lunes, junio 23, 2008

Los derechos humanos, el deporte y la paz


Me llamó la atención que ninguna de mis amigas, las agencias cablegráficas de información, dijeran una palabra el sábado de la alta valoración que la UNESCO expresó sobre la educación en Cuba que, a pesar de las acciones de los Estados Unidos, rebasa los niveles alcanzados por los demás países de la región, como si eso no tuviera nada que ver con el respeto a los derechos humanos.
Todas insistían en calificar la Reflexión como diatriba contra Europa. Un cable de la agencia china XINJUA no lo interpreta de esa forma. Transcribe los argumentos con fidelidad.
Solicité los servicios de INTERNET para analizar el sustantivo diatriba. Respuesta: "Discusión o escrito violento e injurioso contra persona o cosa".
Pido definición de injuria. Respuesta: "Hecho o dicho contra razón y justicia".
¿Acaso no ha sido calumnia la afirmación, millones de veces repetida, de que en Cuba se tortura y se violan los derechos humanos? Nunca hemos torturado a nadie, ni privado de la vida a alguien por métodos extrajudiciales.
Si Europa toma medidas diplomáticas contra Cuba alegando defender esos derechos, ¿por qué no se adoptan esas medidas contra Estados Unidos por el genocidio de Bush en Iraq y las miles de personas arrestadas sin juicio y torturadas durante años allí y en cualquier parte del mundo?
Es curioso que un órgano de la prensa española, que sin duda es diametral y abiertamente opuesto al socialismo, menciona el reconocimiento de la UNESCO a los resultados del sistema educacional de Cuba, e incluye textualmente mi afirmación: "Ningún país donde los derechos humanos sean sistemáticamente violados alcanzaría tan elevados niveles de conocimientos".
Mientras escribo esta Reflexión, a las tres de la tarde, veo por la televisión el partido de fútbol entre España e Italia. Están cero a cero después de una hora de juego. El Rey de España contempla satisfecho el desafío. No ha concluido todavía. Son, sin dudas, temibles equipos. Hay que reconocerlo.
Pido sintonizar el televisor para ver el partido de pelota entre el equipo olímpico de Cuba y una fuerte selección de las universidades de Estados Unidos. Ayer por la noche, observé el choque entre los equipos olímpicos de boxeo de Cuba y de Francia. Los atletas que representan a esta son excelentes, como los boxeadores cubanos. Nuestro público, bien instruido en cuestiones deportivas, es imparcial, respetuoso y objetivo. Hubo paz, himnos y banderas izadas, a pesar del afán de los europeos y los yanquis por sobornar y comprar atletas cubanos.
Agradezco a todos los mencionados por haberme suministrado la materia prima para esta Reflexión.
Tal vez en los próximos días dedique este tiempo a otras actividades.


Fidel Castro
Junio 22 de 2008
4 y 20 p.m.

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