Con nuevos ataques contra instalaciones del régimen, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) demostraron que siguen siendo capaces a actuar militarmente, a pesar de las fuertes pérdidas de líderes como el Comandante Manuel Marulanda, fallecido en mayo, y otros destacados líderes guerrilleros que fueron asesinados por las tropas del régimen.
Cinco torres de interconexión eléctrica fueron derribadas el 30 de mayo por la guerrilla de las FARC en el departamento colombiano de La Guajira (norte), fronterizo con Venezuela. Un funcionario del servicio de inteligencia DAS señaló que cuatro torres fueron dinamitadas en el municipio de Maicao y una más en el vecino Barrancas, que dejaron sin servicio eléctrico a un amplio sector. Un soldado de la XI brigada del ejército murió y siete más resultaron heridos, al caer en un campo minado sembrado por la guerrilla. El hecho ocurrió en el sitio Quebrada Seca, en límites entre los municipios de Peque e Ituango, al noroccidente del departamento.
Tres policías muertos y cinco heridos dejó el miércoles, 4 de junio, una emboscada que las FARC realizaron contra una patrulla de la policía que se movilizaba por una carretera del departamento colombiano de Quindío, informaron fuentes oficiales. El comandante de la Policía en esa región del país, coronel José Sarmiento, explicó que los rebeldes detonaron el explosivo al paso de la patrulla donde se movilizan unos 12 uniformados. "Se movilizaban tres vehículos con casi 30 hombres. La carga explosiva golpeó uno de los camiones y en esa acción resultaron muertos los tres uniformados, quienes no pudieron salir de vehículo incinerado", comentó el oficial.
Tres soldados más murieron al caer en campos minados en la vereda El Danubio en el municipio de Puerto Rico, en el Meta. Se informó que el soldado profesional Jorge Avellaneda Vélez, adscrito al Batallón de Contraguerrillas Número 40 de la Brigada Móvil Número 12, murió al caer en el campo minado. Otros dos soldados profesionales, Wilson Alexander Pérez y Fabio José Rodríguez Barrios, murieron al accionar una granada de fragmentación, en la misma jurisdicción.
Las FARC dinamitaron también un tramo de la carretera Panamericana, en el departamento colombiano de Cauca. El secretario de gobierno de Cauca, Sebastián Silva, explicó que el explosivo dejó un cráter de 10 metros de ancho y cuatro de profundidad, que obligó a cerrar una calzada de la vía. Por su lado, Daniel García, director del estatal Instituto Nacional de Vías (Invías), precisó que el atentado obligó a restringir el tránsito entre las ciudades de Cali y Popayán (suroeste).
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