024

Milei tocó la campanita de Wall Street… siguiendo los pasos de Néstor Kirchner


El ritual de la sumisión al capital imperialista. 
 La ridícula imagen de Milei haciendo sonar la "Opening Bell" recorrió el mundo.

 La imagen ridícula de Javier Milei tocando la campana y dando un discurso frente a un grupo de capitalistas e inversores en Wall Street recorrió los periódicos del mundo a la misma velocidad que la noticia del derrumbe de las acciones argentinas y los bonos soberanos. Milei no fue el primer presidente argentino en hacer sonar la Opening Bell; Néstor Kirchner pasó por ese ritual en 2006, un año después de haber acordado con los fondos buitre una renegociación de la deuda externa que permitió a la burguesía nacional reconstituir sus lazos con el capital financiero internacional y volver a acceder al mercado de créditos tras la bancarrota económica con default incluido de 2001. 
 Para el presidente de un país atrasado, hacer sonar la campana de Wall Street es un acto de sumisión frente a las burguesías imperialistas. Allí, Milei dio un discurso para tratar de tentar a los empresarios y buitres presentes a que introduzcan sus capitales en Argentina. Lo hizo en la previa de su debut ante la asamblea de la ONU, donde reivindicará su plan motosierra antiobrero, defenderá la avanzada genocida del Estado de Israel contra el pueblo palestino –y la guerra que el sionismo impulsa contra el Líbano– y respaldará al eje Otan-Ucrania en la batalla que está librando contra Rusia. 
 Sin embargo, los capitalistas le respondieron con una disminución del valor de la mayoría de los bonos soberanos de deuda y las acciones argentinas, reclamando el levantamiento del cepo cambiario y luz verde para poder girar sus utilidades al exterior. El gobierno libertario no avanza en este sentido, porque implica una devaluación que dispararía la inflación y borraría la única “conquista” económica que exhibe en sus discursos.
 Milei aspira a conseguir préstamos internacionales para nutrir las arcas del Banco Central y poder aflojar el cepo, pero las condiciones usurarias que los acreedores piden revelan que por ahora Argentina tiene vedado el acceso al mercado de crédito, ya que nadie cree en su capacidad de repago. 
 Es justamente esa orientación la que emparenta al “libertario” con Néstor Kirchner, que tocó la misma campanita en la bolsa de Nueva York saludando “el retorno de la Argentina a un lugar que nunca debió haber perdido”. Fue tras una renegociación completamente leonina de bonos que fueron comprados por monedas cuando estaban defaulteados (con una tasa de interés muy por encima de la media internacional de la época y cupones atados al crecimiento del PBI que compensaron las quitas) y de haber pagado en efectivo 10.000 millones de dólares al FMI. Es, en definitiva, la orientación de la fugadora burguesía argentina, que es llevada adelante por estatistas o “anarcocapitalistas”.
 Milei quiere ir hacia una nueva renegociación de la deuda para que Argentina vuelva a acceder al mercado de crédito internacional y rescatar a los capitalistas de la crisis. Se trata de una política cuya implementación nos conducirá, tarde o temprano, a una nueva bancarrota; ninguna renegociación de la deuda evitó que Argentina termine caminando por la cornisa del default. De hecho, hoy el gobierno no tiene las divisas necesarias para encarar los vencimientos de deuda de 2025.
 La deuda solo siguió creciendo, en un esquema bola de nieve –por la acumulación de intereses y por la toma de préstamos para pagar vieja deuda. Kirchner asumió encontrándose con una deuda de 180.000 millones de dólares y su esposa CFK, quien lo acompañó a tocar la Opening Bell en su momento, dejó el gobierno con casi 250.000 millones de dólares después de una década de “pago serial”. Lo mismo vale para Carlos Menem, que al concluir su mandato ya nos había dejado al borde del default y la megadevaluación; o para Macri, que nos superendeudó con el Fondo y terminó con un reperfilamiento forzado de los vencimientos y reponiendo el cepo -que dura hasta hoy.
 Solo los trabajadores en el poder podremos emancipar a la Argentina de la opresión imperialista.

 Nazareno Suozzi

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