En el continente corren vientos que reverdecen el espíritu unificador del Libertador Simón Bolívar, Artigas y Martí. Los sueños en la Patria Grande, libre, soberana y en función del bienestar de sus pueblos, generan expectativas y abren caminos posibles.
Varios gobiernos, con matizaciones, con la excepción deshonrosa del colombiano que anda en contravía, están en la búsqueda de soluciones que rompan las cadenas de la desigualdad social, la dependencia y el saqueo de sus riquezas; por medio de la unión, cooperación y solidaridad entre países y pueblos hermanos.
En este proceso resaltan varios líderes, entre ellos el Presidente Hugo Chávez, en la búsqueda de la solidaridad y complementariedad económica, la información y las comunicaciones, las finanzas, la defensa y la paz; a diferencia de otros procesos integracionistas que se reducen fundamentalmente a lo económico, como el caso de la Unión Europea y los TLC con Estados Unidos, desventajosos para los llamados países en desarrollo.
La Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (ALBA) como proceso basado en la complementariedad de las economías, la contribución al desarrollo, el intercambio comercial justo y el apoyo solidario, está beneficiando a todos los países signatarios.
El Banco del Sur tiene como propósito servir de entidad financiera, dentro de una visión contrapuesta a las políticas imperialistas del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
El Consejo de Defensa Suramericano es una alianza sin Estados Unidos. Es otro espacio para la defensa de los recursos naturales, la soberanía nacional, la seguridad y la paz regional. Está concebido con una filosofía distinta al Tratado Interamericano de Ayuda Recíproca (TIAR), manipulado por el gobierno estadounidense en su Guerra Fría anti comunista.
El paso más importante se dio el pasado 23 de mayo, por los doce países que se constituyen en la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), para buscar su unidad política, social, cultural, económica, ambiental y de infraestructura.
UNASUR comprende una gran nación de 17,6 millones de kilómetros cuadrados, con 377 millones de habitantes y un producto interno bruto de 1.500 millones de millones de dólares.
Al quedar excluido el gobierno de los Estados Unidos, ve en el desarrollo de UNASUR la pérdida de su hegemonía continental, así como el debilitamiento de la Organización de Estados Americanos (OEA), que desde sus inicios en 1948 ha estado bajo su control.
Al Presidente Uribe fiel escudero de los intereses de los Estados Unidos, le ha correspondido el papel de atravesarle palos a la rueda latinoamericanista.
La reunión para firmar el Acuerdo fundacional de UNASUR, convocada para Cartagena, Uribe la dilató durante meses, por lo que fue necesario trasladarla para Brasilia. Del Banco del Sur se excusó sumarse, luego de haber aceptado hacer socio a Colombia; se negó a firmar el acuerdo sobre el Consejo de Defensa de Suramérica, manifestando que Colombia optaba por los mecanismos de seguridad de la OEA, proponiendo que en vez de aquel, se modernice el nefasto TIAR.
El Presidente Uribe lleva a Colombia en contracorriente y por fuera de la realidad en que se mueven los países y pueblos del continente, reencarnando la política santanderista, que en el siglo XIX desintegró la Gran Colombia concebida por el Libertador Simón Bolívar, para echarse en brazos de los EEUU.
Los colombianos condenamos con firmeza la postura del gobierno de Uribe, por estar en contra del interés nacional ligado al de los países hermanos y por ser el representante de los intereses imperialistas.
Es un imperativo cerrar filas para impedir que Colombia quede aislada en el continente y hacer causa propia éste proceso patriótico, unitario y solidario.
ELN: Ejército de Liberación Nacional de Colombia.
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