Blog marxista destinado a la lucha por una nueva sociedad fraterna y solidaria, sin ningún tipo de opresión social o nacional. Integrante del Colectivo Avanzar por la Unidad del Pueblo de Argentina.
viernes, agosto 27, 2010
Los "asesinatos" en la guerra de Afganistán
Ahora los medios llaman “asesinato” al ataque con resultado de muerte, contra tres guardias civiles en la guerra librada en aquel país.
En efecto, los periódicos, emisoras de radio y canales de televisión de este país se empeñan en hacer honor a la nula confianza que las personas medianamente inteligentes tienen en ellos. Los titulares comunes registran la matanza de tres guardias civiles en Afganistán como “asesinato”. Eso nos ofende y creo que también a los familiares de las víctimas. Las palabras no son hechos sino palabras, pero los políticos, los medios y el poder viven sólo de palabras. Y a ellas voy...
¿Acaso Afganistán no está en guerra desde que en 2001 los estadounidenses lo invaden y luego lo ocupan, jaleados por sus compinches y reforzados por la estúpidamente llamada “comunidad internacional”? En la historia de las invasiones es usual que los invadidos sigan haciendo la guerra a los invasores pese a que estos simulan ante el mundo que en el territorio que han laminado y donde han segado incontables vidas de población civil, no pasa nada… Y más cuando, como en este caso, las “razones” de la invasión son una colosal, burda y pueril milonga, es decir, que se ha ido tras un personaje de cómic refugiado en el país. Entran en Afganistán, lo devastan… no lo encuentran tras nueve años, pero allí siguen empotrados. ¿Dónde está el malvado? A nadie interesa, ni jamás interesó. ¿Qué siguen haciendo allí los ocupantes? ¿Qué se proponen? Sigan, sigan mintiendo, pero sepan que no nos engañan. Todo el mundo sabe a qué han ido allí...
Pues bien, ¿quién, a estas alturas, tiene el cinismo de llamar asesinato a lo que ha sido otro acto de guerra? ¿quién?, pues a los medios de una punta a otra de este país. Pero ¿acaso los españoles o los polacos o los franceses o los holandeses… cometían asesinato cuando pasaban por las armas a sus invasores en emboscadas, infiltraciones y actos similares a los que menudean en Afganistán, cuando la Francia napoleónica invadió la península o la Alemania nazi hizo lo propio en Europa?
Ya está bien. A eso no puede llamarse diplomacia. Es la hipocresía, unas veces, y el cinismo otras de los medios y sus titulares lo que rige en esta España cuando la política internacional está por medio, aunque una y otro también se enseñorean con frecuencia en la interior para tensar la convivencia. Por tanto las “buenas formas” prosódicas y la sana crítica de los contramedios, en tales casos son improcedentes.
El caso es que los afganos están en guerra. El hecho de que una parte se una a los invasores, o lo finja, no significa que los soldados, los mercenarios y los contratados de empresas privadas de la “comunidad internacional”, no estén también inmersos en una guerra. Los afganos no cederán, y mientras el extranjero lo ocupen seguirán en guerra.
Pero ya va siendo hora de que los medios y los políticos españoles traten a la ciudadanía con el respeto que merece. Pues la ciudadanía ya está harta de los abusos institucionales, de que no se convoque un referéndum sobre monarquía o república, que no se plantee siquiera modificar la Constitución, y que no se toque esa dichosa Ley Electoral que margina o ningunea a inmensas minorías. Al menos llamen a los hechos por su nombre… No digan que estos tres guardias civiles han sido asesinados: han sido muertos en guerra, y sanseacabó. ¿O es que consideran a sus lectores, radioyentes y telespectadores menguados o faltuscos?
Para terminar y hablando de otra cosa: hay quien entre miembros de los contramedios me acusa de escribir “panfletos incendiarios”. Y así es. Pero son de esa clase de tipos que prefieren artículos de diversión o escritos que no hacen más que reforzar al sistema, por si no fuera bastante con el "jabón" que le dan los medios oficialistas. Mis escritos son “incendiarios” porque a los que insultan a la inteligencia hay que tratarlos como a impostores, infiltrados, topos o indecentes. Y el formato “panfleto” u octavilla es el género que les corresponde. Otras maneras de gritar, de qujarse, de protestar y de explicar lo que sucede son como echar margaritas a los puercos…
Jaime Richart
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