Los comentarios de prensa en los días siguientes a las elecciones brasileñas, ilustran la magnitud del retroceso del oficialismo petista. Un columnista del palo oficial, destaca (Tiempo Argentino, 7/10) que "al PT no le fue muy bien en los estados", con excepción del “batacazo” en Minas Gerais, y registra el escenario adverso que le espera en los segundos turnos electorales en la mayoría de ellos. Lo más significativo es cuando subraya que la clave de la victoria de Dilma Roussef estuvo en la base aliada, especialmente en el PMDB, el mayor partido de la burguesía, que la dictadura militar diseñó como la 'oposición' a partir del golpe de 1964. El PMDB, dice el columnista, "logró ganar en primera vuelta en Alagoas, Espíritu Santo, Sergipe y Tocantins y disputará el segundo turno en nueve estados", donde el PT no figura. Menciona los estados de Amazonas, Ceara, Goias, Pará, Paraná, Rio de Janeiro, Rio Grande do Norte, Rio Grande do Sul y Rondonia. El PMDB compitió con el PT en estados en que habita al 75% de la población del país.
El llamado gobierno del PT es una coalición de la pequeñoburguesía de centroizquierda y la burocracia sindical, de un lado, con la fracción más poderosa de la burguesía y el capital agrario, del otro.
Ricardo Romero, el columnista, advierte que "es difícil que el PT repita el esquema 60/40 de los anteriores balotajes", en alusión a la proporción de votos que heredó el PT, en el pasado, de los electores de partidos que quedaron afuera de la ronda final. Si quedara por debajo del 50/50, perdería la elección
Otro aspecto a destacar es el 30%, o más, que se atribuye al voto nulo (en blanco o abstención), el cual fue, para algunos, el refugio de los rebeldes del año pasado contra las tarifas del transporte y el desquicio de la salud y la educación públicas. Como ocurre casi siempre en estos casos, el abstencionismo refleja la confusión en el electorado y es siempre hetrogéneo en sus motivaciones. Los únicos que hicieron campaña por el voto nulo fueron grupos autonomistas o anarquistas.
Por último, el diario brasileño Valor atribuye a "asesores vinculados al PT" (Cronista, 7/10) la caracterización de que "la trayectoria de crecimiento de la deuda líquida como proporción del PBI, llevará a Brasil a una crisis fiscal con desdoblamientos (consecuencias) nefastos: aumento de la ya elevada tasa de interés, desvalorización de la moneda y más inflación (la actual administración postergó cerca de 100.000 millones de reales en pagos de subsidios)". Entre enero y agosto, la deuda líquida subió dos puntos como proporción del PBI, proceso que en caso de no estancarse derivará en una "espiral negativa".
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