Hace un año, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas exhortó, por decimoctavo año consecutivo, a finalizar el criminal Bloqueo Made in USA contra Cuba. Ello tuvo lugar, a través de la Resolución adoptada al respecto por 187 votos a favor, tres en contra —Estados Unidos, Israel y Palau—, y las abstenciones de las Islas Marshall y Micronesia.
Con este presupuesto, es de esperar que ahora transite por similar sendero el Informe de Cuba sobre la Resolución de dicha Asamblea acerca de la Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos de América contra nuestro país —ver: http://www.cmhw.co.cu/noticia.asp?auid=16049.
Según la cantaleta de las autoridades norteamericanas, se trata de un “Embargo” que el Norte se ha visto en la “obligación” de hacer efectivo ante la “carencia” de democracia en la Isla; al tiempo de estar en presencia de un pretexto que utiliza la Mayor de las Antillas para “justificar” las deficiencias de su Socialismo.
Sin lugar a dudas, la Revolución Cubana se ha visto en la imperiosa necesidad de corregir su rumbo, de revitalizar el proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas que hubo que interrumpir con la emergencia del Período Especial a principios de la década del noventa. Ahora asistimos a lo que el Presidente Raúl Castro ha denominado “actualización del modelo económico”.
Pero, con independencia de que resulta indispensable perfeccionar el quehacer revolucionario en Cuba, su pueblo se ve forzado a convivir con el más largo Bloqueo económico que registra la Historia —amén del acoso sistemático en las esferas ideo-política y diplomática, más la amenaza militar.
El daño económico directo ocasionado al pueblo cubano por la aplicación del Bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba hasta diciembre de 2009, a precios corrientes, calculados de forma muy conservadora, asciende a una cifra que supera los 100 mil 154 millones de dólares —a tono con el referido Informe.
Este monto se incrementaría a 239 mil 533 millones de dólares, si el cálculo fuera realizado tomando como base la inflación de precios minoristas en Estados Unidos, utilizando el CPI Calculador del U.S. Department of Labor, Bureau of Labor Statistics (http://www.bls.gov).
Particularmente —y solo me voy a limitar al marco de la Salud Pública—, entre mayo de 2009 y abril de 2010, las afectaciones a este sector ascienden a 15 millones 200 mil dólares.
Los perjuicios económicos se deben fundamentalmente a la necesidad de adquirir medicamentos, reactivos, piezas de repuestos para equipos médicos, instrumental y otros insumos en mercados alejados y en muchas ocasiones con el uso de intermediarios, lo que trae aparejado el incremento de los precios.
A lo anterior se añade el sufrimiento y desesperación que esta situación provoca en los pacientes y sus familiares, al no poder contar con el medicamento idóneo para la atención de una enfermedad y en muchas ocasiones en el momento necesario para salvar una vida. Este dolor no podrá jamás ser cuantificado —se alega en el documento sobre la “Necesidad de poner fin al bloqueo”.
Entonces, sobran elementos para decir: el Bloqueo a Cuba puede aparentar un pretexto, pero en rigor es una gran tragedia que padecemos cubanas y cubanos.
Noel Manzanares Blanco
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